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Balance en el día después…

Balance en el día después…

LA HUELGA DE AYER EN IMÁGENES EN PUBLICO.ES

España clama contra los recortes

Centenares de miles de personas se manifestaron en varias ciudades españolas

El seguimiento de la huelga fue del 76%, según los sindicatos, y de un máximo del 10%, según la CEOE

Los sindicatos, satisfechos, alaban la acción ciudadana, piden un cambio de rumbo y exigen a Rajoy un referéndum "para devolver la voz a la ciudadanía"

Ana Requena Aguilar en ElDiario.es

Veinticuatro horas de huelga general, veinticuatro horas de indignación. La octava huelga general de la democracia ha conseguido movilizar a millones de personas en los centros de trabajo. Sindicatos y organizaciones de la sociedad civil llevaban tiempo preparando una huelga ciudadana, un paro que fuera más allá de las fábricas y los polígonos, y la ciudadanía respondió ayer con contundencia.

El seguimiento fue del 76,7%, según las cifras de los sindicatos. Para la CEOE, menos del 10% de las personas asalariadas se adhirieron al paro.

La industria fue sin duda el sector que secundó la huelga con mayor claridad: en la mayoría de las ramas el seguimiento fue cercano al 96%. Importantes plantas industriales, como las de Nissan, Seat, General Motors, Ford, Acerinox o Alcoa pararon prácticamente por completo.

Precisamente del éxito del paro en la industria dependía en buena parte el consumo de electricidad, uno de los indicadores a los que se suele acudir para medir el transcurso de la huelga. El índice elaborado por Economistas Frente a la Crisis señala que el consumo de electricidad imputable a la actividad productiva cayó un 66% a lo largo del día.

En el transporte y la recogida de basuras, el seguimiento también fue amplio. El comercio y la hostelería, muy desigual. En los servicios públicos -incluidas la educación y la sanidad-, la adhesión osciló entre el 52% de la Administración central y el 75% en la local y la sanidad.

La expresión más clara del descontento fueron las manifestaciones que recorrieron decenas de ciudades y que consiguieron una afluencia multitudinaria, tanto en grandes ciudades, como Barcelona, Sevilla o Valencia, como en ciudades medianas, como Vigo, Albacete, Palma de Mallorca o Valladolid.

En Madrid, cientos de miles de personas colapsaron el centro: cuando la cabecera alcanzaba la plaza de Colón -el final del recorrido-, el paseo de Recoletos, la plaza de Cibeles, el paseo del Prado e incluso parte de la Gran Vía y de la calle Alcalá permanecían con gran afluencia de gente.

Allí, en la plaza de Colón, los líderes sindicales -arropados por miembros de organizaciones de la Cumbre Social- lanzaron un mensaje claro contra las políticas de recortes que recorren la Unión Europea y exigieron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un cambio de rumbo y la convocatoria de un referéndum que "devuelva la palabra a la ciudadanía".

“El Gobierno puede arrodillarse ante las políticas de recortes, pero el pueblo español permanecerá en pie, aunque nos zarandeen y pretendan arrebatarnos nuestros derechos”, dijo el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Tanto él como como el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, subrayaron el carácter ciudadano de la huelga de ayer. "Hemos cumplido sobradamente nuestros objetivos", señaló Méndez.

Por su parte, Toxo criticó con dureza a las instituciones y políticas europeas. "No quieren un modelo social donde la educación y la sanidad sean públicas, gratuitas, universales, de calidad; quieren echar al Estado, configurar un nuevo modelo en Europa", aseguró el líder de CCOO, que calificó la jornada de ayer de "hito histórico" que servirá para "abrir un nuevo camino" en Europa.

Toxo y Méndez reivindicaron alternativas a los recortes y la austeridad. Y avisaron: el 14-N no acaba una etapa, sino que más bien se trata de una parada más en el camino de las movilizaciones, que continuarán. "Hoy no es el final de nada, es una política de movilización sostenida que nos van a obligar a mantener en el tiempo, con expresiones como la de hoy y con otras", aseguró Toxo.

