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La debacle sin parangón del PSOE que sigue sin enterarse…

La debacle sin parangón del PSOE que sigue sin enterarse…

La derecha logra su mayor poder municipal

La presencia de PP y Foro al frente de los concejos alcanza su récord en la historia de la democracia en la región al gobernar en 24 ayuntamientos en los que residen más de 615.000 asturianos

Oviedo, José A. ORDÓÑEZ, en La Nueva España

El hasta ahora hegemónico color rojo pierde protagonismo en el mapa político municipal de la región. Aunque los socialistas se hicieron el sábado con 44 de las 78 alcaldías de la región, la derecha asturiana, que llegaba totalmente fracturada a la cita con las urnas, acumula ahora el mayor poder municipal de la historia democrática en Asturias. Suma los gobiernos de Oviedo y de Gijón, los dos grandes concejos del Principado, a la Presidencia de otras 22 corporaciones locales. Nunca había tenido tanto.

Pese a haber concurrido dividida a las elecciones y al intenso cruce de acusaciones entre alguno de sus más destacados dirigentes, la derecha asturiana, disgregada en PP y Foro Asturias Ciudadanos (FAC), ha obtenido 24 alcaldías, el doble de las que tenía en el anterior mandato el PP, y sienta a más de 360 concejales en los salones de plenos de los 78 concejos del Principado. En total, las dos fuerzas de derechas van a gobernar a algo más de 615.000 ciudadanos en una región que supera ligeramente el millón de habitantes, de los que 901.960 estaban llamados a las urnas el día 22 del mes pasado.

Pero lo que realmente explica la verdadera dimensión de su éxito municipal es que las formaciones de la derecha se han hecho con los gobiernos de los dos concejos más populosos del Principado. En Oviedo sigue Gabino de Lorenzo (PP), aunque haya perdido la mayoría absoluta. En Gijón, la casquista Carmen Moriyón acaba con 32 años consecutivos de gobiernos socialistas. Pero hay más. La derecha también se ha hecho con otros importantes y emblemáticos municipios asturianos, como son Valdés, Villaviciosa, Cangas de Onís, Llanera, Grado, Cabrales o Cangas del Narcea. Todo ello, y de una sola tacada, supone lo nunca visto para una opción política acostumbrada a grandes decepciones electorales a nivel local. Y es que, a grandes rasgos, y por lo que se refiere a las plazas más relevantes del Principado, a Foro y PP sólo se le resisten las inexpugnables cuencas del Caudal y del Nalón, donde el avance de IU ha sido significativo, y Avilés. En Siero, donde Foro y PP no se pusieron de acuerdo y dejaron al camino expedito al socialista Guillermo Martínez, la Corporación está extremadamente fragmentada y puede pasar de todo según vaya avanzando el mandato.

El PP, entonces marca única de la derecha asturiana, había obtenido duros varapalos en los anteriores comicios municipales. En 2007, sólo la victoria por mayoría absoluta de Gabino de Lorenzo en Oviedo, y algún que otro triunfo menor, como, por ejemplo, el de Llanera, endulzaron un tanto una noche electoral tras la que el partido no pudo retener ni Villaviciosa, uno de sus feudos tradicionales. Los socialistas lograron entonces la mayoría absoluta en 36 alcaldías de la región, ocho menos que ahora, y sumaron más ayuntamientos gracias a los pactos con IU. Como siempre desde las primeras elecciones democráticas, la izquierda se quedaba con Gijón y con los concejos de las Cuencas. También con Avilés. Además, los socialistas obtendrían Cangas de Onís y Valdés, concejos que ahora vuelven a las manos de la derecha. Por cierto, el municipio occidental tiene una especial relevancia para el líder de FAC. Francisco Álvarez-Cascos. Es donde está empadronado y donde tiene raíces familiares. Ya en campaña había advertido de que nada le complacería más que lograr las alcaldías de Valdés y de Gijón. Lo ha logrado y son dos de los grandes símbolos del nuevo poder municipal de la derecha en Asturias.

El éxito sólo admite cierto parangón con los resultados obtenidos en 2003, cuando el PP consiguió ser la fuerza más votada en 26 municipios, pero, al final, que quedó con 17 gobiernos. Por detrás quedaba, además, una larga travesía del desierto en la que, en plena euforia socialista liderada por Felipe González, la derecha asturiana no ganaba ni en Oviedo: el socialista Antonio Masip recogió en 1983 el bastón de mando del recordado Luis Riera Posada, regidor centrista de la capital tras los comicios autonómicos de 1979. Ese año, el pastel municipal se lo repartieron el PSOE y UCD, mientras que AP apenas sumó el 5 por ciento de los votos y obtuvo peores resultados que el PCE. Ése fue su punto de partida.

El empuje de la derecha asturiana se enmarca dentro del histórico triunfo municipal obtenido por el PP en los comicios de mayo. El partido de Rajoy, a menos de un año de las próximas elecciones generales, supera las 3.600 alcaldías en el conjunto de España, a la vista de que en las urnas alcanzó 3.317 mayorías absolutas y 508 mayorías relativas. Con un PSOE a la baja, que se queda con menos cargos públicos que nunca, el PP se ha hecho con los gobiernos de 34 de las 50 capitales de provincia, una docena más que las que obtuvo en los comicios de hace cuatro años.

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