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Los tribunales tendrán la última palabra pero, a nuestro juicio, la medida es oportuna sobre todo si las excepciones quedan claras …

Los tribunales tendrán la última palabra pero, a nuestro juicio, la medida es oportuna sobre todo si las excepciones quedan claras …

El Colegio y el SIMPA vaticinan un atasco y un bajón de calidad por la jubilación de médicos

El Sespa matiza que los traslados forzosos serán «excepcionales» y que en 2010 sólo se retirará a los profesionales que sean sustituibles.

Foto: Dr. Colmeiro del Simpa

ARCHIVO Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, para La Nueva España

Las jubilaciones obligatorias y los traslados forzosos a las alas de la región provocarán un «atasco» sin precedentes y una caída de la calidad en la asistencia que presta la sanidad pública asturiana. Ésta es, al menos, la advertencia que ayer lanzaron el Colegio de Médicos de Asturias y el Sindicato Médico (SIMPA), que han decidido llevar a los tribunales el Plan de Ordenación de Recursos Humanos del Servicio de Salud del Principado (Sespa), el documento del que emanan las dos medidas que han soliviantado a los facultativos de la región.

La Administración sanitaria ha querido dar prioridad a las normativas legales con las que aspira a solucionar dos de los principales problemas del sistema regional de salud. Con la jubilación obligatoria a los 65 años pretende impulsar el relevo generacional en una plantilla médica sensiblemente envejecida. Con los traslados forzosos, el objetivo es paliar el déficit de facultativos que en ocasiones sufren las áreas de Jarrio y Cangas del Narcea.

Fuentes del Servicio de Salud matizaron ayer el alcance de estas dos medidas. Con relación a las jubilaciones, el pasado día 14 fueron retirados de un golpe 80 médicos de 65 años o más. Pero el dato de mayor envergadura señala que a lo largo de 2010 cumplirán esta edad un total de 202 facultativos de la sanidad pública: 171 especialistas de hospitales y 31 profesionales de atención primaria (26 médicos de familia y 5 pediatras).

«La cifra de 202 está ahí, pero sólo serán jubilados los médicos que puedan ser sustituidos, porque la legislación que hemos aprobado recoge claramente que puede haber excepciones», indicó un portavoz del Sespa. Esta precisión constituye una respuesta a quienes pronostican que los procesos masivos de jubilación generarán «un caos» en los centros sanitarios, tanto por la imposibilidad de relevar a todos los profesionales que se retiren como por la marcha de facultativos que desarrollan técnicas o procedimientos que sus eventuales sustitutos no dominan.

En el bloque de jubilaciones del 14 de diciembre se estableció un pequeño número de excepciones, y el Sespa no quiere anticipar cuántas podrían registrarse a lo largo del año que viene. «Si se ejecutan las jubilaciones previstas puede producirse una hecatombe», señaló ayer Carmen Rodríguez, presidenta del Colegio de Médicos de Asturias, quien agrega que «si ya las 80 jubilaciones han supuesto una merma del servicio sanitario, las 202 puede implicar un atasco del que la sanidad no sea capaz de recuperarse en mucho tiempo».

El Colegio ha recurrido el contenido completo del Plan de Ordenación de Recursos Humanos, con el fin de que, sobre esa base, cada médico pueda impugnar individualmente en función de los perjuicios que la normativa le genere.

También el Sindicato Médico de Asturias va a impugnar el plan de recursos humanos por cuanto «en realidad no es un plan de recursos humanos, sino un expediente de regulación de empleo, un plan de jubilaciones», señaló Ángel Colmeiro, responsable de atención especializada del SIMPA, quien da por seguro que con las jubilaciones obligatorias a los 65 años «la calidad del sistema sanitario asturiano va a disminuir sustancialmente porque estamos perdiendo especialistas de prestigio y eso va a notarse».

Una segunda precisión del Sespa hace referencia al ámbito de aplicación de los traslados forzosos a las alas de Asturias, cuya duración no podrá exceder de dos meses. El Colegio de Médicos sostiene que sólo debe afectar a los facultativos que en adelante se incorporen al sistema sanitario público, no a los que ya trabajan en él.

