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Opinan algunos alcaldes en el marco del debate reabierto por el modelo italiano de fusionar ayuntamientos…

Opinan algunos alcaldes en el marco del debate reabierto por el modelo italiano de fusionar ayuntamientos…

Eliminar los pequeños concejos «borraría» la Asturias rural, advierten los alcaldes

Los regidores rechazan el modelo italiano, afirman que hay administraciones superiores más deficitarias y abogan por ahorrar compartiendo servicios

Foto: Marcelino Martínez, Alcalde de Sobrescobio

Oviedo, Marcos PALICIO, en La Nueva España 
La fórmula italiana para adelgazar el gasto de la Administración recortando ayuntamientos disgusta por ineficaz y nociva en los pequeños municipios asturianos. Hay otras alternativas de ahorro, y ésta, dicen a coro alcaldes de varios de los concejos menos poblados del Principado, lesionaría gravemente al medio rural asturiano. Ellos rechazan con esos argumentos, por un lado, el viejo debate sobre la reestructuración de la administración local en aprietos y, por otro, la solución patrocinada por el Gobierno de Italia de concentrar ayuntamientos como recurso de alivio para una economía hostigada por la deuda.

Los posibles afectados asturianos descartan por ineficaz y perjudicial esa fusión de los municipios con menos de mil habitantes que ha planteado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y que aquí y ahora, trasladada al mapa de Asturias, equivaldría a «borrar el mundo rural». Ése sería el elevado coste de la medida en opinión de Eduardo Lastra, alcalde socialista de Taramundi, uno de los dieciséis concejos asturianos de población inferior al millar de residentes. Sus colegas opinan lo mismo y condimentan el argumentario con la certeza de que, puestos a buscar administraciones donde apretar cinturones, hay otras más voluminosas y mejor preparadas para el recorte que los pequeños ayuntamientos.

Los concejos asturianos con menos de mil habitantes son entidades con presupuestos en el entorno del millón de euros, no más de cuatro funcionarios y unos veinte trabajadores en total. Si se pone en situación, Lastra valora que es «siempre peor prestar los servicios a los ciudadanos desde más lejos. En lugar de hacer demagogia barata, lo que habría que valorar sería cuánto costaría suministrar esos servicios desde otros sitios». Su conclusión es que hacerlo «sería un error» y éste ya es «un debate que ni aporta nada ni resuelve los problemas de la economía, ni la mundial, ni la nacional, ni la regional». Otra cuestión sería, a su juicio, la necesidad de racionalizar gastos compartiendo trabajadores incluso a veces sin necesidad de recurrir a una administración intermedia, la mancomunidad, «que también tiene gastos».

«Nosotros tenemos un aparejador municipal para tres o cuatro ayuntamientos. Lo contrata Villanueva de Oscos y le pagamos nuestra parte correspondiente. Sin más aparataje administrativo. La trabajadora social trabaja dos días en San Tirso de Abres, dos en Taramundi y otro en función de dónde tenga que hacer más visitas. Hay cosas que se podrían hacer de un modo mucho más sencillo», concluye Lastra.

Es el extremo más occidental de Asturias el que concentra en menos terreno más ayuntamientos con menos de mil habitantes, siete de los dieciséis y todos limítrofes entre sí. Antonio Riveras, alcalde de Santa Eulalia de Oscos por Izquierda Unida, considera que no parece lógico eliminar «la administración que está más cerca de los ciudadanos y conoce mejor sus problemas». El regidor santallés admite que «todos podemos y debemos hacer algo internamente para ahorrar», pero también que hay otros flecos que recortar: «La operatividad habría que buscarla primero eliminando parte del aparato del Gobierno regional». Al final, no obstante, la conclusión es un lamento sobre el olvido de los territorios rurales, la sensación de que «ya cuesta mucho hacer a la gente creer en nuestro territorio y posibilidades. Si encima lo diluyes de esta manera... Es como echar un caldero de agua en el mar».

La defensa del modelo territorial actual, «salvo exageradísimo despoblamiento», traspasa fronteras físicas y políticas. Goretti Quintana, alcaldesa de San Tirso de Abres por el Partido Popular, da por cierto que «hay mucha burocracia y mucho gasto superfluo en administraciones superiores», y que ésta, «más cercana al ciudadano, debe mantenerse como está». Por la proximidad y porque «hacemos mejores números a pesar de que nos está dañando la obligación de devolver al Estado tributos de ejercicios anteriores. Si nosotros estamos devolviendo y las comunidades también y se mantiene la deuda, que miren dónde pueden reducir ellos los gastos», propone la regidora santirseña.

La sensación de pérdida de identidad que generaría la importación del modelo italiano no es el menor de sus riesgos. Eso apunta también algún alcalde afectado en el Oriente, consciente de los problemas económicos generalizables en ayuntamientos con problemas incluso para hacer frente al gasto de alumbrado público y asfixiados por el peligro de la disminución simultánea de la participación en los tributos del Estado y de los ingresos corrientes. Todo por el mismo motivo: la disminución constante de la población. En el área central, Sobrescobio es el más poblado de los ayuntamientos con menos de mil habitantes. Su alcalde, el socialista Marcelino Martínez, no cree que recortar ayuntamientos sea «la fórmula para salir de la crisis» y llama la atención sobre la certeza de que los afectados asturianos «están todos en zonas rurales». «Acabaría con ellas», valora, «quedaríamos aislados». Por no hablar de la supuesta ineficacia práctica de una medida que, a su juicio, «habría que estudiar caso por caso», pero en general «dio en el clavo el que dijo que sería como matar moscas a cañonazos. Antes de reducir ayuntamientos habría que mirar en la Administración regional, así se podrían reducir muchos más gastos».

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