Quirós prescinde de Cañas y busca un nuevo gerente para el Servicio de Salud
Oviedo, P. Á. / P. R. para La Nueva España
Juan José Cañas no continuará al frente del Servicio de Salud del Principado (Sespa). La incógnita quedó despejada ayer, día en el que Ramón Quirós, consejero de Salud del Principado, se reincorporó a su despacho después de dos semanas de vacaciones. La marcha de Cañas pone fin, parcialmente, a un largo período de incertidumbre en el organismo encargado de gestionar el día a día de la asistencia sanitaria. Sin embargo, anoche aún no se había dado a conocer, de forma oficial, la identidad de su sustituto. «Se está cociendo», indicaron de forma gráfica fuentes de la Administración regional.
Según ha podido saber este periódico, el cese de Cañas será aprobado por el Consejo de Gobierno en su reunión de esta semana. En esa cita no se dará luz verde, por el contrario, a la nueva estructura del Sespa. «Es lógico que se retrase para que el futuro gerente pueda participar en el diseño del organigrama», explicaron ayer fuentes sanitarias.
El ambiente en el seno del Sespa ya había comenzado a tensarse de forma notable a causa del retraso en la toma de decisiones sobre su cúpula. Nunca llegó a descartarse la posibilidad de que Juan José Cañas pudiera continuar en el cargo, pues su gestión durante la pasada legislatura ha sido valorada de forma razonablemente positiva -cuando menos, no se ha granjeado grandes enemigos- por la generalidad de los sectores implicados en el sistema sanitario público.
Lo que sí se sabe con certeza -según publicó días atrás LA NUEVA ESPAÑA- es que Ramón Quirós recibió alguna respuesta negativa al ofertar la dirección del Sespa. Al menos una, proveniente del médico gijonés Faustino Blanco, quien ya fue director regional de Salud Pública entre 1991 y 1994 y, acto seguido, se convirtió en el primer gerente del Sespa, cargo que desempeñó durante unos meses y abandonó de forma voluntaria.
La gerencia del Sespa es un cargo de relevancia estratégica, pues de ella dependen no sólo el resto del amplio organigrama del Servicio de Salud, sino también las gerencias y demás cargos de los hospitales y de los dispositivos de atención primaria. En los últimos tiempos se han evidenciado dificultades a la hora de buscar gestores. Una de las razones es salarial: la remuneración de estos cargos no suele suponer mejoras sustanciales -y en ocasiones incluso implica pérdidas- con relación a las vigentes en el trabajo clínico.
De otro lado, la cobertura de la gerencia del Sespa puede toparse con un hándicap adicional, derivado de la creación, en el seno de la Consejería, de una dirección general dedicada a cuestiones económico-financieras. Esta circunstancia amenaza, al menos sobre el papel, con reducir la autonomía del Sespa y la capacidad de maniobra de sus futuros gestores.
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