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Presente y futuro inmediato de nuestras cuentas autonómicas…

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Hacienda descarta que el rescate implique nuevas exigencias de Rajoy a Asturias

Los créditos por 423,6 millones permiten amortizar vencimientos de deuda y reanudar los pagos de las «inversiones ralentizadas» por el anterior Ejecutivo

Oviedo, J. A. ARDURA, en La Nueva España

La Consejería de Hacienda descarta que la petición del rescate suponga nuevas condiciones económicas del Gobierno central al Principado. El Ejecutivo asturiano está convencido de que el Ministerio de Hacienda dará «luz verde» a la petición de financiación de 261,7 millones de euros que, junto a los 161,9 millones negociados con los bancos, reactivarán el Presupuesto regional de este año. Ese endeudamiento de 423,6 millones de euros permitirá reanudar los pagos de «las inversiones ralentizadas» en la etapa del anterior Gobierno regional y afrontar otros compromisos, como vencimientos de deuda, según afirmó la consejera de Hacienda. «Asturias ya tiene garantizada toda la financiación que necesita para este año, otras autonomías no», destacó Dolores Carcedo, satisfecha de haber amarrado préstamos con cinco bancos «en el peor momento de los mercados» y dispuesta a comparecer en el Parlamento en los próximos días para explicar los flecos de esta operación.

Intervención estatal.

La solicitud de 261,7 millones al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) no supone nuevas condiciones ni exigencias de ajustes por parte del Gobierno central a Asturias. «No entraña más condiciones de las actualmente existentes: el plan económico financiero por haber incumplido el objetivo de déficit en 2010 y el plan de ajuste para adherirse al pago de proveedores», asegura la consejera de Hacienda. El Principado mantiene el cumplimiento del objetivo de déficit del 1,5 por ciento en las cuentas de este año. Carcedo está convencida de que la petición de financiación al Estado encaja en los criterios fijados por el Gobierno central sobre el Fondo de Liquidez. «La ayuda estatal se puede destinar a amortizar deuda y a pagar obras», afirma.

El destino del crédito.

El Gobierno regional empleará los 423,6 millones procedentes del «rescate» estatal y de los préstamos firmados con cinco bancos a pagar las inversiones plurianuales y otros compromisos, como vencimientos de deuda. Las obras no se llegaron a parar, pero «sí se ralentizaron porque el anterior Gobierno retuvo esos pagos», afirmó la Consejera. «Si no se pagan esas obras el déficit aumenta, porque se gasta sin tener financiación», argumentó Dolores Carcedo. A estas alturas del año, el Principado ha abonado con sus propios recursos 105 de los 174 millones comprometidos en vencimientos de deuda. La financiación obtenida ahora permitirá devolver los sesenta y nueve millones pendientes en vencimientos, de los que veintidós corresponden a deuda con bancos extranjeros. El resto del dinero irá al pago de un amplio listado de obras, entre las que destacan el anillo perimetral y los accesos del HUCA, numerosas actuaciones en saneamiento, el soterramiento ferroviario de Langreo y la carretera Corigos-Cabañaquinta, además del pago de sentencias por expropiaciones por obras ya realizadas.

Los pros y los contras del FLA.

La primera opción del Principado para cubrir el crédito de 423,6 millones fue la financiación bancaria, pero finalmente ha pedido al Fondo de Liquidez el 62 por ciento de esa cantidad. La titular de Hacienda argumenta los motivos de esa decisión. «El fondo drenó la financiación existente. Los bancos con los que hemos negociado también participan en el mecanismo de liquidez, pensado para apoyar a las tres comunidades autónomas con más dificultades. En este contexto, es muy difícil conseguir algo de financiación al margen del Fondo de Liquidez», comenta Carcedo.

Negociación con los bancos.

La consejera de Hacienda asegura que Asturias sale reforzada de las negociaciones mantenidas con las entidades bancarias. «Todos los bancos han reconocido la solvencia del Principado. Si Asturias hubiera pedido ese préstamo en el primer semestre seguramente ahora no tendría que haber ido al Fondo de Liquidez. El Principado ha tenido que pedir toda la financiación del año en el peor momento, cuando hay menos recursos y los mercados están cerrados para las autonomías», precisa la responsable de las cuentas regionales.

La «tranquilidad» de cerrar el Presupuesto de 2012.

El Gobierno asturiano respiró aliviado al completar el crédito de 423,6 millones mediante la fórmula mixta (Fondo de Liquidez y préstamos bancarios). «Tener todo el dinero garantizado a estas alturas da seguridad y tranquilidad. Podemos desarrollar el Presupuesto anual, algo que, en estos momentos, no pueden hacer algunas comunidades autónomas que han pedido al Estado más dinero del que tienen asignado», argumenta la consejera de Hacienda.

El Presupuesto de 2013, otra historia.

El Principado, tras esta operación de endeudamiento, cerrará el año con una deuda por encima de los 2.400 millones de euros, por la que deberá pagar los correspondientes intereses a partir de 2013, ejercicio en el que deberá afrontar el vencimiento de 221 millones, cuarenta y siete más que en el presente ejercicio. La caída de ingresos prevista en los Presupuestos Generales del Estado ya obliga al Principado a revisar el techo del próximo Presupuesto, cuya negociación comenzará en breve. En ese contexto, el Gobierno regional deberá salir de nuevo a los mercados para buscar la financiación.

