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Logra que se midan los niveles de glucemia, pero no que se administre la insulina… un tema resuelto sólo al 50%

Logra que se midan los niveles de glucemia, pero no que se administre la insulina… un tema resuelto sólo al 50%

Medir la glucosa sí, pero pinchar no

La Asociación de Diabéticos de Asturias seguirá luchando para que también se suministre la insulina en los colegios

El colegio piloñés se ocupará de los controles de azúcar de la niña diabética

Foto: María del Valle, con su hija Paula, a las puertas del colegio piloñés el pasado invierno

11.05.12 - ENRIQUE CARBALLEIRA | INFIESTO, en El Comercio.

María del Valle ha logrado su reivindicación, al menos en parte. Así lo anunció esta semana después de recibir la resolución del Principado de Asturias que da respuesta a su petición de que su hija Paula, y por extensión todos los niños asturianos afectados por diabetes, recibirán la atención de una persona responsable de la medición de sus niveles de glucosa en sangre. Eso sí, por ahora, esta persona, un auxiliar de educación, no tendrá el compromiso de suministrar la dosis oportuna de insulina.

María se muestra satisfecha, pero sólo en parte, y anuncia que su campaña reivindicativa seguirá adelante, con el apoyo de la Asociación de Diabéticos del Principado de Asturias (Asdipas). «Con esta resolución no tendré que ir tantas veces al colegio para hacer las mediciones y suministrarle la insulina, pero nuestro objetivo es que estos niños reciban toda la atención y también sus dosis de insulina», explica esta madre que ha recorrido buena parte de Asturias recibiendo el apoyo de muchos asturianos, hasta haber logrado recoger unas quince mil firmas.

«En estos momentos las necesidades de mi hija están cubiertas sólo a un 50%, pero no es suficiente, nuestra meta última es que en los centros haya alguien con unos conocimientos sanitarios que pueda echar una mano o suministrar la insulina», explica María.

Diez mil firmas era la cantidad mínima exigida para poder plantear ante las autoridades sanitarias y educativas esta reivindicación. Una cifra que ha sido superada ampliamente, gracias al apoyo de sus conciudadanos, que «realmente se están volcando, gente de toda clase, incluso políticos y profesores», comenta.

Estos días María ha recibido la comunicación de la Consejería de Educación en la que se le informa de la aceptación de su hija Paula en el centro de Infiesto, reconociéndosele necesidades específicas.

En otro escrito también se le anuncia que la comisión de Escolarización Permanente ha emitido un dictamen que recoge que su hija «debido a que presenta Diabetes Melitus tipo I, necesita de los servicios de un auxiliar educador para el control y la medición de los niveles de azúcar a lo largo de toda la jornada escolar, supervisión en los patios, comedor escolar y acompañamiento en las excursiones».

El modelo de referencia de los afectados por esta enfermedad es el que se adoptó en Baleares, en 2007, cuando se llegó a un acuerdo para que los centros escolares contasen con personal encargado de poder atender estas necesidades de los niños. Actualmente, los profesores no tienen ninguna obligación de realizar estas labores.

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