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«Hay quien habla de epidemia de melanoma», sostiene un especialista...

«Hay quien habla de epidemia de melanoma», sostiene un especialista...

Cabueñes crea una unidad de melanoma para mejorar la atención de un tumor en aumento

El servicio de dermatología, que diagnostica al año entre 35 y 40 casos en el área, promueve el desarrollo de tres consultas especializadas más

Foto: Por la izquierda, el doctor Sánchez del Río y el director médico de Cabueñes, José Antonio Vecino, con el nuevo equipo de dermoscopia

A. RUBIERA, en La Nueva España

El servicio de dermatología del Hospital de Cabueñes, que dirige el doctor José Sánchez del Río, está dando el paso «de la dermatología general a la súper especializada». Así lo entiende el jefe de un equipo que en cuatro años -tras su salida del hospital y su instalación en la Casa del Mar- ha podido consolidar un sistema de trabajo en torno a unidades específicas, «que sin duda redundará en una mejora de la calidad asistencial en beneficio de los usuarios», explica Sánchez del Río. Esa alta especialización, que dio los primeros pasos con la dermatología pediátrica, luego con la atención a la psoriasis y los linfomas, y a la que seguirá la cirugía dermatológica, tiene ahora una nueva unidad específica, la de las lesiones pigmentarias y de melanomas. Con el doctor César Álvarez Cuesta como médico asignado para su desarrollo, la unidad de melanomas tiene el reto de hacer frente de una manera más singularizada a «un tumor cuya incidencia se ha triplicado en las últimas décadas, con estimaciones de un crecimiento anual en torno al 5%», explica el especialista. Según sus registros, en el área V se diagnostican entre 35 y 40 casos nuevos de este tumor al año, cifra relativamente alta para un área de 300.000 habitantes.

«En Asturias siempre hemos tenido una dermatología muy asistencial, que lo que hacía era resolver los problemas que día a día se te van presentando en la consulta. Pero eso nos hacía dejarnos en el tintero la atención más dedicada a los grandes síntomas o a aquellos pacientes que requieren más. En ese sentido, la organización del servicio en torno a unidades específicas, con sus protocolos perfectamente elaborados y su plan de desarrollo, con todo el mundo volcado, incluida la gran colaboración de la enfermería, supone un salto de calidad», explica el jefe del servicio, el doctor Sánchez del Río.

En el caso concreto de la unidad de melanoma, a la que se irán asignando todos los casos que cualquier dermatólogo del servicio vea en su consulta, tiene en el diagnóstico, en el seguimiento de pacientes con melanoma y en el control de otros con alto riesgo sus objetivos centrales.

«En muchos foros de especialistas ya se habla de epidemia de melanoma y, aunque suene fuerte, parece real». El doctor César Álvarez lleva años con un interés específico por un tumor que está adquiriendo gran relevancia, dado «el aumento exponencial de su frecuencia, quizá en relación con el aumento de la exposición de la población a las radiaciones ultravioletas de la luz del sol y a la disminución de la capa de ozono, también por su aparición en gente cada vez más joven y por su elevada agresividad en sus fases avanzadas, donde además el porcentaje de supervivencia es bajo», relata.

Por eso mismo, asegura que ningún esfuerzo será despreciado «si conseguimos diagnosticar el melanoma en fases precoces en las que la supervivencia puede ser cercana al cien por ciento. Yo no tengo duda de que es la mortalidad por cáncer más evitable, dada la facilidad que tenemos para explorar la piel sin recurrir a técnicas invasivas. Parece mentira que nos pueda sorprender un tumor que estamos viendo, que no está en un órgano interno y que parte muchas veces de un lunar que podemos ver crecer o modificarse», explica el especialista.

El doctor César Álvarez asegura que, «afortunadamente, el aumento de la incidencia de este tumor no va en paralelo al aumento de mortalidad», dado que el diagnóstico precoz también se ha ido haciendo un hueco en ese panorama. «Cada vez vemos más melanomas en estadios precoces, probablemente porque los medios de comunicación han ayudado a concienciar y, también, los médicos de atención primaria están más adiestrados para reconocer cuándo comienza el melanoma», expone.

Una vez detectado, la «única técnica que se ha demostrado eficaz» es, según el doctor Álvarez, la extirpación precoz del tumor con unos márgenes de seguridad suficientes. «El resto de armas terapéuticas utilizadas en el melanoma avanzado tiene una eficacia bastante limitada», sostiene el experto, que asegura que una parte de la alta incidencia del melanoma en Asturias podría estar asociada a un patrón de riesgo bastante típico: la exposición solar intensa e intermitente, con quemaduras, y sobre todo en la adolescencia. «Un perfil muy típico», alerta.

La unidad ya dispone de un equipo para hacer el «mapeo corporal»

A. R., en La Nueva España

La unidad de melanoma, igual que el resto de unidades especializadas que están funcionando en el servicio de dermatología, parte del compromiso singular de un médico asignado (Eloy Rodríguez en el caso de dermatología pediátrica, Cristina Galache en cirugía dermatológica, Lucía Palacio en psoriasis y linfomas y César Álvarez en melanoma y lesiones pigmentarias), de la complicidad de todo el servicio y de la alta profesionalización del personal de enfermería. A ello se suma una forma de entender el trabajo de forma multidisciplinar (con otros muchos médicos especialistas implicados) y ganas de dar pasos en firme y hacia delante.

Así, en el caso de la unidad de lesiones pigmentarias y melanomas, una de las posibilidades que se han abierto es la de tomar el control activo de «pacientes con un alto riesgo de desarrollar melanoma, ya sea por antecedentes familiares, porque tienen más de 50-100 lunares -sobre todo si son atípicos- con fototipos bajos (pieles claras que se queman fácilmente, ojos claros y pelo rubio o pelirrojo...)». A todos ellos, explica el doctor Álvarez, se les podrá realizar un seguimiento más exhaustivo y eso incluye un «mapeo corporal» mediante un programa informático específico y un equipo que «nos permite fotografiar, registrar y comparar lunares sospechosos, para detectar la aparición de nuevas lesiones o cambios en las ya existentes y hacer un diagnóstico precoz», reseña César Álvarez. Esa técnica, llamada dermoscopia o microscopía de epiluminiscencia, ya está disponible en la Casa del Mar. «Nos va a evitar biopsias innecesarias y un mejor seguimiento de algunas lesiones», aclara.

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