El Principado prepara un severo ajuste en la inversión para sostener los servicios básicos

Priorizará el gasto en áreas que generen actividad y empleo, como las nuevas tecnologías o el sector agroalimentario

Las cuentas de 2013 concentrarán los recursos en las obras en marcha, con pocos proyectos nuevos

21.10.12 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.

Los tiempos de presupuestos pujantes en Asturias parecen muy lejanos, pero no ha pasado tanto tiempo. El consolidado de 2011, todavía vigente hoy aunque prorrogado, se movía en el entorno de los 4.400 millones de euros, con una inversión que superaba los 1.000 millones. Es verdad que ese documento inicial es hoy inservible, toda vez que ha sido objeto de numerosos tijeretazos a medida que la política de austeridad a ultranza ganaba terreno, pero es el que se toma como última referencia a la hora de planificar las cuentas de 2013 en las que ahora trabaja el Ejecutivo regional. Y cualquier comparativa asusta. La Consejería de Hacienda, encargada de su diseño, trabajaba con una hipótesis de gasto de 3.770 millones que todavía se verá recortada un poco más en vista del agravamiento de la recesión. Tan inquietante evolución obliga al Principado a dibujar un escenario económico para el próximo ejercicio sobre la base de un severo recorte inversor para poder garantizar la sostenibilidad de los principales servicios públicos.

Desde la toma de posesión, el presidente regional, Javier Fernández, se ha marcado como línea roja frente a los recortes los tres pilares básicos del Estado de Bienestar: sanidad, educación y servicios sociales. Tres áreas que también en el presupuesto de 2013 van a sufrir la tijera en la medida en que la contención del gasto afectará a todos los departamentos sin excepción, aunque en estos capítulos el objetivo es podar allí donde todavía hay gasto superfluo, tratar de ahorrar mediante una mejora de la gestión e intentar así que la calidad del servicio se mantenga o se resienta lo menos posible.

La cuestión es que son precisamente los tres capítulos con mayor peso en el presupuesto. Solo el sanitario suponía en las cuentas de 2011, hoy prorrogadas, más de 1.600 millones de los 4.400 totales. La educación no llegaba por poco a los 900 millones y Bienestar Social y Vivienda rozaba los 400. Así las cosas, y aunque estas partidas sufran una minoración, las cantidades que van a necesitar serán muy importantes para sostener la prestación de los servicios. Algo que, irremediablemente, obliga a aumentar el ajuste en otros departamentos. Y la inversión será una de las grandes perjudicadas.

La titular de Hacienda, Dolores Carcedo, es la encargada de diseñar e impulsar el presupuesto, que ahora vive la etapa de negociación entre la propia Carcedo y el resto de compañeros de gabinete para delimitar qué es prescindible, qué se puede recortar y dónde es necesario priorizar y, por tanto, concentrar los escasos recursos disponibles. Es la etapa previa a la aprobación del proyecto de ley en el Consejo de Gobierno y su posterior remisión a la Junta General para el trámite parlamentario. El documento será ahí objeto de una intensa negociación en la que el Ejecutivo socialista mira a IU y UPyD como aliados prioritarios para sumar los 23 escaños que dan la mayoría absoluta y, por tanto, facilitar la aprobación del texto.

Para asumir el elevado coste de los servicios públicos, el Ejecutivo regional tiene claro que deberá contener el esfuerzo inversor. No tanto porque quiera o porque crea que es lo mejor como porque no ve otra alternativa si quiere cumplir su filosofía política. En estas condiciones, el gasto en obra pública, muy pujante en tiempos de bonanza, se verá notablemente reducido. La previsión es destinar fondos a continuar con la ejecución de las obras en marcha, intentando acabar las que se pueda en 2013 o, en el caso de las que llevan un ritmo más lento, seguir adelante con los trabajos. Pero poco más. Los proyectos de nuevo cuño serán muy, muy escasos.

Sectores pujantes

¿Dónde concentrará el Gobierno los fondos que queden libres tras asegurar la sostenibilidad de los servicios básicos? Prioritariamente, en aquellas políticas que puedan dinamizar la actividad económica y sostener el empleo actual y abrir nuevos horizontes laborales. En el caso de la obra pública, uno de los sectores más dañados por la crisis en general y por el reventón de la ’burbuja’ inmobiliaria en particular, el margen no es muy amplio. Pero el Ejecutivo sí ve áreas emergentes con capacidad de expansión. Las nuevas tecnologías vinculadas a la informática o las comunicaciones son una de ellas. Igual que la bioquímica -ahí está el caso de Bayer y su apuesta por Asturias- y, con especial fuerza, la agroalimentación. Un sector donde el gabinete socialista detecta mucho campo para el crecimiento, tanto en términos regionales como mirando a la exportación, y por el que se apostará fuerte.

No tienen Fernández y su equipo mucho tiempo ya antes de presentar un primer borrador del documento. Es verdad que la situación económica general -los problemas de España, la posibilidad del rescate.- obliga a moverse entre una enorme incertidumbre, pero los plazos comienzan a apretar. Carcedo y su equipo se afanan ahora en delimitar el tope máximo de gasto, que será inferior a esos 3.770 millones previstos, antes de cerrar área por área las partidas disponibles y montar el puzzle que luego, en forma de proyecto de ley, se remitirá al Parlamento. Corre hacia su final el mes de octubre y el diálogo parlamentario se antoja largo y complicado, dado que el PSOE debe conciliar las opiniones de dos teóricos socios que, como Izquierda Unida y UPyD, presentan posturas en muchos casos opuestas. Toca, pues, negociar y pactar.

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