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Primeros resultados del ensayo clínico de fase III de la vacuna…

Primeros resultados del ensayo clínico de fase III de la vacuna…

El asturiano Pedro Alonso logra una vacuna que evita la mitad de los casos de malaria

La enfermedad se cobra cada año un millón de vidas, principalmente de niños

El impulsor de la investigación pronostica que la OMS aprobará la inmunización en 2014

Washington / Oviedo, Efe / Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España

Una vacuna llamada a evitar medio millón de muertes al año. El médico de origen asturiano Pedro Alonso está más cerca que nunca de ver cumplido su gran sueño. Un estudio publicado ayer por la prestigiosa revista «New England Journal of Medicine» sostiene que la inmunización contra la malaria, impulsada por el doctor Alonso, protege a la mitad de los niños expuestos a esta enfermedad. El macroensayo ha sido llevado a cabo en 16.000 niños de siete países africanos.

A juicio de los expertos, el proyecto científico acaba de superar un «hito crítico» en su desarrollo con las pruebas clínicas en África. «La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitirá una recomendación para el uso solo en 2014 o 2015 porque hay que tener los resultados completos», afirmó Alonso mediante una teleconferencia.

«Hay que ver si la eficacia se mantiene en el tiempo o decae», añadió con cautela el médico, máximo responsable del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), quien en el año 2008 obtuvo el premio «Príncipe de Asturias» de Cooperación Internacional precisamente por su papel en la lucha contra la malaria o paludismo, un galardón compartido con otros tres centros de investigación de Tanzania, Mali y Ghana.

Los primeros resultados del ensayo clínico de fase III de la vacuna denominada «RTS,S» muestran que este tratamiento protege en gran medida a los niños africanos frente a la malaria clínica y grave. Después de un seguimiento de un año, el ensayo, realizado en once centros de investigación repartidos por el África subsahariana, ha mostrado que tres dosis de RTS,S reducen un 56 por ciento el riesgo de que los niños sufran malaria y un 47 por ciento los casos de malaria grave, según el artículo.

Según Pedro Alonso, «hay que entender los mecanismos clave para ver por qué la vacuna funciona en alrededor de la mitad de las veces y no en el resto». El trabajo no ha llegado a su fin. «Ésta es una primera generación y no la vacuna definitiva, y el impacto final se verá en los próximos dos o tres años», apostilló.

Las investigaciones han sido llevadas a cabo en el Centro de Investigación de Salud de Manhiça (CISM) de Mozambique y el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB) perteneciente al Hospital Clínico de Barcelona y a la Universidad de Barcelona. Científicos de todo el mundo llevan más de dos décadas buscando una vacuna contra la malaria, una enfermedad a la que está expuesta la mitad de la humanidad y a causa de la cual mueren cada año más de un millón de personas, en su mayoría niños menores de 5 años en África negra. Los resultados de la fase II de la vacuna se habían publicado en 2004. Los nuevos datos confirman las conclusiones anteriores sobre seguridad y eficacia, subrayó en una conferencia de prensa Tsiri Agbenyega, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Ghana. Los resultados de la fase III implican la prevención de decenas de miles de casos de malaria, añadió Agbenyega en una teleconferencia auspiciada en Seattle (EE UU) por la Fundación Bill y Melinda Gates.

Regina Rabinovich, directora del programa de enfermedades infecciosas de la Fundación Bill & Melinda Gates -entidad que ha aportado fondos clave para la iniciativa de la vacuna contra la malaria- señaló que no es claro que una eficacia del 47 por ciento haga de ésta una vacuna lista para la comercialización. «Hemos visto un tremendo éxito en el control de la malaria, gracias a una inyección de recursos, innovación y voluntad política», celebró ayer Melinda Gates.

Andrew Witty, ejecutivo principal de la firma farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) asociada al desarrollo de la vacuna, destacó que, durante décadas, multitud de expertos en medicina han creído que era imposible la inmunización contra una infección parasitaria. «Estamos acostumbrados a ver vacunas que tienen una eficacia del 98 al 99 por ciento contra las enfermedades comunes en Occidente», indicó Witty, quien añadió que «es importante que no nos fijemos sólo en los porcentajes, sino también en el impacto potencial absoluto de la vacuna». «Obviamente, seguiremos trabajando para mejorar la eficacia de la vacuna pero éste es un buen comienzo», enfatizó.

El año próximo se conocerán los resultados de una prueba con niños de 6 a 12 semanas, una información muy esperada por las autoridades sanitarias, que preferirían inmunizar a los infantes cuando reciben las primeras vacunas.

Según Witty, GSK explora la producción y distribución de la vacuna al coste más bajo posible. La compañía -añadió el responsable de la misma- se ha comprometido a venderla a un precio igual al coste de producción más un cinco por ciento. Esa ganancia se reinvertiría en la investigación de la malaria.

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