Blogia
La información es la base de tu opción ... y nosotros nunca te la ocultamos.

Sobre todo desde las “reformas” de Ana Mato…

Sobre todo desde las “reformas” de Ana Mato…

Lo que cuesta un cáncer

Los pacientes tienen que pagar más de 450 euros en los ocho meses que dura el tratamiento medio, según la Aecc

Los recortes han subido el gasto el 20%

Foto: Juan Cayuela paga más de 60 euros al mes en fármacos para tratar el cáncer que padece.

Emilio de Benito, Madrid, en El País.

El tratamiento contra el cáncer es básicamente hospitalario. Si los pacientes tuvieran que abonar la quimioterapia, la radioterapia o las cirugías simplemente no podrían abordarlo. Pero esos costes que se podrían calificar de mayores son solo una parte de lo que cuesta el proceso. La Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) calcula que en los ocho meses que puede durar un tratamiento de promedio, el gasto para un paciente puede rondar los 60 euros mensuales. Tomando un caso tipo, 451,54 euros.

Este gasto es la parte que tienen que pagar los enfermos por los diarreicos, protectores gástricos, laxante, antiemético, pomadas protectoras para las zonas expuestas a las quimioterapias, prevención para la dermatitis, analgésicos y otros productos que necesitan para ayudarse y evitar efectos secundarios de las terapias hospitalarias.

“Yo gasto más de 60 euros al mes”, confirma Juan Cayuela, un almeriense de 47 años diagnosticado de un hepatocarcinoma. “Tengo el armario que parece una farmacia”, bromea “como buen andaluz”. “De un jarabe tomo un frasco al día. Son más de 60 recetas al mes”. Con una pensión mínima, una esposa que trabaja limpiando y tres hijos “de los que los dos en edad de trabajar están ocupados donde la mayoría, en el paro, los pocos ahorros que teníamos se han acabado”, afirma.

Y la cosa podía ser peor. Cayuela ha tenido que trasladarse de Almería a Madrid, donde vive en una residencia de la Aecc. “Estoy en lista de espera para un trasplante. Al principio, durante el tratamiento, iba y venía. Cada viaje en tren eran 240 euros porque tenía que venir acompañado. Menos mal que ahora tengo la residencia”, dice. Aquella época, desde diciembre de 2011 a agosto de 2012, le costó casi mil euros. “Fueron más de 20 viajes, pero es que en Almería me dijeron que no podían hacer nada, y en Madrid, en el 12 de Octubre, me han hecho todo lo que necesitaba”.

La Aecc admite que es difícil calcular el coste medio de una persona con cáncer. Hay multitud de tipos de enfermedad, y un número aún superior de enfermos con distintas opciones terapéuticas. Su estudio se ha basado en un cáncer de mama, y en un modelo familiar concreto: dos adultos y dos hijos con ingresos menores de 18.000 euros (un solo ocupado). Es un caso “de pobreza”, pero precisamente por eso les interesa más, aunque los gastos de este tratamiento extrahospitalario es bastante similar para todos, como acredita lo bien que se ajusta el caso de Cayuela al prototipo. Para ese tipo de familia, el INE calcula que el gasto en sanidad, sin que ninguno de que sus miembros esté enfermo, supone aproximadamente el 3% de sus ingresos. Según las cuentas de la Aecc, cuando a uno de los miembros le diagnostican el cáncer, este porcentaje pasa al 7,2%.

“Son cantidades muy importantes para familias con pocos recursos, y la situación no ha hecho más que empeorar en el último año”, afirma una portavoz de Aecc. Las medidas de recorte del Ejecutivo para atajar el déficit sanitario han pillado de lleno a estas personas. “Antes, el coste medio que habíamos calculado era de 371,5 euros en los ocho meses de tratamiento”, afirma la portavoz. Eso quiere decir que el cambio en el copago supone, para un trabajador, una subida del 21% en lo que paga.

El aumento podía ser infinito según las matemáticas en un caso como el de Cayuela. Al ser pensionista, pasa de pagar cero euros a esos 420 euros que lleva gastados desde agosto, cuando acabó el tratamiento anticanceroso. A los que habría que sumar otros tantos desde diciembre, cuando empezó el tratamiento en Madrid. “Y podía ser más”, afirma el hombre. “Aunque soy pensionista y tengo un tope de ocho euros, para empezar lo he pagado todo, y luego habrá que ver cuándo me lo devuelven”, dicen. Además, al estar en Madrid ha vivido con mucha preocupación el euro por receta: “Gasto unas 60 recetas al mes, eran otros 60 euros”, dice aliviado. También en este caso la comunidad autónoma ha establecido un máximo en lo que tienen que pagar los enfermos, pero la falta de un sistema informático hizo que los pacientes tuvieran que pagar antes, y reclamar después. Además, la consejería ha dicho, ante la suspensión de la medida por el Tribunal Constitucional, que no va a devolver lo ya recaudado.

