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El pico de incremento de demanda por la gripe, coincidiendo con las fiestas, hacen que el problema se agrave …

El pico de incremento de demanda por la gripe, coincidiendo con las fiestas, hacen que el problema se agrave …

Los centros de salud cogen la gripe

 

Asturias es una de las comunidades más castigadas por la enfermedad, que colapsa los ambulatorios de la región

 

Oviedo, P. GALLEGO para La Nueva España

«Buenos días. Quería pedir hora para el médico». «Imposible», contestan al otro lado de la línea. «Hoy estamos hasta arriba, y mañana y pasado son festivos. ¿Le viene bien para el día 2?». Esta conversación, o muy parecida -algunos ambulatorios ya dan cita para la víspera de Reyes-, es la que tuvieron ayer buena parte de las personas que llamaron a sus centros de salud para pedir cita con su médico.

La gripe está en plena fase epidémica -con una tipología especialmente virulenta y contagiosa- y, según los datos del último informe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, el Principado es, junto a Navarra y el País Vasco, una de las comunidades más afectadas por el virus, con casi 445 casos (444,69) por cada 100.000 habitantes. El virus ha desbordado el sistema de atención primaria de la región y en un buen número de casos la única solución para recibir asistencia médica pasa por visitar las urgencias por asuntos que en otras circunstancias se resolverían en el ambulatorio más cercano.

En el centro de salud de Otero (Oviedo) -que cuenta con doce médicos de familia y tres pediatras- la última semana ha sido muy movida, y un coro de toses avisa al acercarse a las consultas de que la gripe centra estos días el trabajo de los facultativos de primaria. «Hemos atendido a mucha gente», aseguran desde la secretaría del centro.

Navidad y Año Nuevo han reducido la semana laboral a tres días (la atención primaria no funciona el 24, el 25, ayer y hoy), pero la demanda de atención ha subido, por lo que los profesionales han visto crecer aún más su carga de trabajo.

En la mañana de ayer las colas ante el mostrador eran constantes, y un buen número de pacientes esperaban en la puerta de cada una de las consultas. «Llevo media hora», se queja José Manuel Álvarez. El tiempo pasa despacio, y cualquier entretenimiento -desde la prensa hasta las consolas de última generación- es bueno para mitigar la espera hasta que la puerta se abre.

Dentro, cada médico escucha los mismos síntomas una y otra vez. Malestar general y estomacal, fiebre alta, tos o problemas respiratorios. Antonio García -que no se ha quitado el abrigo y la bufanda- asegura que en su casa todos tienen gripe, «pero sólo yo he venido al consultorio». Mercedes Rodríguez lleva dos días enferma, y hasta ayer no consiguió cita con el médico. «Preferí esperar antes que ir a urgencias», reconoce, «pero tendrían que poner más médicos estos días», una petición que comparte Susana Sánchez: «Tienen mucho trabajo, se ve que quieren hacerlo bien, pero somos muchos». Sanidad prevé que la enfermedad alcance su máximo a principios de enero, por lo que la situación parece estar lejos de solucionarse.

«Necesitaba venir hoy al médico», afirma Elena García, «así que he venido a última hora. Espero que me atiendan». El goteo de pacientes en el Paulino Prieto es constante, lo mismo que en el del Cristo o la Lila, centros en los que el número de personas atendidas con síntomas de gripe ha crecido mucho en la última semana.

En el centro de salud de Vallobín la situación durante estos días ha sido la misma. El clima frío y seco y la existencia de varios virus circulando por la región ha disparado la presión asistencial en un ambulatorio masificado por el crecimiento del barrio hacia La Florida. «He tardado una hora y sólo vengo a por recetas», se queja María Antonia Ruiz. El resto de las personas que esperan consulta comparten síntomas y diagnóstico. Gripe.

El colapso que sufre la primaria a causa del virus ayuda a que las farmacias cierren el año con un incremento en las ventas de fármacos contra los síntomas de la enfermedad. «Hemos vendido muchos más antigripales», corrobora María José Díaz, que tiene su farmacia en las proximidades de un centro de salud.

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