Huelga ciudadana

Se trataba de extender la protesta más allá de los centros de trabajo, y a eso se dedicaron muchas iniciativas: desde los bicipiquetes hasta las comidas populares, la huelga de consumo y de cuidados, o el encierro en centros educativos o sanitarios. Las protestas fueron en general pacíficas, no obstante se produjeron 142 detenciones en toda España a lo largo de toda la jornada, según el Ministerio de Interior.

En la manifestación de Madrid confluían todo tipo de mareas: verde, en defensa de la educación; blanca, por la sanidad; violeta, por la igualdad. Pero también reivindicaciones de todo tipo de trabajadores y sectores de la población: dependientes, inmigrantes, trabajadores de televisiones públicas, bomberos, funcionarios...

Carlos y Ana acudían con su hija pequeña. "Los dos tenemos trabajo ahora mismo, pero tal y como está la cosa no sabemos por cuánto tiempo. ¿Qué futuro le espera a nuestra hija? Las cosas que están pasando hacen que te entre miedo", decía Ana.

Isainza y Mariana, vestidas con sus batas blancas de médicas residentes, recorrían el centro de Madrid en defensa, sobre todo, de la sanidad pública. "Me hice médica para curar a todo el mundo, no sólo a los ricos", decía Mariana. "Yo no me hice médica para trabajar en una empresa", seguía Isainza, preocupada por las privatizaciones de centros que llevará a cabo la comunidad de Madrid.

La protesta discurrió con normalidad hasta las nueve y media de la noche. Entonces, en la plaza de Neptuno comenzaron los enfrentamientos entre la Policía y grupos reducidos de manifestantes, que arrojaron botellas, piedras y palos a los antidisturbios. La policía cargó con dureza, intimidó a periodistas y detuvo a varias personas. Otras resultaron heridas.

Catalunya

Clamor en la calle contra de las políticas de CiU y PP

Los Mossos d'Esquadra se mantenían a una distancia más que prudente de la manifestación convocada a las seis de la tarde por los sindicatos mayoritarios en el centro de Barcelona.

PÚBLICO, Barcelona

Los convocantes y las fuentes oficiales discrepan muchísimo, como siempre, a la hora de contabilizar los asistentes. Entre un millón y cien mil. Casi nada. Pero no cabe ninguna duda de que la movilización ha sido masiva. El Paseo de Gracia estaba lleno a rebosar en su totalidad, desde la Diagonal a la Plaça Catalunya. Por las calles adyacentes desfilaban también miles de personas con evidente ánimo de protestar, a juzgar por las pancartas que portaban contra las medidas antisociales impuestas por los gobiernos central y autonómico.

A última hora, pasadas las ocho, el sindicato CGT y otros colectivos mantenían la protesta con la formación de un cortejo hacia Via Laietana. Allí la policía ha cargado con porras y balas de goma, sobre todo contra los últimos grupos. Algunos incontrolados causaron destrozos en el acceso al Palau de la Música y prendieron fuego a dos vehículos policiales, pero hasta ese momento la movilización masiva en el centro de la ciudad había discurrido con absoluta tranquilidad.

La ausencia de antidisturbios en todo el recorrido resultaba anómala, por excepcional, en una manifestación de conclusión de una huelga general. Se diría que el departamento de Interior ha preferido no hacer su habitual gala de musculatura en esta ocasión, en plena campaña electoral. A pocos días de los comicios, se ha cuidado la imagen y se han reducido al mínimo no sólo las habituales y contundentes actuaciones policiales contra protestas de trabajadores, si no la simple presencia de furgones, que se han mantenido a medio kilómetro de los manifestantes.

La actuación de los Mossos sí se había hecho notar durante el día en la represión contra piquetes en diferentes puntos de Catalunya, en algunas ocasiones con ensañada violencia. Se han contabilizado hasta 22 detenciones.

Los aparatos sindicales han echado a resto para significar su poder de convocatoria y para expresar de la manera más clara posible que no hay resignación frente a los "abusos y la precariedad", para reclamar un cambio de las políticas llamadas de austeridad que hacen crecer la desigualdad y la pobreza.

Sus dirigentes han asegurado que, si esas políticas no cambian, la conflictividad social será permanente.

