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Los centros de salud son los sitios donde más casos se registraron …

Los centros de salud son los sitios donde más casos se registraron …

El Sespa registró 272 agresiones en 2008

LAURA FONSECA, GIJÓN, para El comercio

115 enfermeras, 94 médicos, 31 auxiliares, 22 administrativos y 10 celadores denunciaron ataques, amenazas e insultos de usuarios

El 84% de los actos hostiles recayeron en personal femenino

Pacientes disconformes que acaban agrediendo o insultando al médico, la enfermera o al celador. También a administrativos o auxiliares. Aunque numéricamente no son muchas las agresiones registradas para un sector como el sanitario, donde en 2008 se contabilizaron 8 millones y medio de actos, sí son situaciones graves para quienes la viven en primera persona. El pasado año fueron 272 los profesionales que fueron víctimas de agresiones por parte de usuarios de la sanidad pública. Por colectivos, la peor parte se la llevó el sector de la enfermería. Según los datos del Servicio de Salud del Principado (Sespa) casi la mitad de los ataques (un 42%) recayeron en enfermeras y enfermeros. 115 ATS sufrieron algún tipo de hostilidad a manos de usuarios disgustados, seguidos de 94 médicos, 31 auxiliares de enfermería, 22 auxiliares administrativos y 10 celadores. En total, 272 denuncias, un dato que supera a las poco más de 200 de 2007.

El Registro de Agresiones del Sespa creado en setiembre de 2006 revela que los ataques tienen un claro sello sexista, ya que el el 84% de los casos denunciados correspondieron a profesionales mujeres. Entre los facultativos, por ejemplo, un sector en el que existe cierta paridad numérica, el 75% de las amenazas se dirigieron hacia el personal femenino. Santiago Álvarez Labra, responsable del Plan de Prevención y Actuaciones frente a Potenciales Situaciones Conflictivas del Sespa, cree que hay una connotación de género: «Se agrede a quien resulta más fácil agredir», explica.

De las 272 casos denunciados, 142 correspondieron a amenazas y otros 51 a insultos. Hubo también 58 agresiones físicas y 21 tentativa de ataque.

¿Son muchas 272 agresiones por parte de pacientes? Según Santiago Álvarez «si las comparamos con los más de ocho millones de actos sanitarios que hubo a lo largo de todo el año en el Sespa, es una cifra pequeña. Está claro que las agresiones son la excepción dentro de la sanidad pero contaminan el ambiente, ya que el miedo es tóxico», argumenta.

Más casos en Primaria

Los centros de salud son los sitios donde más casos se registraron. Más de la mitad de las situaciones (132) tuvieron lugar en Atención Primaria. «Es un ámbito donde hay mucha más cercanía e interrelación entre usuarios y trabajadores, de ahí, que sea donde más casos se contabilizan», afirma Santiago Álvarez. En los hospitales hubo 63 agresiones, mientras que el resto, 77 casos, correspondieron al área de Salud Mental.

No facilitar una baja médica, discrepar con el tratamiento prescrito, negarse a autorizar una prueba o la existencia de demoras en las citaciones han sido las principales causas de conflicto. «Afortunadamente no hemos tenido que lamentar lesiones ni casos graves», abunda Santiago Álvarez, quien apunta que el asesinato del psiquiatra Antonio Gimeno, en Langreo, a manos de un paciente hace ya diez años, «fue el punto de inflexión en Asturias».

Pero los ataques no sólo provienen de los pacientes. Muchas veces la hostilidad la protagoniza un acompañante. En 2008, 198 de las agresiones partieron de los propios usuarios pero en otros 74 casos la agresión o el insulto surgió de un familiar que venía con el paciente. Asimismo, los que agreden son mayormente varones, en una proporción de un 64% frente al 36% de mujeres.

El Sespa dispone de un Plan de Prevención y Actuación para abordar potenciales situaciones conflictivas, que incluye formación para el manejo de casos de riesgo, protección a los trabajadores, apoyo institucional y asistencia letrada y psicológica a las víctimas. «Quien sufre una situación de este tipo lo pasa mal», indica Álvarez. En alguna ocasión, la justicia ha llegado a dictar orden de alejamiento para el paciente agresor.

Las agresiones sufridas quedan apuntadas en un registro regional. Cada uno de los casos es comunicado a la gerencia del área y de ahí a los servicios centrales del Sespa. Santiago Álvarez se encarga de contactar con cada uno de los afectados. «Recogemos toda la información posible de lo ocurrido. Incluido parte de lesiones, si lo hay». A partir de entonces se inicia un proceso que acaba en la vía judicial si el agredido está de acuerdo. El paciente que propició el ataque es cambiado inmediatamente de profesional. En 2008, de los 272 profesionales agredidos seis acabaron de baja.

Delito de atentado

Pegar, insultar o amenazar a un médico, a una enfermera o a un administrativo puede resultar muy caro. 17 de estas agresiones acabaron en juicio en 2008. Otros 10 personas afectadas están pendientes de iniciar un proceso judicial. Según informó el Sespa, «todas las sentencias han sido favorables a los trabajadores». Además, se han dictado ya tres fallos que califican las agresiones como delito de atentado a funcionario público, lo que conlleva una pena de hasta 4 años de prisión.

El pasado diciembre, el Juzgado de lo Penal número 2 de los de Gijón, condenó a un paciente de la comunidad terapéutica de Somió a año y medio de cárcel por haberle propinado un cabezazo a una de las enfermeras. La sentencia, que calificó los hechos como delito de atentado, castigó al agresor a un año de prisión y añadió seis meses por otro delito de lesiones. Este es el tercer usuario de la sanidad al que los jueces asturianos envian a prisión por agredir a personal sanitario.

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