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SIMPA y SATSE se posicionan de manera distinta, “otros” ni se sabe…

SIMPA y SATSE se posicionan de manera distinta, “otros” ni se sabe…

El Sindicato Médico apoya devolver al Estado algunas competencias sanitarias

Los enfermeros asturianos ven precipitada una recentralización de la sanidad, pero piden mejoras para hacerla sostenible sin aplicar recortes

Foto: Antonio Matador, responsable del Simpa y Margot Marqués, del Satse.

Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España

El Colegio de Médicos de Asturias reclama la devolución al Estado de las competencias sanitarias traspasadas a las comunidades autónomas, según declaró a LA NUEVA ESPAÑA su presidenta, Carmen Rodríguez. Ayer, el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) se sumó a esta demanda de forma parcial y más matizada: sólo deberían retornar a la Administración central las materias más troncales de la gestión sanitaria, en palabras del secretario general del SIMPA. Entre tanto, el Sindicato de Enfermería (Satse-Asturias) considera que lo prioritario es mejorar el funcionamiento y la eficacia del actual Sistema Nacional de Salud, caracterizado por la descentralización en las 17 autonomías en las que España está dividida.

Al hilo del debate sobre los ajustes presupuestarios en sanidad, «el SIMPA viene defendiendo que ya no son posibles más recortes, sencillamente porque ya llevamos tres años de recortes», argumentó su dirigente, Antonio Matador. A la gran pregunta que ahora recorre toda la red sanitaria pública española -¿de dónde se pueden recortar los 7.000 millones de euros que estima el Gobierno de Rajoy?-, el secretario general del SIMPA responde: «Es posible, por lo menos, recentralizar algo, porque es verdad que hay 17 ministerios y 17 sanidades, y que eso genera gastos innecesarios».

A Matador no le han pasado inadvertidas las críticas de la presidenta del Colegio de Médicos relativas a las facilidades con las que ciudadanos de otros países -incluso más prósperos que España- viajan a España con la específica intención de aprovecharse de su red asistencial universal y gratuita, con el gasto adicional que tal atención acarrea. «Nuestra sanidad es universal para todos, coticen o no», advierte el dirigente del SIMPA, quien sostiene que, cuando se habla de dejar de financiar determinados medicamentos o de establecer copagos por parte del ciudadano, «lo que se está haciendo es poner parches».

El SIMPA estima imprescindible «un pacto de Estado por la sanidad, un análisis sosegado que determine qué se debe hacer». En definitiva, concluye, «llevar a la sanidad pública al médico, que la ausculte y que le paute un tratamiento».

Matador apunta algunas de las materias que sí podrían ser objeto de devolución al Estado. Habla, en concreto, de «una parte importante» de las que fueron transferidas al Principado el 1 de enero de 2002, y singularmente las ofertas públicas de empleo (OPE) y los mecanismos retributivos de los profesionales sanitarios, de modo que se propicie una «uniformidad» en todo el territorio nacional. «Tenemos un Consejo Interterritorial que no ha servido para nada en todos estos años», precisa el secretario general del Sindicato Médico.

Menos drástica es la posición del Sindicato de Enfermería de Asturias (Satse). Su responsable, Margot Marqués, afirma: «No tenemos tan claro que la solución sea volver a la situación anterior a las transferencias, las cuales, por cierto, fueron en su momento reclamadas por todas las autonomías». Marqués puntualiza que no debe perderse de vista que algunos de los traspasos se llevaron a cabo «con una financiación insuficiente». Y admite que «algunos de los objetivos que entonces se plantearon no se han visto cumplidos», pese a lo cual «no veo conveniente precipitarse, ni concluir que todo ha sido un desastre».

A juicio del Satse, desde 2002, «las plantillas han crecido muy poco, y casi con los mismos recursos han aumentado la cartera de servicios y las prestaciones, y eso me parece positivo». En adelante, la hoja de ruta ha de discurrir «por buscar soluciones a las deficiencias que han ido poniéndose de relieve en estos años». Marqués ve imprescindible «una homologación en la cartera de servicios y prestaciones de todas las comunidades autónomas», y también una homogeneización de las condiciones laborales del personal sanitario. Y coincide con Antonio Matador en que, en este cometido, la acción del Consejo Interterritorial de Salud, donde están representadas la Administración central y las autonómicas, ha sido un fracaso.

Marqués demanda, también como el Simpa, «un pacto por la sanidad alejado de los intereses partidistas», que garantice «la viabilidad y la sostenibilidad de la sanidad pública». Es de ahí, de esa plataforma de análisis, de la que el Satse de Asturias considera que debería surgir la respuesta de si el sistema sanitario «necesita una recentralización o dejarlo como está».

Como áreas de mejora, Margot Marqués señala, entre otros epígrafes, la coordinación entre atención primaria y especializada y la gestión de las listas de espera. Los enfermeros se muestran «contrarios a los recortes y a los copagos», a todo aquello que restrinja «conquistas sociales». Aun admitiendo la necesidad de reformas, ven contraproducentes las que «conlleven una merma de los servicios y de la calidad de la asistencia a los usuarios, que aumenten el desempleo y que abran una puerta a la privatización».

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