Ahora, la Aecc como organización y los pacientes como individuos están pendientes de otros copagos: los que se van a establecer para ortoprótesis y, sobre todo, para transporte sanitario. “Todavía los tiene que aprobar el Consejo Interterritorial”, dice la portavoz de la organización, “pero si no conseguimos que los traslados para el tratamiento y las revisiones se consideren cubiertos, el gasto se va a disparar”, afirma la portavoz de la asociación.

En concreto, según su modelo, el desembolso para una familia con una mujer con cáncer de mama (elegido porque es de los más frecuentes) podría pasar de esos 451 euros suponiendo que estuviera cubierto con un tope de 10 euros al mes, a más de 1.500 euros durante el tratamiento. “Hasta ahora, los médicos casi siempre consideran justificado poner una ambulancia para el traslado, porque los efectos de los tratamientos son tan devastadores que entienden que los pacientes necesitan un transporte especializado. Y eso, sobre todo en las zonas rurales, es fundamental”, afirma la portavoz de la Aecc.

En el estudio se recoge otro aspecto, aunque ese parece que, de momento, no va a suceder. El Ministerio de sanidad ha dejado la puerta abierta para que en un futuro se cobren los medicamentos que se dan en las farmacias hospitalarias para que los pacientes los usen en sus casas. Y estos son, fundamentalmente, de dos tipos: tratamientos oncológicos y antivirales. “Aparte de la desigualdad que supone que haya anticancerosos orales que son de compra en farmacias, mientras que los inyectados son de uso hospitalario, si se empezara a cobrar por eso dejarían a mucha gente fuera”, afirma la portavoz.

Esto podría ser la puntilla para muchas familias. “En el caso de que surja la enfermedad en alguno de los miembros, la familia tendrá que aumentar el gasto durante el proceso de enfermedad en salud en un 15%, durante los ocho meses que dura el tratamiento, si el transporte no está cubierto. Invirtiendo un total del 18% de los ingresos en salud”, afirma la asociación.

Además, aunque los cálculos se han hecho para el tiempo que dura el tratamiento, los supervivientes necesitan tratamientos complementarios de por vida. Y estos serán “difíciles de asumir”, concluye.

El copago de Mato se ceba con los pacientes con cáncer

Los recortes en el transporte no urgente y en los productos ortoprotésicos y dietoterápicos no excluye a este colectivo, cada vez más vulnerable, según un informe de la Asociación Española Contra el Cáncer

PAULA DÍAZ, Madrid, en Público.es

Pagar 18 euros al mes por fármacos; 5, por ir en ambulancia o el 10% de las muletas y sillas de ruedas pueden resultar cantidades ínfimas para algunos usuarios de la sanidad pública. Pero el transporte para acudir a las sesiones de radioterapia, las prótesis de mama y el tratamiento quimioterápico por vía oral son algunos de los gastos que, desde la salida de estos productos de la cartera básica de servicios sanitarios -totalmente gratuita para el usuario- están ahogando aún más a los pacientes de cáncer.

Las consecuencias de la reforma del sistema sanitario, iniciada el año pasado por la ministra del ramo, Ana Mato, están empezando a dejarse notar gravemente en los casos de los enfermos oncológicos, especialmente, si los copagos farmacéutico, en el transporte no urgente y en los productos ortoprotésicos y dietoterápicos se unen a los gastos de familias ya de por sí afectadas por la crisis y que, a pesar de todo, no se incluyen en los grupos de exclusión de dichas normativas. Así lo ha denunciado la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que ha elaborado un informe sobre el impacto que las medidas del Real Decreto-Ley 16/2012 están teniendo en el colectivo de pacientes con cáncer.

Para empezar, aunque Catalunya y Madrid ya se han visto obligadas a eliminar su euro por receta, la modificación del porcentaje de la aportación que debe realizar el usuario en los fármacos de aportación reducida (como los que necesitan estos pacientes: medicamentos antineoplásicos o analgésicos, entre otros), que ha aumentado del 0% a entre el 10 y el 40% -para pensionistas y trabajadores en activo, respectivamente-,  afecta significativamente a los pacientes oncológicos. Ello supone, asegura la AECC, "una discriminación entre los pacientes en quimioterapia de administración intravenosa (gratis, administrada en el hospital)" en relación a los paciente con quimioterapia de administración oral (sujeta a copago), "cuando el fin es el mismo: la curación o el control de la enfermedad", destaca la asociación.

