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Un repaso a las enfermedades reumáticas en el Ateneo Jovellanos de Gijón…

Un repaso a las enfermedades reumáticas en el Ateneo Jovellanos de Gijón…

Arboleya: «En Asturias no hay ninguna limitación ante tratamientos médicos muy caros»

El reumatólogo considera que «estas enfermedades empiezan a ocupar el lugar que merecen por su enorme impacto»

Foto: Luis Arboleya, reumatólogo del HUCA en un momento de su intervención.

A. RUBIERA, en La Nueva España

Mientras en las calles del centro de Gijón cientos de manifestantes clamaban contra los recortes en la sanidad y advertían sobre posibles peligros privatizadores del sistema sanitario público, en la sede del Ateneo Jovellanos el reumatólogo del Hospital Universitario Central de Asturias, Luis Arboleya -al que acompañaba el también reumatólogo Jesús Babío, del hospital de Cabueñes- hacía un repaso al presente y el futuro de las enfermedades reumáticas. Un presente que incluye la garantía de que los pacientes asturianos están pudiendo disponer en la actualidad de terapias de última generación y costes elevadísimos.

Así, según explicó Arboleya, enfermedades graves como la artritis reumatoide o la espondilitis se están beneficiando de terapias con anticuerpos monoclonales «que tienen un coste medio de 12.000 euros al año por paciente. Y de ahí, para arriba». Se trata de fármacos «de diseño», que se fabrican contra una diana molecular concreta, que llevan pareja efectividad y alto coste. Según Arboleya «en este momento disponemos de nueve moléculas de síntesis biológica aprobadas para la artritis reumatoide o la espondilitis y sus variantes; pero, además, están en fase de desarrollo clínico muy avanzado otra serie de fármacos de notable interés, muchos de los cuales ya se utilizan en pacientes asturianos en fase experimental».

Se puede decir, según Luis Arboleya, «que los pacientes asturianos tienen la suerte de disponer de los fármacos aprobados más efectivos pero también de acceder a terapias experimentales cuando estos fracasan, de manera similar a como lo haría un paciente de Boston o de Texas, debido en parte a la situación puntera de los servicios de reumatología en el campo de la investigación clínica». Y todo, además, sin que se esté notando el impacto de la restricción económica. «A día de hoy yo puedo garantizar que en Asturias no hay ninguna limitación a los tratamientos. Nunca en mi vida me han dicho que no ponga un tratamiento porque es muy caro; las únicas limitaciones nos las autoimponemos nosotros mismos, los especialistas, conscientes de la situación, para buscar la optimización de los tratamientos», coincidieron en destacar Arboleya y Babío. Un ejemplo de esa autolimitación sería que «antes un paciente que iba bien lo dejabas con el tratamiento que tenía; ahora si va bien le bajas la dosis o miras a ver si se lo puedes quitar, sin que le cause perjuicio. Eso es la optimización».

Pero al margen de situaciones económicas delicadas, lo evidente en el caso de las enfermedades reumáticas es que «están empezando a ocupar el lugar que merecen por su impacto, que es enorme», sostiene Arboleya. Y eso significa que para ellas hay recursos e investigación, algo necesario ya que «aunque no son enfermedades que matan a la población, sí que tienen un gran impacto en términos de dolor, de incapacidad y de sufrimiento.

Se estima que aproximadamente afectan al 34% de la población adulta, «que es una cifra como para echarse a temblar», recalcó el reumatólogo, y sin ir más lejos los asturianos -en la encuesta de salud del 2006- consideran a estas enfermedades su principal problema de salud. «En esa encuesta el primer problema que se reconoce no es el cáncer ni las enfermedades cardiovasculares; la realidad es que al ciudadano de a pie lo que le parece muy importante es ese dolor de espalda permanente, o de rodillas...», insistió el experto. Otro parámetro que marca el calado de estas enfermedades es que son la segunda causa de bajas laborales, después del catarro común y que su coste -principalmente indirecto, aunque con las nuevas terapias también el coste sanitario directo se está elevando- es muy importante, llegando a cifrarse en EE UU del 1% del PIB. Por patologías, una enfermedad grave como la artritis reumatoide está registrado que afecta a unos 5.000 asturianos.

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