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Opinión del portavoz de la Plataforma ciudadana en defensa del Hospital del Oriente ante la votación de hoy en la JGPA ...

Opinión del portavoz de la Plataforma ciudadana en defensa del Hospital del Oriente ante la votación de hoy en la JGPA ...

Hospital de Arriondas, equidad y compromiso político

Es descarado apelar al argumento económico para rechazar la entrada del centro en la red pública

 

AGUSTÍN LÓPEZ-RIVAS PORTAVOZ DE LA PLATAFORMA EN DEFENSA DEL HOSPITAL DEL ORIENTE

En la coyuntura actual y con una conflictiva historia a cuestas conocida por todos, nadie duda ya de que la fórmula de Fundación, utilizada para la gestión del Hospital del Oriente de Asturias (HOA), es un rotundo fracaso.

Son muchas las razones, desde la perspectiva del usuario, que podríamos esgrimir para justificar nuestra oposición a mantener el sistema fundacional como "tapadera" del verdadero gestor público en el Oriente, pero una es la principal, por su fuerza moral e ideológica: mantener la Fundación supone seguir burlando el principio de equidad en Sanidad que recoge la Constitución Española como indispensable pilar del sistema público sanitario, algo a lo que, como ciudadanos, no estamos dispuestos.

Pero analicemos como ha afectado y afecta a los ciudadanos y ciudadanas esta falta de gestión directa de forma concreta: el HOA es el centro sanitario de la provincia con una menor ratio de camas por mil habitantes (1,4) muy por debajo de la media de Asturias que es de 3,20, más del doble. (Memoria del SESPA, año 2008). Este dato, junto a una ocupación media cercana al 92%, implica un déficit de camas que provoca con frecuencia el traslado de pacientes que precisan ingreso urgente a otros centros por falta de camas (en lo que va de año son ya más de dos centenares), con el consiguiente perjuicio familiar y económico para estos usuarios y usuarias. Por otra parte, el número de médicos especialistas es claramente inferior al de otras áreas con similar población (96 especialistas en el área I frente a 72 en el área VI), como también resultan menores los recursos de espacio de atención médica (35 salas de consultas externas frente a 21), datos de los que no parece difícil deducir un creciente deterioro de las listas de espera, con aumentos en las demoras, y pacientes pendientes de que se les asigne una cita (ni siquiera conocen su demora), en ocasiones bastante alejada de sus expectativas o de sus necesidades de tratamiento. Y este no es el camino de la equidad, que supone prestar similar atención sanitaria para las mismas necesidades, porque nada hace suponer que las necesidades de inversión en salud deban ser menores en la comarca oriental: muy al contrario, las características demográficas y de dispersión de la comarca harían seguramente necesario un esfuerzo mayor. Pues a pesar de ello, la dotación económica de nuestro hospital sigue estando muy por debajo de la que tienen sus homólogos de otras áreas sanitarias, quizá con la extraña y absurda pretensión de "demostrar" que es más eficiente, cuando lo que en realidad se está consiguiendo es ahogar económicamente al centro, y discriminar a los vecinos y vecinas de la comarca.

Sin entrar en la necesidad del modelo fundacional para la creación del centro hospitalario, actualmente y trascurridos siete años desde las transferencias sanitarias en nuestra Autonomía, no sólo cabe corroborar que la fundación como tal no tiene sentido, sino que se puede afirmar de forma contundente que constituye el principal obstáculo para la normalización y el desarrollo asistencial del HOA. Por eso entendemos menos aún la actual postura del gobierno socialista, expresadas por su portavoz, la Sra. Ana Rosa Migoya, donde con argumentos falaces y chantajistas, utilizando de rehenes a los trabajadores, y haciendo caso omiso de todos los dictámenes jurídicos aportados, insiste machaconamente en querer mantener la Fundación como método indirecto para prestarnos asistencia. Más difícilmente conciliable es aún su postura actual con la que mantenía cuando ejercitaba la oposición, pues ella misma fue quien hace ya años advirtió ante la Junta General del Principado del peligro que mantener la Fundación suponía y citamos sus palabras textuales: "creemos que el futuro de ese hospital, irremediablemente, debe pasar por su integración en la red sanitaria pública, por razones de igualdad de trato a los usuarios y por razones de equidad, que debe ser, la equidad, la espina dorsal del sistema sanitario público, debe seguir siéndolo" (Diario de Sesiones de la JGPA, 19 de Febrero de 1999).

Pues bien, ha llegado la hora de pasar de las palabras fáciles a los hechos. Resulta vergonzoso, tras años de ahorro descarado a nuestra costa, utilizar el argumento económico; más vergonzoso aún pretender anular el derecho a legislar de su propio Parlamento y aún más si cabe, el utilizar como excusa a los trabajadores, cuando los dictámenes de los Catedráticos Bocanegra y Fernández-Miranda y el precedente de múltiples hospitales integrados en nuestro país (algunos muy recientemente o en curso, como es el caso de varios hospitales militares), avalan la legalidad de procesos prácticamente idénticos.

Hoy se vota la continuidad de los trámites parlamentarios para tener finalmente una ley que integre nuestro hospital en el SESPA. ¡Ojalá! estas líneas sirvan para la reflexión, tan práctica como ideológica, de aquellos que van a decidir el futuro de la sanidad en el Oriente.

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