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Entrevista a Beatriz Prieto Toraño …

Entrevista a Beatriz Prieto Toraño …

«En menos de 20 años, en la medicina habrá una descapitalización humana importante»

BEATRIZ PRIETO TORAÑO Profesora de Sociología de la Universidad de Oviedo,

P. Á.  para La Nueva España
Beatriz Prieto Toraño (Gijón, 1965) es profesora de Sociología de la Universidad de Oviedo. Especializada en Sociología de la Educación, ha investigado también sobre las prejubilaciones y la situación de la profesión médica en Asturias.

-¿Faltan médicos en Asturias?

-La respuesta requiere muchos matices. En la actualidad, la sanidad asturiana no tiene un déficit importante de médicos, aunque sí hay especialidades más deficitarias. Si nos comparamos con el conjunto del Estado, en Asturias la relación de médicos por habitante es más favorable y salimos especialmente beneficiados en las especialidades quirúrgicas. Pero, si bien el problema no es grave en este momento, sí lo será en los próximos años.

-¿Por qué?

-Hay tres factores: el envejecimiento de los facultativos, el desequilibrio de edad de las plantillas y, cómo no, el envejecimiento de la población asturiana, que se intensificará a corto plazo.

-O sea, que hay riesgos de desabastecimiento de profesionales.

-Yo diría que sí. La profesión médica presenta una distribución por edad fuertemente desequilibrada, tanto en el conjunto del Estado como en Asturias.

-¿Razones?

-Los desiguales procesos de formación y empleo que han tenido lugar en España desde finales de los años 70, cuando se establecieron los primeros númerus clausus, hasta la actualidad. Vivimos en un país de extremos, y en unas décadas hemos pasado de tener unas facultades de Medicina llenas a rebosar a limitar al extremo el acceso a la formación universitaria en Medicina y, posteriormente, a restringir el paso a la especialización y, finalmente, al empleo.

-¿Consecuencias?

-En menos de dos décadas, habrá una importante descapitalización humana de las especialidades más antiguas debido a las jubilaciones. En diez años se habrá jubilado cerca de un tercio de los especialistas que trabajan en los hospitales asturianos, y el ritmo de incorporación de especialistas jóvenes no es suficiente para compensar ese vacío. En el caso de las especialidades más nuevas, la pérdida de efectivos se hará tangible a medio plazo.

-¿Habría que aumentar la cifra de admisiones en las facultades de Medicina?

-Desde luego. Estamos ante un cierre profesional claro. Los médicos que ahora nos atienden, que han superado los 50 años y que en los hospitales son mayoría, han estudiado en aulas completamente masificadas y son magníficos profesionales. Hemos pasado nuevamente de un extremo a otro. Necesitamos que se formen más médicos y médicas.

-Eso requiere tiempo...

-Es la formación más cara y la más larga. Un estudiante de medicina necesita un mínimo de diez años para llegar a alcanzar una especialización, y eso requiere de las instituciones una planificación a largo plazo. A menudo, la planificación ha respondido más a una política a corto plazo, para dar soluciones rápidas a cuestiones urgentes. Planificar a largo plazo es algo que no se practica, pero en este caso una irresponsabilidad no hacerlo.

-¿Puede paliarse el supuesto déficit de médicos con una mejor organización o una redistribución de los efectivos?

-Una de las quejas más generalizadas de los facultativos que trabajan en la periferia de Asturias es la falta de oportunidades de traslado al cabo de los años y el aislamiento profesional. Por eso reclaman concursos de traslados y sistemas de rotación, de manera que al cabo de un tiempo se facilite el cambio de destino. Al mismo tiempo, demandan un mayor contacto con grandes hospitales como los del área de Oviedo y Gijón, entre otros.

-¿Faltan estímulos?

-Existen medidas de motivación para conseguir una adecuada cobertura de especialistas en las áreas del Oriente y el Occidente. Hablo de incentivos económicos. O de la valoración de los años trabajados en las alas de la región para futuros traslados. O del establecimiento de rotaciones de especialistas.

-¿A quién beneficia y a quién perjudica el déficit de médicos?

-El déficit de médicos perjudica a todos, aunque algunos sectores no compartirán seguramente esta opinión. El cierre profesional que se practica puede parecer una buena medida para asegurar las condiciones laborales y económicas de los profesionales, pero a la larga redunda en descontento laboral, intensificación de las jornadas, aumento de las listas de pacientes, dificultad de las relaciones con los pacientes... Estamos próximos a un proceso de descapitalización profesional como consecuencia de las jubilaciones de profesionales que poseen una carga de experiencia que difícilmente se puede sustituir.

-¿Es adecuado establecer la jubilación obligatoria de los médicos a los 65 años?

-No me parece adecuada, al menos no para todas las especialidades. De hecho, creo que en el caso asturiano, con la actual plantilla, sería un problema. Hay modalidades de jubilación de transición a partir de los 65 que pueden ser más adecuadas que hacerla obligatoria. De forma voluntaria el trabajo puede prolongarse más allá de los 65, pero con una reducción de la carga de trabajo o con otro tipo de competencias, más orientadas a asesorías donde pueda aprovecharse la experiencia de estos profesionales.

-¿Ha cambiado la consideración social del médico?

-La medicina sigue siendo una profesión con reconocimiento social, pero no al nivel de hace años. La medicina debe seguir siendo ante todo vocacional, porque de otro modo es difícil entender cómo los chicos y chicas mejor preparados pueden estar dispuestos a someterse al período de formación y de especialización más largo de todas las profesiones y a un sacrificio muchas veces personal por el tipo de especialidad que se ejerce. Cuando operas, sólo puedes pensar en eso, y todo lo demás pasa a un segundo plano. Un alumno con un expediente de 9 en el Bachiller y la PAU tiene opciones formativas mucho más lucrativas que la medicina, no nos engañemos.

-La medicina se ha feminizado intensamente en los últimos tiempos. ¿Consecuencias?

-La tendencia a la feminización de la medicina es muy clara: casi dos de cada tres médicos menores de 35 años son mujeres. La sanidad se renueva principalmente a través de las mujeres, y éstas eligen unas especialidades más que otras, a menudo debido a la dificultad de conciliar la vida personal con las exigencias que conlleva determinada práctica médica. Este dato nos permite anticipar problemas de renovación de plantillas en algunas especialidades que no sólo son las más envejecidas, sino, además, las más masculinizadas. Si necesitamos médicos y éstos son mayoritariamente mujeres, tal vez debamos introducir cambios en la organización del trabajo que atraigan a las médicas a especialidades deficitarias de facultativos. O eso, o el reemplazo generacional será aún más difícil.

«El déficit de médicos puede parecer bueno para asegurar las condiciones laborales y económicas de los profesionales, pero a la larga redunda en descontento laboral»

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