La AECC alerta de los casos más vulnerables, como los pacientes con una situación económica precaria, por ejemplo, que podrían llegar a interrumpir la continuidad del tratamiento "con el riesgo consiguiente para la supervivencia del paciente y/o una disminución de su calidad de vida, al no poder costear, por ejemplo, los tratamientos para aliviar efectos secundarios". Algunos de estos últimos quedaron fuera de la financiación pública en junio de 2012, en el denominado "medicamentazo" de la ministra, como los protectores de estómago, entre otros.

En cuanto a la remodelación de la ministra de la prestación ortoprotésica, las prótesis de mama -las más utilizadas por este tipo de pacientes- continúan siendo de aportación reducida: el paciente sólo paga el 10% del precio, que puede oscilar entre 166 y 300 euros. Aun así, otros productos como sujetadores adaptados, pelucas, o cremas y geles especiales para pieles radiadas, todos ellos "de extrema necesidad para un paciente de cáncer", son abonados al 100% por los afectados. Ello supone un coste medio de unos 200 euros, según alguno de los casos analizados como ejemplo en el informe de la AECC.

El mayor gasto, en el transporte

Con todo, el mayor gasto se produce en el desplazamiento necesario para acudir a sesiones de radioterapia o quimioterapia en el centro de salud. La AECC alerta de la especial vulnerabilidad de los pacientes que viven en zonas rurales alejadas de su hospital de referencia, para quienes el copago en el transporte sanitario no urgente -sujeto a una aportación del usuario de entre 10 y 60 euros mensuales como máximo, según la renta-  puede suponer para una mujer con cáncer de mama, con una renta inferior a 18.000 euros y que viva a 100 km del centro sanitario, en 8 meses de tratamiento, hasta 1.500 euros de "transporte no cubierto" por el Sistema Nacional de Salud [ver casos detallados en esta parte del informe en pdf].

"Hasta el RDL 16/2012, el transporte sanitario era gratuito (no incluía taxis), si bien había una alta variabilidad [entre comunidades] en el tipo de servicio cubierto", explica el informe, realizado por especialistas de las Juntas Provinciales de la Aecc, de sus servicios centrales y de y de otros organismos como la Asociación Madrileña de Afectados por el Linfedema y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Pero, tras la reforma elaborada por el Ministerio, con ayuda de las Comunidades Autónomas, sobre todo, las gobernadas por el PP, se establece la aportación del usuario con límite máximo en función de la renta, con una base de cálculo de 5 euros por trayecto, y "se establece una categoría de aportación reducida en el caso de personas que requieran traslados periódicos que se prevean necesarios por un período superior a seis meses, con una frecuencia de al menos cuatro traslados semanales del domicilio al centro sanitario y viceversa", detalla el documento, citando la nueva normativa. Sin embargo, "los pacientes  de cáncer no entran en este grupo, ya que el tratamiento, aunque pueda superar los seis meses, no requiere un mínimo de cuatro traslados semanales", advierte la AECC.

Asimismo, la asociación ha detectado ya recortes en los servicios de transporte, por ejemplo, en Islas Canarias, "más aún, cuando el paciente tiene que desplazarse de una isla a otra"; algo que supone a los pacientes un coste de unos 60 euros semanales, aseguran los expertos. También denuncian que el material ortoprótesico que sí cubre la sanidad pública, "el pago al paciente, en la gran mayoría de los casos, se hace con carácter retroactivo y el tiempo de espera del paciente para ser reembolsado el gasto es cada vez más largo", llegando a casi un año en muchas comunidades.

Cada año 200.000 personas son diagnosticadas de cáncer en España

Por último, la asociación muestra su preocupación especial por el colectivo de  inmigrantes sinpapeles, excluidos de la tarjeta sanitaria, así como por el futuro de la cartera común de servicios accesorios -aún no detallada por el Ministerio de Mato-, cuyas prestaciones pueden ser "determinantes para los pacientes de cáncer". En ella se incluyen servicios como la atención psicológica, la rehabilitación de secuelas o las actuaciones preventivas (cribados) para la población general.

La AECC recuerda que cada año 200.000 personas son diagnosticadas de cáncer en España, donde más de 1,5 millones de ciudadanos ya padecen algún tipo de enfermedad oncológica. Por ello, señalan, "es importante destacar que, debido al aumento del  porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión social y la disminución en prestaciones sociosanitarias, la población residente en España que se encuentra en especial riesgo social verá agravada su situación con un diagnóstico de cáncer".

0 comentarios