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Otro repago...

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Rajoy estudia poner peajes baratos en todas las autovías

Hacienda presiona a Fomento para poner en marcha una medida con la que ingresaría entre 1.800 y 3.000 millones

El Ministerio de Hacienda está revisando todas las fórmulas para generar nuevos recursos con los que reanimar las anémicas arcas públicas. Entre ellas está cobrar peajes baratos en todas las autovías del Estado, según publicó ayer Cinco Días. La idea no es nueva. Lleva sobre la mesa de los responsables de Fomento desde hace años.

El plan que estudia el Gobierno pasa por constituir un peaje reducido para que los usuarios sufraguen el coste de mantenimiento de los 8.360 kilómetros de autovías de titularidad del Estado donde la circulación es gratuita. El Ejecutivo ha destinado 873 millones en los Presupuestos para este concepto. Los camiones y transportes pesados quedarían exentos. El proyecto que baraja el Ejecutivo popular generaría unos ingresos de entre 1.800 y 3.000 millones.

En realidad estos ingresos servirían para ayudar a pagar el déficit que las concesionarias que han visto reducido el número de usuarios y acumulan una deuda de 4.000 millones.

El plan estatal se encuentra en fase avanzada. Fue tratado la semana pasada en la Comisión Delegada del Gobierno para asuntos económicos. No obstante, no está previsto que se apruebe en las próximas semanas. La fórmula de poner peajes baratos en todas las autovías despierta recelos en una parte del Gobierno. De hecho, el Ministerio de Fomento, responsable de las carreteras, se muestra reacio a esta fórmula y busca una solución menos impopular para tapar el agujero que están generando las autopistas de peaje. Pero el Ministerio de Hacienda, que dirige Cristóbal Montoro, está presionando para sacar adelante la medida.

Hacienda presiona

Fomento defiende una fórmula más parecida a la que puso en marcha el anterior ministro, que aprobó un paquete de ayudas para “rescatar” a las concesionarias de las autovías. Ahora el plan pasaría por establecer un peaje barato en todas las autovías estatales. Antes, el Gobierno debería decidir cómo establecer el cobro. Poner cabinas de cobro en estas carreteras de alta capacidad podría generar grandes problemas para la circulación, como ocurre en algunas vías de Portugal. Existen otras fórmulas como las pegatinas inteligentes, una de las propuestas del Gobierno alemán, que anunció hace unos meses la posibilidad de implantar este sistema por el cual el usuario pagaría una tasa anual o mensual y pegaría la tarjeta adhesiva en la luna frontal del vehículo para evitar sanciones.

La llamada a la insumisión en los peajes recluta a 2.500 conductores

La convocatoria del movimiento #novullpagar acaba sin incidencias en la ’operación retorno’

La concesionaria Abertis remitirá en breve los documentos para tramitar las denuncias

Dani Cordero, Barcelona, en El País.

El movimiento antipeajes surgido en Cataluña bajo el paraguas #novullpagar reclutó ayer a más de 2.500 conductores dispuestos a saltarse los peajes sin pagar. Ni la amenaza de multa de cien euros blandida en la última semana por el Gobierno catalán y la concesionaria Abertis impidió que centenares de personas se lanzaran a las autopistas con el único fin de llegar a la barrera, mostrar su objeción al pago de la tarifa y tomar la primera salida para regresar a casa. Otros muchos se tomaron la protesta como un alto más en su recorrido del último día del puente. Y hubo quien, pese a pagar, mostró su oposición a golpe de claxon. La plataforma No Vull Pagar celebró la participación “masiva”.

El continuo goteo de insumisos provocó colas en una docena de peajes catalanes, si bien la hora de la convocatoria, el mediodía, evitó que se produjeran graves problemas en una operación retorno del puente del Primero de Mayo que preveía 200.000 vehículos en las carreteras. El Servicio Catalán de Tránsito limitó a dos peajes (Vilassar de Mar y Sant Vicenç de Castellet, en Barcelona) los lugares donde las colas superaron el kilómetro.

El grupo de infraestructuras Abertis, que gestiona la mayor parte de los tramos de autopistas catalanes afectados por la convocatoria, restó valor al seguimiento de la campaña, aunque la cifra supera con creces el centenar diario de conductores que se niega desde hace unas semanas a pagar los peajes. Según sus cálculos, la afectación de la convocatoria se limitó al 1,5% del tráfico total.

El mensaje de los conductores cuando frenaban el vehículo junto a la cabina era escueto. “No quiero pagar”. A partir de ahí todos los movimientos se repetían. El trabajador de la concesionaria abandonaba su caseta, tomaba a mano nota de la matrícula del vehículo y levantaba la barrera para el que el vehículo pudiera continuar la marcha. A las colas se sumaban los bocinazos de los coches, muchos de ellos pertrechados con carteles ilustrativos de la campaña o banderas.

“Estamos financiando las autopistas de toda España”, se quejaba Jordi Castany, un motorista que se había negado a pagar en Martorell, uno de los peajes emblema de la campaña que denuncia el agravio comparativo de Cataluña en materia de autopistas de peaje. El mismo Gobierno defendía ese discurso en un comunicado del pasado sábado, cuando aseguraba que la mitad de las carreteras de gran capacidad de Cataluña son de peaje, por solo un 18% en el conjunto de España.

El discurso reivindicativo del Gobierno catalán seguía chocando ayer con su posición favorable a sancionar a quien se niegue a pagar la autopista. Todas las cabinas de Abertis mostraban un papel en el que se señalaba, en condicional, que la insumisión “podría ser constitutiva de una infracción del reglamento general de circulación”. Todos los conductores eran conscientes de la amenaza. “Quizás si somos muchos no nos pondrán la multa”, señalaba Jordi Posada desde el asiento trasero de un vehículo al que tomaron el número de la matrícula. Abertis continúa intransigente y tiene previsto en los próximos días remitir al Servicio Catalán de Tránsito la información necesaria para instruir las denuncias.

La sensación de hartazgo era repetida entre los conductores y muchos señalaban que repetirán su “no pago”. “Cuando hacía la mili pusieron los peajes y nos dijeron que sería por 25 años. ¡Y todavía pagamos!”, se quejaba Albert, de 63 años y vecino de Sant Cugat, quien se negó a pagar los 2,39 euros que valía el peaje de la C-16 en Les Fonts (Rubí), informa Ivanna Vallespín. En esta vía, transitada sobre todo en jornadas laborables, se sumaron ayer más de 300 vehículos en una hora, según cálculos de este diario, que no quisieron abonar la tarifa. Un empleado del peaje reconoció que unos 30 conductores se niegan a pagar diariamente desde el inicio de la campaña. Hacia las doce y media del mediodía,en el punto álgido de la protesta, se registraron colas de hasta 20 vehículos. Bajo una sonora lluvia de cláxones, Emili, de 49 años, se sumó a la campaña al volante de su autobús. “Mi empresa de transporte también lo está pasando mal y estoy harto de pagar”.

Muchos conductores insumisos, como Albert, ayer lo tenían claro. “Ya nos hemos lanzado. Esto anda solo. No pagaremos más”.

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