Carmen Rodríguez argumenta que una sentencia dictada hace unos meses dio al traste con la normativa de movilidad obligatoria que había instaurado el Servicio de Salud. El Sespa replica que la aprobación del plan de recursos humanos y la resolución publicada anteayer en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) subsana los «defectos formales» que reprochaba el juez. Las citadas fuentes del Servicio de Salud subrayan que los traslados forzosos podrán aplicarse a todos los profesionales estatutarios fijos y temporales, pues lo contrario «supondría una discriminación». El Sespa admite que, aunque sobre el papel es posible imponer la movilidad a todas las categorías y hacia todas las áreas sanitarias, en la práctica servirá para dotar de médicos a las áreas de Cangas del Narcea y Jarrio. «Estamos hablando de casos excepcionales», indicaron fuentes de la Administración.

Publicado ayer en El Pais …

Si este caso no es una posible excepción ¿Cómo son las excepciones? … ¿a dedo?

El déficit de facultativos pone en cuestión la jubilación forzosa a los 65 años y aconseja flexibilizar la edad de retiro - Madrid y Cataluña han dado marcha atrás.

ELENA G. SEVILLANO 30/12/2009, para El Pais

"Yo iba a hacer más". A Ignacio Blanco, neumólogo, casi no le salen las palabras. Sólo se embala cuando habla de sus investigaciones sobre la alfa-1 antitripsina, una proteína que podría ser clave para entender la fibromialgia. Es día laborable, pero contesta al teléfono desde su casa de Oviedo. "Hoy fui a llevar los papeles de la jubilación", suspira. Es uno de los 80 médicos de los que el servicio de salud asturiano ha decidido prescindir. Cumplió 65 años en mayo. Ha tenido que dejar su puesto en el Hospital Valle del Nalón, en Langreo, desde donde dirigía una línea de investigación de la que es referente mundial. Publicaciones en revistas, patentes, becas del Instituto Carlos III, invitaciones para participar en congresos internacionales... Todo parado. "Estoy avergonzado. No me atrevo ni a decirles que estoy en la calle".

Asturias es la última comunidad autónoma en impulsar la jubilación forzosa para los médicos que han cumplido los 65 años. Antes lo hicieron Cataluña, Andalucía, Canarias, Baleares, Cantabria... Algunas, como Cataluña, tuvieron que rectificar por la escasez de profesionales. Madrid publicó una resolución con el mismo objetivo a finales de noviembre pasado. Quince días después tuvo que anularla: los profesionales se le echaron encima. La jubilación a los 65 debería ser un derecho, no una obligación, argumentan. Si el médico conserva la salud y la pericia, debe poder continuar. Sobre todo, cuando se da la paradoja de que fuera del sector público no hay edad límite para ejercer.

Ignacio Blanco no se lo esperaba. "Para mí fue terrible, porque estaba en lo más alto". Dice que está fuerte, que todavía juega al fútbol con su hijo. Y que en lo profesional aún tenía mucho que ofrecer. "Me da tanta pena dejar esto. Estoy muy decepcionado, pero soy muy luchador. Tengo que buscar una salida". Algo así debieron pensar los médicos catalanes cuando en 2004 el Institut Català de la Salut (ICS) decidió deshacerse, en bloque, de 332 de ellos. Muchos recurrieron de forma individual. El sindicato mayoritario, Médicos de Cataluña, interpuso un recurso contencioso-administrativo. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) obligó a readmitir a 20 médicos en febrero de 2008. Cinco meses después, otra sentencia del TSJC tumbó la jubilación forzosa porque la Generalitat no tenía un plan de reordenación de efectivos previo a las jubilaciones. Más de 120 personas están pendientes de sus reclamaciones por daños y perjuicios.

¿Cuándo debe retirarse un médico? ¿A los 65, como casi todo el mundo? ¿A los 70, como han venido haciendo hasta hace muy poco, y aún pueden hacer, por ejemplo, en Murcia? "Un médico no trabaja cavando en una mina, ni arando un campo. A los 65 años es cuando está mejor de cabeza y cuando más experiencia tiene", asegura Manuel Sánchez, vocal nacional de Hospitales de la Organización Médica Colegial (OMC), entidad que agrupa a todos los colegios de España. Él se considera buen ejemplo de ello. A sus 66 años, sigue ejerciendo como cirujano general y del aparato digestivo en el hospital General Yagüe de Burgos. "Ya no hago operaciones de 12 o 14 horas como antes, pero aguanto perfectamente las de dos, cuatro y hasta seis horas", explica. "Eliminar los médicos a los 65 años es un despilfarro que no se puede permitir este país", sentencia.

