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Del quirófano a casa sin dormir en el HUCA

Del quirófano a casa sin dormir en el HUCA

El nuevo Hospital Central promoverá la cirugía ambulatoria. Se estima que el 45% de los 22.000 pacientes que se operarán al año no requerirán de ingreso

L.F, para el Comercio

Puede resultar paradójico, pero uno de los objetivos del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias es evitar, en la medida de lo posible, el ingreso del paciente. Siempre que se pueda y que el estado de salud del enfermo lo permita, los médicos del HUCA recurrirán a la cirugía mayor ambulatoria y a los llamados hospitales de día. Es decir, que el enfermo será operado por la mañana en alguno de los 36 quirófanos que habrá en La Cadellada y, si todo discurre bien, por la tarde o por la noche estará en su propia casa.

Esta es la filosofía que vienen aplicando en buena parte del mundo los hospitales más punteros, entre los que se quiere situar el HUCA una vez cambie de emplazamiento. Pasar a planta o pernoctar en el nuevo complejo quedará reservado a «quienes realmente necesiten cuidados de hospitalización», explica el gerente del Central. ¿Quiere decir esto que para ingresar en el nuevo centro habrá que estar casi en estado terminal? «No. Significa que potenciaremos la cirugía y el tratamiento ambulatorio, de forma que el paciente pase el menor tiempo posible en el hospital, ya que ésto es algo que beneficia al propio enfermo», responde Mario González.

Las operaciones sin ingreso son una asignatura pendiente del viejo Central, donde apenas suponen el 20% del total de actos quirúrgicos. De hecho, en El Cristo sólo hay un quirófano destinado específicamente a este tipo de intervenciones. En el nuevo hospital habrá cuatro salas para cirugía mayor ambulatoria, por lo que el incremento es más que notable.

Se estima que en La Cadellada, el 45% de las 22.000 intervenciones que se practicarán al año serán sin hospitalización. Esto significa que cerca de 10.000 pacientes (el doble que ahora) podrán marcharse a casa a las pocas horas de ser operados. No hará falta que duerman en el centro, ni que pasen varios días ingresados. «Es un cambio de filosofía y de organización», afirma el gerente del HUCA. La atención rápida y la alta resolución serán los ejes del futuro hospital, donde no sólo se primará la cirugía ambulatoria, sino también los hospitales de día, de los que habrá un total de seis, con 175 plazas.

El peso que tendrá la atención ambulatoria en el HUCA queda reflejado, incluso, en las cifras del propio proyecto arquitectónico, que otorga al edificio de consultas externas el 25% de la superficie total del complejo. La zona donde estarán atendiendo los especialistas, donde se situarán los centros de día y donde se realizarán las pruebas diagnósticas ocupa 38.746 metros cuadrados. Tendrá casi tanto como el bloque de hospitalización, que se lleva otro 31% de la parcela construida (46.764 metros cuadrados). Por las consultas externas se estima que llegarán a pasar un millón de personas al año.

De 1.300 a 1.039 camas

Uno de los retos que deberá afrontar el HUCA es la reducción del número de camas. El actual complejo ovetense tiene operativas entre 1.200 y 1.300 camas. En La Cadellada habrá 1.039, cifra que ingloba las 131 destinadas a pacientes críticos (las UCIs). Los responsable del Hospital Central llevan tiempo asegurando que el futuro centro sanitario deberá estar más fino con los ingresos de pacientes y bajar así la estancia media, que ahora se sitúa en los 9,5 días por enfermo.

Según desveló el presidente del Principado en la visita que el pasado lunes realizó a la obra del HUCA, la idea es que los pacientes permanezcan de media 7,5 días ingresados. Es decir, 2,5 días menos. ¿Cómo se conseguirá? Aquí vuelve a entrar en juego la atención ambulatoria. «Muchos de los enfermos que ahora quedan hospitalizados serán atendidos en los quirófanos sin ingreso del HUCA», explica el gerente del Central. «Eso hará que tengamos menos estancias anuales».

¿Permitirá esto que las 1.039 camas previstas sean suficientes? En principio, sí, aunque los efectos no se verán de inmediato. «Iremos poco a poco», dice González. De ahí que el objetivo de que el 40% de las habitaciones del HUCA sean de uso individual deberá esperar algún tiempo. Los responsables sanitarios son conscientes de que al principio la ocupación en La Cadellada será algo elevada. El tope máximo del futuro centro está en los 1.258 enfermos.

De momento, la única planta que tiene garantizada la individualidad en sus habitaciones al margen del nivel de ocupación es la de Ginecología y Obstetricia. Las embarazadas que den a luz en el nuevo Central disfrutarán de habitación para ellas solas. El resto tendrá que aguardar a que el HUCA vaya encajando piezas y readaptándose a los nuevos tiempos.

UCIs más confortables

Las que también serán individuales son las salas de UCI. Los pacientes críticos dispondrán de boxes personales. En total, habrá 131 camas de este tipo en La Cadellada (el actual hospital tiene 94), lo que elevará el confort de los enfermos, incluso de los más graves.

Las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos estarán dotadas de colchones antiescaras e inflables, que permitirán adaptarse a la anatomía de cada paciente. De los 131 boxes UCI que habrá en La Cadellada, 85 serán para adultos y 46 para niños. La zona de los pacientes críticos está directamente comunicada con la de quirófanos y con la de Urgencias, área ésta última por la que se estima pasarán al año unas 150.000 personas.

El complejo del HUCA se completa con otros equipamientos aún desconocidos. Entre ellos, el Centro de Biomedicina, que englobará a diferentes grupos de investigación del hospital y la Universidad de Oviedo. Sobre el campus y la instalación física de una Facultad de Medicina, poco dice el Principado. De momento, restringe el uso universitario a los 5.600 metros cuadrados de docencia que habrá en el interior del edificio de La Cadellada.

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