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Más reflexiones sobre A. Primaria: Artículo de “opinión” publicado hoy en EL COMERCIO

Más reflexiones sobre A. Primaria: Artículo de “opinión” publicado hoy en EL COMERCIO

Entre políticos y ciudadanos

ATENCIÓN PRIMARIA No hay problemas de accesibilidad ni geográfica ni horaria a los servicios sanitarios públicos en nuestra comunidad autónoma, pero sí lo hay en el tiempo de dedicación de médico a paciente.

 

04.08.2008 - SALVADOR TRANCHE IPARRAGUIRRE PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ASTURIANA DE MEDICINA DE FAMILIA Y COMUNITARIA

 

Si hace unos meses decíamos en este mismo periódico (se refiere al diario EL COMERCIO) que la Atención Primaria estaba en crisis y que era necesario un debate sereno y participativo con las sociedades científicas y los profesionales sanitarios, hoy tenemos que reconocer que la situación ha empeorado notablemente. Sin duda alguna, a ello han contribuido los modos autoritarios y la ausencia de un diálogo franco por parte de la administración sanitaria, las discordancias entre la consejería y el Sespa, con la consiguiente desorientación de los equipos directivos; la ausencia de un proyecto claro e ilusionante e, incluso, la desunión entre los propios profesionales sanitarios. Ello ha desembocado en dimisiones masivas de coordinadores, gerentes y directores, lo que supone el fin de la ’legislatura sanitaria’, aunque aún queden dos años para las nuevas elecciones.

Lejos de abordar los problemas graves del sistema sanitario, como son la financiación, el gasto sanitario, la capacidad de resolución de Atención Primaria o la eficiencia de la atención hospitalaria, la administración sanitaria ha puesto todo su empeño en obligar a hacer guardias a los profesionales que no las hacían y en asegurar que con acuerdo sindical o sin él se realizarán tardes al menos en los centros de salud urbanos. No deja de ser sorprendente, como una muestra más de la política errática y desorientada de este Gobierno, que fue el mismo Gobierno que preside el señor Areces el que hace 3 ó 4 años suprimió las tardes al firmar con los representantes sindicales el horario de los servicios sanitarios de 8 a 15 horas. En cualquier caso, al margen del enfrentamiento que mantienen los profesionales y la Administración, ¿cuál es la percepción de los ciudadanos? ¿suponen estas medidas algún tipo de mejora en la atención sanitaria?

En los primeros días del mes de julio, el Ministerio de Sanidad y Consumo publicaba los resultados del Barómetro Sanitario del año 2007, que, como saben ,se trata de una encuesta a ciudadanos que viene realizándose periódicamente desde 1995 sobre diferentes aspectos de los servicios sanitarios. En las comparaciones entre las comunidades autónomas, Asturias por segundo o tercer año consecutivo ocupa la primera posición en el nivel de satisfacción con los servicios sanitarios públicos y muy especialmente con Atención Primaria. La opinión de los asturianos es muy positiva en relación con la cercanía de los centros y el horario de atención, pero muy negativa sobre el tiempo de dedicación del médico a cada paciente.

Se trata de un indicador indirecto de la verdadera calidad de los servicios sanitarios: es importante que los centros estén cerca, que el horario de cita sea amplio, que el trato sea cordial, etcétera, pero lo realmente importante, lo esencial, es que el enfermo pueda disponer del tiempo suficiente para contarle al médico lo que le ocurre y que el médico tenga tiempo para además de escuchar al paciente, practicar las exploraciones necesarias, orientar el diagnóstico de forma correcta y pautar el tratamiento adecuado.

Y en esta reivindicación, desde la Plataforma 10 minutos y la Sociedad Asturiana de Medicina de Familia, llevamos años batallando. Llevamos años solicitando al menos 10 minutos por paciente, reducción de las absurdas cargas burocráticas, acceso a las pruebas diagnósticas, cambios en la organización que faciliten un mayor tiempo de dedicación a los pacientes y la imperiosa necesidad de poner en marcha programas de calidad que evalúen la calidad de los servicios que ofrecemos y promuevan medidas de mejora. Coincidimos entonces los ciudadanos y los profesionales sanitarios: no hay problemas de accesibilidad ni geográfica ni horaria a los servicios sanitarios públicos en nuestra comunidad autónoma pero si lo hay en el tiempo de dedicación de médico a paciente.

Y, ¿cómo intentan resolver estos problemas las autoridades sanitarias? Pues la verdad que de una manera muy sorprendente: ampliando la oferta horaria -consultas de mañana y tarde- pero sin aumentar el tiempo de dedicación de los profesionales. Se trata de una medida política para un problema que no es político, es decir, se toma una decisión populista (oferta de consultas de tarde) para un problema que es específicamente un problema de gestión, organizativo. A primera vista, puede parecer a los ciudadanos que se produce una mejora ya que se pretende poner en marcha consultas de tarde, pero la realidad es otra: si su médico de familia pasa consulta todos los días en horario de tarde, usted no tiene oferta en horario de mañana, de manera que no hay mejoras en la accesibilidad ni tampoco si su médico pasa un día de mañana y otro de tarde porque se perderá la mañana.

Es una medida que no mejora la sanidad pública, sino que trata de parecer, de aparentar, que la mejora. Sabemos que es difícil para los políticos dejar de mirar las próximas elecciones (su ser y estar dependen en muchos casos de sus resultados), por eso huyen de cualquier medida impopular y hoy sabemos que es un despilfarro innecesario mantener todos los centros de salud abiertos por las tardes y sabemos que es necesario unificar puntos de asistencia para la atención a urgencias, sabemos que es imperativo establecer medidas dirigidas a promover la adecuada utilización de servicios sanitarios por la población. Todos los sabemos pero no hay la suficiente valentía política para tomar esas decisiones.

Vengo observando con preocupación cómo en los últimos meses, y de forma reiterada, los políticos y autoridades sanitarias acusan a los profesionales sanitarios -y particularmente a los médicos- de ser los responsables directos y parece que únicos del deterioro de los servicios sanitarios como si ellos (los políticos, los gerentes, directivos, etcétera) no tuvieran ninguna responsabilidad. Recientemente, Enrique Costas Lombardia, vicepresidente que fue de la Comisión de Análisis y Evaluación del Sistema Nacional de Salud (la famosa Comisión Abril), escribía un interesante artículo donde afirmaba (copio textualmente): «se ha dicho que en nuestro tiempo el médico es un héroe derrotado y, desde luego, algunos políticos pretenden tratarlo como simple operario de una fabrica de curar. El único que puede suscitar y guiar la renovación de la Sanidad Pública es el médico...». Coincido completamente con su análisis y creo que no es posible una reforma sin el médico y mucho menos contra los médicos.

Espero que esta temporada de estío, proclive a la lectura y a la reflexión, facilite que los responsable sanitarios recuperen la cordura y retomen el necesario diálogo con las sociedades y profesionales. Por el bien de un sistema sanitario público de calidad y de los pacientes.

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