Los médicos españoles ya no son ningunos chavales. Casi un tercio (31%) de los que trabajan en el Sistema Nacional de Salud tiene entre 50 y 60 años. Un 10% ha superado los 60, según el informe Oferta y necesidades de médicos especialistas 2008-2025. La jubilación masiva de profesionales que se espera en los próximos años supone una amenaza para la sostenibilidad del sistema. Lo constata el estudio, encargado por el Ministerio de Sanidad y el más exhaustivo hasta la fecha. Como consecuencia de las jubilaciones, asegura, se pueden agravar las necesidades de especialistas a partir de 2015 y, especialmente, a partir de 2025. Para entonces, el déficit podría ser de un 14% (22.000 profesionales) "si no se toman medidas", avisan los autores.

Una de esas medidas está clara para Beatriz González López-Valcárcel, catedrática de economía aplicada de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y coautora del estudio del Ministerio. "No tiene sentido que un país tenga como norma general jubilar a sus médicos a los 65 años. Es una pérdida enorme de recursos humanos. Los hay que están muy bien a esa edad. El sistema debería ser capaz de discriminar y tener flexibilidad". Más que nada, porque al sistema le conviene. Con las cifras actuales, la reposición de efectivos por jubilación "no es preocupante", afirma el estudio. "De momento" avisa González. "Dentro de 15 años, si tenemos en cuenta que hay muchos médicos que rondan los 50, se producirá una jubilación masiva", añade.

Para entonces, los médicos jóvenes no serán suficientes para sustituir a sus colegas sesentones, alerta el estudio. Las facultades de Medicina españolas licenciaron en el curso 2006-2007 a 3.841 estudiantes. Al mismo tiempo (2007), el Ministerio de Educación homologó 5.383 títulos extranjeros de licenciado en medicina. Por primera vez, los titulados en otros países superaron a los estudiantes salidos de las universidades españolas. Formar a un médico cuesta, además de mucho dinero, algo más de una década: la carrera suma seis años. La preparación del examen para obtener una plaza y poder especializarse, otro año más. La formación MIR (médico interno residente) es de cuatro o cinco años, según la especialidad.

El tan temido déficit de médicos ya está aquí, asegura el estudio. Basándose en la percepción de los responsables de recursos humanos de las comunidades autónomas, el trabajo concluye que faltan profesionales en 27 de las 43 especialidades médicas. En la mayoría el déficit se define como "leve", pero en cinco (cirugía torácica, geriatría, cirugía pediátrica, farmacología clínica y neurocirugía) es ya "moderado" -entre el 10% y el 25% de los médicos en activo- y en dos (pediatría y medicina de familia), "grave" -más del 35% de los médicos en activo-.

Como dice el estudio, hay que tomar medidas para atajar el déficit. El Ministerio de Sanidad propone algunas: intentar recuperar a médicos que trabajan en el extranjero, agilizar la homologación de especialistas extracomunitarios, aumentar las plazas de medicina, etcétera. Pero ni palabra de prolongar, de forma voluntaria, la vida activa de los facultativos. En ese tema, el ministerio echa balones fuera: "Las comunidades autónomas son las que gestionan los recursos humanos en sus territorios", asegura un portavoz. Y el resultado es que cada una hace lo que mejor le parece.

Existe una norma común, la ley del Estatuto Marco, aprobada por el Partido Popular a finales de 2003, que establece la jubilación forzosa del personal estatutario (el de los servicios sanitarios públicos) a los 65 años. Con excepciones: "El interesado podrá solicitar voluntariamente su permanencia en servicio activo hasta cumplir, como máximo, los 70 años de edad, siempre que quede acreditado que reúne la capacidad funcional necesaria". Pero la ley deja en manos de cada servicio de salud autorizar esa prórroga en base a sus necesidades. Como resultado, hay comunidades que aplican a rajatabla el Estatuto Marco, otras que lo hacen a medias y algunas que no lo hacen.

