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Hoy el 1 de Mayo cumple 120 años …¡¡Viva el 1 de Mayo!!

Hoy el 1 de Mayo cumple 120 años …¡¡Viva el 1 de Mayo!!

Tribuna de opinión de Ignacio Fernández Toxo:

"Crisis, empleo y protección social"

Celebramos el 1 de mayo en medio de la crisis económica y financiera más grave de los últimos 20 años -los 4,6 millones de personas en el desempleo es una buena prueba de lo que decimos-. Y lo hacemos con una primera y rotunda afirmación: la recuperación de la actividad económica y del empleo exigen el compromiso de todos: Gobierno, organizaciones empresariales, sindicatos y fuerzas políticas; y si aquellos que agitaron el ideario liberal del mercado sin reglas y del capitalismo financiero, causante del actual desbarajuste, pretenden ahora marcar el camino de salida a golpe de recetas contra los derechos de los trabajadores, deben saber que tendrán enfrente al movimiento sindical y, más concretamente, a Comisiones Obreras.

El 1 de mayo es antes que nada una jornada de solidaridad internacional. Cuando se cumplen 120 años de fiesta y reivindicación del 1 de mayo en España, justo es simbolizar el internacionalismo sindical recordando a los centenares de miles de personas víctimas hace unos meses de sendos terremotos en Haití y Chile, y a los millones de ciudadanos y ciudadanas que habiendo salvado la vida se han quedado sin nada; por no tener no tienen ni país. CCOO llama la atención de Gobiernos e instituciones internacionales, públicas y privadas, para que estas personas y pueblos no permanezcan en el olvido y reciban la ayuda asistencial y económica necesaria para reconstruir sus vidas.

La actualidad de la crisis económica

El 1 de mayo es siempre una oportunidad para echar una mirada al mundo del trabajo. Una oportunidad para actualizar la agenda de reivindicaciones del movimiento sindical y participar en el debate público abierto a propósito de la crisis económica y sus consecuencias.

Son muchos y diversos los portavoces de la economía, la política y los llamados organismos financieros que exigen a los sindicatos todo tipo de sacrificios. Apuntan -incluso disparan sin apuntar-, a los salarios, la protección social y los derechos laborales como blancos de su manual de instrucciones. En su diagnóstico, ignoran que el principal sacrificio lo están haciendo ya los trabajadores en paro (son más del 20% de la población activa) y que lo hacen en medio de una crisis que, muchas veces, causan los mismos gestores que les despiden. Es el recurso de una clase empresarial educada en la rescisión del contrato de trabajo como respuesta al primer síntoma de la crisis. En su concepción de las relaciones laborales no figura la posibilidad de otras vías (reducción de la jornada laboral, reparto del trabajo, coparticipación de los poderes públicos) orientadas a mantener el mayor número de puestos de trabajo posible.

Y en este campo de juego, CCOO cree imprescindible precisar algunas reglas. De todas las reformas estructurales pendientes, los mismos sectores que estuvieron en el origen de la crisis, señalan una por encima del resto: la reforma del mercado de trabajo; una reforma que se encuentra en plena negociación en la mesa de diálogo social. Para CCOO, el eje básico de intervención en el mercado de trabajo español no puede ser otro que el de acabar con la dualidad del mismo, una dualidad fundamentalmente marcada por la existencia de una injustificada temporalidad que convierte a las personas con este tipo de contratos en carne de cañón de todas las crisis. Y estas personas, en su mayoría inmigrantes, jóvenes y mujeres, lo que exigen es un contrato estable y con derechos, la otra gran demanda del movimiento sindical en esta negociación.

Por su parte, representantes empresariales, ciertas fuerzas políticas, y algún que otro analista financiero, creen que la reforma del mercado de trabajo debe centrarse en la flexibilidad laboral y el abaratamiento del despido. Una obsesión que, en ocasiones, contagia a los responsables del Gobierno como lo demuestran alguna de sus propuestas sobre modelo de contratación indefinida. Por cierto, cabe apuntar que el Ejecutivo muestra una preocupante sensación de zozobra y duda. Sus voces son múltiples y sus opiniones contradictorias.

Reforma del sistema financiero y protección social

El otro blanco preferido del discurso liberal es el gasto social, y más exactamente, los sistemas de protección social. Las prestaciones por desempleo y, sobre todo, las pensiones, en el punto de mira. Poco les importa otra reforma, de efectos mucho más directos, como es la que necesita el sistema financiero. Una reforma para que fluya el crédito a las familias y a las empresas y para que bancos y cajas de ahorro sean de verdad intermediarios entre el ahorro y el crédito. El sobreendeudamiento de las familias y las empresas españolas y los fallidos provocados por la crisis (en una proporción y cuantía elevada corresponde a promotoras inmobiliarias), complican bastante la generación de nuevo crédito. Pero somos conscientes de que la garantía de crédito a las pequeñas empresas es un factor determinante para la recuperación de la actividad económica, y la amplitud y volumen de recursos aprobados hasta la fecha ponen en evidencia la capacidad de un organismo tan pequeño como el ICO para poner en marcha un número tan alto de expedientes. De ahí, la urgente necesidad de reformar el sistema financiero y exigir al Estado que fije objetivos concretos de recapitalización de entidades para que puedan relanzar su actividad.

CCOO lleva muchos años proponiendo el cambio de patrón de crecimiento para avanzar hacia una economía más sana, menos vulnerable, y al mismo tiempo, en mejores condiciones para que la riqueza generada se distribuya más equitativamente favoreciendo la cohesión social. Ampliar y mejorar los sistemas públicos que conforman el llamado estado de bienestar, además de jugar un poderoso papel anticíclico, es una garantía de que el crecimiento venga acompañado de mayor justicia social.

En España, a lo largo de estos años y tras sucesivas reformas, contamos con un sólido sistema público de pensiones que, no obstante, tiene algunos retos de futuro: pagar más pensiones durante más tiempo y de mayor cuantía en un contexto de baja natalidad y en la actual coyuntura de destrucción de empleo. Para ello es fundamental no dar pábulo a aquellos que llevan decenios vaticinando la quiebra del sistema empeñados en convertir el deterioro del mismo en negocio.

CCOO, a expensas de las deliberaciones y recomendaciones que puedan adoptar los grupos parlamentarios en torno al denominado Pacto de Toledo, rechaza por disparatada e innecesaria la prolongación de la edad legal de jubilación a los 67 años, y afronta la sostenibilidad del sistema con propuestas como la integración de los Regímenes Especiales en el Régimen General de la Seguridad Social; la jubilación anticipada por realización de trabajos penosos, tóxicos o peligrosos; la jubilación flexible; una estructura de población más equilibrada; y la modificación de la estructura del sistema de pensiones complementarias. Propuestas que invitan a actuar equilibradamente sobre la estructura de gastos e ingresos del Estado.

Estas son alguna de las principales demandas de CCOO este 1 de mayo, 120 años después de que empezara a celebrarse por primera vez en España. Una jornada de fiesta y reivindicación para reforzar la unidad sindical y renovar nuestra decidida voluntad de solidaridad internacional y de lucha por los derechos de los trabajadores.

Ignacio Fernández Toxo

Secretario general de CCOO

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