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Los titubeos de Bruselas dan una idea de la autoridad que tiene Rajoy en una Europa que sigue jugando al si pero no de Merkel…

Los titubeos de Bruselas dan una idea de la autoridad que tiene Rajoy en una Europa que sigue jugando al si pero no de Merkel…

Rajoy urge a Europa a no aplazar más la ayuda directa a la banca española

El presidente del Gobierno reclama a Bruselas que esté "a la altura de las circunstancias" y que se aplique "la misma rápidez y agilidad de los Estados" para tomar ya decisiones

El País, Madrid.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reclamado a Bruselas que plasme en hechos los acuerdos aprobados por España, Italia, Francia y Alemania en la cumbre europea de la semana pasada, que dio luz verde a la recapitalización directa de la banca para aliviar las finanzas públicas. En una comparecencia en FAES, la fundación de análisis político del PP, Rajoy ha salido al paso de la presión que sufre España en los mercados, que lejos de rebajarse se ha incrementado esta pasada semana, instando a las instituciones europeas a que estén "a la altura de las circunstancias", es decir, que la inyección directa a los bancos se produzca ya y que no se posponga sine die, como parecen querer ahora Bruselas y Berlín.

"Lo que determinará el verdadero éxito es que lo aprobado la semana pasada cuaje en decisiones palpables de una manera rápida y ágill", ha insistido Rajoy.  "La irreversibilidad del proyecto europeo impregnó las decisiones de los líderes europeos en la cumbre de la pasada semana", ha recordado.

"La misma rápidez y energía que tuvieron los Estados debería ser la misma energía y rápidez que tenga ahora la UE", ha remarcado.

Los mercados redoblan el acoso a España y el Gobierno anuncia «un mes intenso» de ajustes

La prima de riesgo (563 puntos) y el interés del bono español (7%) vuelven a los niveles críticos previos a la cumbre europea

Bruselas cuestiona ahora la recapitalización directa de la banca

Madrid / Oviedo / Bruselas, en La Nueva España

España retornó ayer a la posición «crítica» que tenía en los mercados financieros antes de la cumbre europea de la pasada semana: la prima de riesgo escaló hasta los 563 puntos básicos, con los inversores exigiendo intereses que llegaron a superar el 7% por comprar bonos de deuda a diez años. Las dudas sobre España y sobre la zona euro en su conjunto, amplificadas tras la reciente reunión del Banco Central Europeo (BCE), provocaron también otra intensa caída de la Bolsa, del 3,1% en el caso de la española. El Ejecutivo de Mariano Rajoy reaccionó anunciando que vienen más reformas y más austeridad, «un mes intenso» de ajustes, en palabras de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Los mercados han redoblado el acoso a España e Italia, confirmando que fue sólo fugaz la acogida favorable de los resultados de la cumbre del euro de los días 27 y 28 de junio (con acuerdos que sobre el papel daban oxígeno a ambos países). Los analistas señalan ahora al Banco Central Europeo (BCE) como responsable del rebrote de las tensiones. Según esta tesis, la decisión de rebajar los tipos de interés al 0,75% (mínimo histórico) en un intento de reanimar el crecimiento económico no fue bastante para los inversores, que tenían la expectativa de un despliegue mayor de munición. La negativa del BCE a brindar más liquidez extra a la banca y a actuar en el mercado de deuda (comprando bonos) para auxiliar a los países en dificultades disparó desconfianza. La recesión y la ausencia de expectativas de crecimiento retraen a los prestamistas.

Otras instituciones de la UE añadieron más leña al fuego. Según una información atribuida a un alto funcionario de Bruselas, la posibilidad de que el rescate de la banca española no tenga impacto en las cuentas del Estado pierde enteros, a pesar de que España consiguiera en la reciente cumbre un compromiso de recapitalización directa de las entidades. El presidente español, Mariano Rajoy, salió de aquella reunión con la promesa de que el préstamo para los bancos no afectaría finalmente al endeudamiento público ni al déficit, porque iría derecho a las entidades, no al Estado, y serían aquellas las responsables de devolver el dinero. Se entendía que en caso de impago, el riesgo lo asumirían los fondos de rescate de los que saldrá el dinero y, por tanto, el conjunto de los países.