Cataluña fue pionera en jubilar a sus médicos a los 65 y en dar marcha atrás a la medida. En octubre de 2007, la consejera Marina Geli tuvo que declarar una moratoria a la jubilación obligatoria en seis especialidades "deficitarias": medicina de familia, obstetricia y ginecología, anestesiología, psiquiatría, radiología y pediatría. Según el Instituto Catalán de la Salud -cuyos s tienen, de media, 45,3 años- sólo el 19% de los especialistas se acogieron.

"Fue una medida absolutamente irracional. Ahora que toda Europa estudia alargar la jubilación, aquí hacemos lo contrario, con un planteamiento puramente economicista", critica Antoni Gallego, secretario general del sindicato Médicos de Cataluña. Según datos del ICS, 28 médicos ganaron en los tribunales los recursos para revocar su jubilación. A cuatro los tuvieron que volver a aceptar, pero tres fueron de nuevo jubilados poco después, cuando en 2008 se aprobó el plan de ordenación de recursos humanos: sus especialidades no eran deficitarias. De los 24 restantes, algunos recibieron la sentencia con los 70 cumplidos y otros optaron por la indemnización. A todos les tuvo que pagar el ICS la diferencia entre la pensión y el sueldo que cobrarían de estar trabajando.

La actividad asistencial crecerá en Madrid un 20% en los próximos años, según un informe de necesidades de especialistas hecho público el año pasado. Y para entonces, si los médicos se jubilan a los 65, se necesitarán 6.600 profesionales. Si lo hacen a los 70, sólo 5.000. Esas eran las previsiones del consejero de Sanidad, Juan José Güemes, que a finales de noviembre publicó una resolución en la que endurecía las condiciones para seguir trabajando más allá de los 65 años. Entre otras cosas, el médico podía ser enviado a cualquier puesto de trabajo, en cualquier punto de la región. La presión de los profesionales le ha obligado a anular la medida.

Las comunidades autónomas tratan de no mencionar el beneficio económico que les supone dejar de pagar las nóminas a médicos con más de 30 años de carrera profesional, muchos de ellos jefes de servicio. Prefieren destacar otras ventajas, como el rejuvenecimiento de las plantillas, pero lo cierto es que se ahorran un buen pico al prescindir de los facultativos mejor pagados. Si ésa era la intención de la Generalitat, parece que le va a salir el tiro por la culata, según el sindicato. Gallego hace el cálculo: "Si los 700 médicos que se han jubilado forzosamente entre 2004 y 2008 presentan la reclamación y ganan, a Sanidad le saldría por 70 millones de euros".

Unos meses más tarde que Cataluña, Andalucía jubiló a otros 400 médicos en bloque. Ha seguido haciéndolo, en contra de la opinión del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, que reclama la voluntariedad de la jubilación a los 65. Un estudio estadístico reciente del Consejo alerta del envejecimiento de los médicos andaluces: la edad media está en 51 años y el 28% entrarán en edad de retiro en los próximos 10 años. "Jubilarse a los 65 es un logro; ésta es una profesión de mucho desgaste", concede el presidente de la corporación colegial, Juan José Sánchez Luque. "Pero que se vayan obligados supone perder ese caudal de conocimiento que en medicina es muy importante". Y añade: "Nos van a faltar médicos a corto plazo. Qué mejor que aprovechar los que ya tenemos". Incrementar el número de alumnos en las facultades de medicina no le parece buena solución. "Es peligroso. Ya lo vivimos a finales de los ochenta, cuando el superávit de médicos obligó a muchos a abandonar la profesión porque no encontraban trabajo".

El médico debe poder decidir si sigue o no sigue, opinan los expertos. "Aunque debe existir una comisión que valore el estado físico y mental, así como las habilidades propias del médico", puntualiza el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, Joaquín García-Estañ López. "Parece lógico que, si el médico está en buen estado, pueda seguir ejerciendo hasta que su salud física y mental lo permita. En la universidad así ocurre, hasta los 70 años, pudiéndose optar por continuar de emérito al menos dos años más".

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