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Entrevista a PAZ GARCÍA-PORTILLA GONZÁLEZ, la única catedrática de Psiquiatría de España…

Entrevista a PAZ GARCÍA-PORTILLA GONZÁLEZ, la única catedrática de Psiquiatría de España…

«Las mujeres van más al médico porque tienen más capacidad para pedir ayuda»

«Por cada varón con depresión hay tres mujeres, está claro que nosotras enfermamos de forma diferente»

Oviedo, Eduardo GARCÍA, en La Nueva España

-¿Cómo es posible que en un país de 47 millones de habitantes solo haya una catedrática de Psiquiatría en activo?

-Ocurre en Psiquiatría pero en general con todas las especialidades médicas. Sigue habiendo muy pocas mujeres. Hay un proceso de feminización de la medicina que ya lleva veinte o treinta años de forma muy clara, así que me imagino que cada vez serán más frecuentes las catedráticas.

Paz García-Portilla González es asturiana, tiene 49 años, fue presidenta de la Sociedad Asturiana de Psquiatría y premio a la excelencia investigadora de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. Es investigadora del Consorcio de Investigación Biomédica (CIBER) en salud mental y profesora de la Universidad de Oviedo. Es coordinadora del Centro de Salud Mental de La Corredoria, en Oviedo, y pasa consulta en el Centro Médico. Participa estos días en el XV Congreso nacional de psiquiatría que se celebra en la capital asturiana.

-¿En serio que es usted la primera?

-La primera, en realidad, fue Carmen Leal, de Valencia, pero se acaba de jubilar. yo estoy a la espera de que la Universidad de Oviedo saque mi plaza.

-¿Es verdad que en este asunto de las cátedras funciona a tope la endogamia masculina?

-Siempre se habló de ello. Procesos de selección no todo lo transparentes que sería de desear. Las cosas han cambiado para bien porque ahora evalúa Madrid. Yo espero que mi caso sirva para dar ejemplo y animar a otras mujeres a aceptar un reto como este, aunque sea complicado compaginar vidas familiares con vidas profesionales.

-En el reciente congreso nacional de médicos de Atención Primaria, celebrado en Oviedo, se habló de la diferenciación de género frente a la enfermedad.

-Es verdad. Las mujeres tienen una manera diferente de enfermar y hasta de sobrellevar esa enfermedad. Es un tema en el que hay pocos estudios y que preocupa mucho.

-¿Dónde están las diferencias?

-Está claro que nosotras tenemos muchas más somatizaciones, y lo que podríamos denominar quejas subjetivas. En las grandes enfermedades mentales, las biológicas, los porcentajes de pacientes son muy parecidos entre hombres y mujeres, pero las mujeres superan a los varones en aquellas enfermedades en las que influye el ambiente.

-¿La depresión, por ejemplo?

-Sí. Por cada varón con problemas de depresión hay casi tres mujeres.

-¿Por eso van mucho más al médico que los hombres?

-La mujer es mucho más frecuentadora, protagoniza cerca del 70% de las consultas de Psiquiatría. Pero es que la mujer accede antes que el hombre al médico. Es muy frecuente el caso del hombre que llega a la consulta con una depresión ya muy avanzada, lo que supone un diagnóstico tardío.

-¿El hombre aguanta más?

-Más que aguantar más, recurre en ocasiones a otras alternativas, como el alcohol. Evidentemente es un error. En las mujeres hay más capacidad para pedir ayuda.

-¿Acudir demasiado a consulta no crea en el médico la tentación de recetar sin más a esa paciente muy frecuentadora?

-Hay quien viene y viene y el médico nunca es capaz de encontrarle nada. En todo caso nunca se puede banalizar una queja. Hay que saber que una pastilla puede aliviar, pero que muchas veces los problemas van a seguir ahí.

-Si yo tuviera un problema de salud mental, acudiría antes a una psiquiatra que a un psiquiatra.

-¿Sí? Bueno, también aquí hay diferencias. Yo creo que las mujeres médico no somos muy rentables al sistema, porque acogemos más, somos más intervencionistas y recetamos más fármacos que los varones.

-¿Y escuchan mejor?

-No me atrevería a afirmarlo. Yo imparto en la Universidad una asignatura que tiene que ver con la comunicación del personal sanitario, Psicología y Comunicación se llama. Por cierto, que en Medicina no existe esta asignatura y a mí me parece fundamental en un colectivo que se ve abocado a dar todos los días malas noticias.

-¿Nota diferentes habilidades entre sus alumnas y sus alumnos?

-Por regla general las mujeres tienen más habilidades verbales que los varones. Hay que trabajar mucho este aspecto porque la profesión sanitaria desempeña su labor en situaciones de alto estrés emocional. No hace falta más que ir a un servicio de urgencias para comprobar la tensión y hasta la falta de intimidad.

-¿Cómo influye la crisis en la salud mental de los asturianos?

-Los trastornos más graves no han aumentado. El peligro está en los que fueron pacientes, estaban estabilizados y ahora reagudizan sus problemas. Hay que distinguir entre el enfermo y el preocupado, y entre el enfermo y el triste. La tristeza es algo normal, es una experiencia común en el ser humano. Y el llorar es un mecanismo natural, un alivio en determinadas situaciones.

-¿Cómo mejorar el sistema de atención de salud mental?

-Una primera consulta debería requerir no menos de 45 minutos, y eso es difícil mantenerlo. Saber lo que pasa al enfermo en ese primer contacto no es sencillo. Sabemos que los trastornos mentales menores son los que saturan las consultas. Nosotros, los médicos de salud mental, tenemos que quedarnos con los enfermos graves, y los demás deben ser de manejo de la Atención Primaria.

-¿Faltan o sobran psiquiatras?

-Hay inflación de profesionales en algunos centros y déficit en otros. Hay que aquilatar.

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