Pero la solución tiene letra pequeña. Según el citado funcionario, la recapitalización directa no será posible hasta que el BCE asuma la supervisión de toda la banca de la zona euro, algo que no ocurrirá hasta 2014. Y en todo caso, según la misma fuente, el Estado español deberá ser al final garante de la devolución del préstamo, lo que desmontaría lo avanzado en la cumbre para romper el vínculo entre el rescate bancario y la crisis de deuda soberana.

Esa posición concuerda con la de los países del Norte. La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen, llegó a decir ayer que su país estaría dispuesto a plantearse abandonar la zona euro antes que verse forzado a pagar las deudas contraídas por otros.

Ante la escalada de las tensiones financieras, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó que el de julio será «un mes intenso» de reformas y ajustes. El Ejecutivo quiere forzar a las comunidades autónomas a abordar más recortes de inmediato y prepara otras medidas exigidas por Europa, como una subida del IVA y una posible rebaja del salario de los funcionarios.

Europa enfría las expectativas de ayuda directa a la banca española

Alemania y Finlandia ponen pegas a los acuerdos de la última reunión

Luis Doncel,  Bruselas, en El País

Los analistas y la prensa internacional dictaminaron que la cumbre de la semana pasada había dejado tres ganadores —Francia, Italia y España— y una clara perdedora, la canciller alemana, Angela Merkel. Tres días antes de la reunión en la que los ministros de Finanzas del euro perfilarán los detalles del rescate a la banca española, tanto Bruselas como Berlín han querido enfriar los ánimos en Madrid. Habrá recapitalización directa, sí, pero tardará en llegar y es posible que no lo haga a tiempo para beneficiar a España.

El Gobierno de Mariano Rajoy luchó para que la inyección a los bancos se haga a través del fondo de rescate permanente (el MEDE, cuya entrada en vigor está prevista para el verano), sin pasar por el Estado.

Este matiz es de capital importancia, ya que así la ayuda no pesaría en las cuentas públicas, en un intento de romper el círculo vicioso entre deuda privada y pública. El Consejo Europeo aceptó el principio, pero a cambio de posponerlo: la recapitalización directa solo será posible cuando el BCE asuma el papel de supervisor único en la zona euro.

“Dudo de que esta variante vaya a beneficiar a la banca española, porque no estará disponible antes de 2014”, señaló una fuente europea este viernes, justo cuando España recibía un duro castigo en los mercados, con su prima de riesgo en niveles similares a los previos a la cumbre.

Ante las preguntas de los periodistas, el alto cargo matizó sus palabras. “De lo que estoy extremadamente seguro es de que el supervisor bancario único no estará listo durante la primera mitad de 2013”, concluyó.

Los jarros de agua fría también cayeron a España desde Alemania y desde Finlandia. Un portavoz de Merkel insistió en que el Estado será el garante de la ayuda a la banca, en lugar de las instituciones crediticias. “No hay atajos” para poner en marcha el rescate a través del fondo de rescate, dijo el portavoz de la canciller.

La ministra finlandesa de Finanzas endureció aún más el discurso al amenazar con abandonar el euro si se impone el reparto de cargas de la deuda, ya sea de los países o de sus bancos. En una entrevista a un periódico económico, la socialdemócrata Jutta Urpilainen aseguró que su país no está dispuesto a permanecer en la unión monetaria “a cualquier precio”.

Una portavoz del Gobierno de Finlandia, uno de los más reacios a asumir los costes de ayudar a los países del sur, matizó más tarde estas palabras al asegurar que no planean dejar el euro. Las malas noticias para España no acaban aquí. Porque, según señalaron fuentes europeas, incluso cuando el Banco Central Europeo se haya hecho cargo de la supervisión bancaria y la recapitalización directa se convierta en realidad, será el Estado el responsable de responder por las posibles pérdidas.

“El MEDE podrá adquirir acciones de un banco, pero solo con garantías plenas del país afectado”, señaló el alto cargo, que explicó que el objetivo es evitar que el préstamo dispare la deuda pública, no librar a España del riesgo de pérdidas. “Circula una mistificación según la cual el MEDE podría acabar como propietario de Bankia, con todos los riesgos en su balance. No es en absoluto el caso”, concluyó.

El Eurogrupo que se celebra el próximo lunes deberá aclarar estos flecos y establecer si los motivos de alegría para España tras la cumbre estaban justificados o no.

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