Están convencidos de que la huelga ha sido un éxito. Hablan de más un 80 por ciento de seguimiento entre la población laboral. Dista mucho del porcentaje que da el departamento de Trabajo, que lo reduce a poco más del 17 por ciento, pero más allá de esa discrepancia, lo que es seguro es que la huelga se ha notado y mucho en la actividad laboral, el tráfico, el comercio y en el conjunto de la vida ciudadana.

Aparte de la presencia sindical, en la manifestación eran muy visibles algunos partidos políticos, como el PSC, que se ha esforzado en evidenciar su presencia, pero al Passeig de Gracia han acudido también colectivos de todo tipo. Profesores, estudiantes, trabajadores de la salud, funcionarios, investigadores, trabajadores de los medios de comunicación, de la cultura, desempleados.... para protestar de una u otra forma contra el amplio abanico de efectos de la crisis y contra la manera que han elegido los gobiernos para hacerle frente: el pago del euro por receta, la subida del IVA, el encarecimiento de las tasas universitarias, la temporalidad de la contratación, la reducción de prestaciones, la ausencia de medidas contra el paro juvenil...

La movilización de manifestantes en Girona, Tarragona y Lleida ha sido también muy superior al de otras convocatorias sindicales.

En conjunto, una protesta masiva de población trabajadora de toda Catalunya, preocupada e indignada por el deterioro acelerado de sus condiciones de vida y de trabajo.

Disturbios aislados de la marcha se saldan con 60 detenidos en Madrid

A última hora de la noche se produjeron enfrentamientos entre la Policía y algunos manifestantes, que prendieron fuego a varios contenedores.

Hay 29 heridos

PÚBLICO/ AGENCIAS, Madrid.

La jornada de huelga general convocada en Madrid, donde se produjeron algunos disturbios al finalizar la manifestación de los sindicatos, se ha cerrado con un balance de unos 60 detenidos, 29 heridos (nueve de ellos agentes de la Policía Nacional) y varios contenedores quemados. Además se produjeron daños en mobiliario urbano y en algunos locales de la almendra central de la capital.

Unas 60 personas fueron arrestadas en el marco de la protesta por daños, resistencia y desobediencia a la autoridad y desórdenes públicos, según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. De estos arrestos, una veintena se han producido en la zona centro de la capital en los enfrentamientos registrados entre manifestantes y la Policía tras la marcha central que transcurrió sin demasiados incidentes.

Según ha indicado un portavoz de la Delegación del Gobierno de Madrid, de la veintena de detenidos desde que terminó la manifestación hasta la medianoche, siete arrestos se produjeron en el entorno de la calle Cervantes con la calle del Duque de Medinacelli, dos en la plaza de Santa Ana, cinco más en la zona de Sol y seis en las proximidades de Neptuno.

Al menos once de los arrestos se han registrado fuera de la capital, en lo calidades como Alcorcón, Alcalá de Henares, Móstoles, Leganés y Coslada.

Los altercados entre la Policía y algunos manifestantes se produjeron a última hora de la noche, una vez finalizada la manifestación, cuando los agentes cargaron contra las personas que aún permanecían en la concentración frente al Congreso de los Diputados convocada por la coordinadora 25-S. Varios de los asistentes, alejados del carácter pacífico de la concentración, comenzaron a lanzar botellas y otros objetos a la Policía.

Antes de la 01:00 de la madrugada, la Policía desalojó a las últimas veinte personas que aún quedaban en la zona peatonal de la Plaza de Neptuno. Este grupo que venía procedente de un lateral de la plaza madrileña, en la que previamente y antes de la medianoche había sido retirado otro grupo de medio centenar de personas que se habían sentado para impedir ser desalojadas, se fue replegando poco a poco a instancia de los agentes para dirigirse a la zona lateral del paseo del Prado.

Allí permanecieron unos 40 minutos en asamblea, tras lo cual los agentes les pidieron que abandonaran el lugar bajo amenaza de proceder a identificar a todo aquel que no lo hiciera.

La cifra total de detenidos en toda España tras la jornada de huelga es de 142 personas, según datos del Ministerio del Interior.

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