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El consejero provocó y la cosa resultó…

El consejero provocó y la cosa resultó…

Los empleados públicos cuestionan al titular de Economía
Los sindicatos tachan de «hipócrita» a Rabanal por sus críticas a los funcionarios

Las centrales aseguran que el Consejero negoció un acuerdo para reducir el absentismo en 2005 que superó los objetivos marcados

Oviedo, Jorge MORLA / Pablo GONZÁLEZ, en La Nueva España

«Reducir el absentismo en el empleo público sí que ahorra dinero, no quitar consejerías». Esta frase ha logrado poner de acuerdo tanto a los sindicatos de clase como a los sectoriales contra su autor: Jaime Rabanal. El entrecomillado fue una de las aseveraciones que el consejero de Economía realizó en una entrevista publicada ayer por LA NUEVA ESPAÑA y que ha indignado por igual a todos los sindicatos.

Por un lado, hay centrales que acusan a Rabanal de «hipócrita» ya que fue él mismo quien en la pasada legislatura, cuando Administraciones Públicas dependía de la Consejería de Economía, llegó a un acuerdo de tres años (2005 a 2007) con los sindicatos para reducir el absentismo a cambio de una subida salarial. «Como se cumplieron los objetivos dieron marcha atrás y las subidas no se consolidaron», aseguró ayer Luis Ángel Ardura, secretario de acción sindical de la federación de servicios públicos de UGT.

«Es un hipócrita y un caradura», enlazaba José Luis González, coordinador general de USIPA, al rememorar el acuerdo contra el absentismo «del que nunca más se supo porque nos marcaron una meta y cuando nos dieron los datos la habíamos superado de largo». Y prosiguió: «Son declaraciones que de cara a la galería visten muy bien. Así el Gobierno puede desviar la atención de su mala gestión, inutilidad e incompetencia».

Para Antonio Pino, secretario general de CC OO, la posición del Gobierno regional no es más que «una cortina de humo para no hablar de tomar medidas contra la crisis». Para Pino, éstas pasan por «una reforma fiscal en profundidad que correspondería hacer al Estado o al menos «un mayor control del fraude fiscal», además de recortar partidas de gastos «que ahora no son prioritarios, como algunas retransmisiones deportivas de la RTPA». El líder de CC OO en Asturias cree que el absentismo «es el chocolate del loro» y no busca otra cosa que «distraerse en lo pequeño para no meterse con lo grande».

Según descubrió la consejera de Administraciones Públicas, Ana Rosa Migoya, en una entrevista publicada por este periódico hace un año, el absentismo medio en la Administración, sin contar el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) ni a los docentes, es de 33 días al año. Según datos del último estudio de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), la jornada efectiva en Asturias, calculada en horas trabajadas al año, se sitúa en las 1.592. Esta cifra está por debajo de las 1.611 horas de media en España.

Ante esto, Ardura (UGT) tiene claro que «el absentismo no está en manos del Gobierno o de los trabajadores, está en manos de la Seguridad Social y de los médicos. ¿O es que los funcionarios se dan bajas a ellos mismos?». Y añadió: «Primero pagamos el pato con la rebaja de sueldos y ahora somos los vagos de turno. Los poderes políticos y mediáticos están consiguiendo que tener trabajo fijo parezca un delito». José Luis González (USIPA) va más allá y considera que desde el Gobierno se está lanzando el mensaje de que «toda la gente de la Administración se queda de baja. Así nadie se para a pensar en los privilegios que tienen los políticos».

Por su parte, Marco García, coordinador de CSI del sector de administraciones públicas, se mostraba sorprendido por las declaraciones de Rabanal porque «hasta ahora el absentismo nunca había sido un problema». García entiende que las palabras del consejero de Economía se inscriben en una estrategia para demonizar a los trabajadores públicos. «Primero fuimos los culpables de la crisis, y como castigo nos bajaron los sueldos. Ahora el problema es que no vamos a trabajar. Es una huida hacia adelante. Los malos gestores siempre echan la culpa a los trabajadores cuando las cosas van mal en la empresa», señalaba García. Este sindicalista entiende que el problema no son los trabajadores. «La Administración sigue adelante a pesar de sus gestores. Ahorraríamos mucho más echando a algunos consejeros», sentenció.

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