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Entrevista a Carlos Soler-Durall, Gerente del antiguo Hospital General entre 1960 y 1966…

Entrevista a Carlos Soler-Durall, Gerente del antiguo Hospital General entre 1960 y 1966…

«Si el diseño es el correcto, el nuevo HUCA acabará generando ahorro»

«La calidad indiscutible de la medicina española se debe al sistema MIR que se inició en Asturias de forma pionera en la década de los años 60»

 

14.10.2013 - LAURA FONSECA, GIJÓN, en El Comercio.

Un problema de salud le impidió estar el pasado septiembre en los actos de conmemoración del 50 aniversario del sistema MIR de formación de médicos residentes que celebró el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Carlos Soler-Durall (barcelonés, 85 años) es una figura histórica en la sanidad asturiana: fue el primer gerente del antiguo Hospital General, del que era dueña la Diputación. Carlos Soler tenía entonces 32 años. Estuvo dos años siguiendo la evolución de los trabajos y, cuando las obras del Hospital General concluyeron, fue nombrado gerente. Hoy relata para esta periódico cómo fueron aquellos tiempos en los que la exclusividad médica «se llevaba con orgullo» y donde casi todo «estaba por hacer».

-Fue uno de los primeros gerentes del antiguo Hospital General de Asturias, aunque acabó marchando seis años después, ¿no?

-Sí. Nunca fui a Asturias con la idea de quedarme para siempre, sino simplemente para cumplir el objetivo marcado por el presidente de la Diputación José López-Muñiz respecto del hospital. Cumplida esa misión, me incorporé a otra ocupación como director general del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona.

-¿Cómo recuerda esos años?

-Como unos de los mejores de mi vida. Por una parte, pude colaborar con un grupo insigne de ciudadanos de Asturias, encabezados por el presidente de la Diputación, en el cumplimiento de un objetivo excelso: crear un hospital con el actualizar la medicina española. Por otra parte, reunir en torno a esa idea un grupo de personas dedicadas, médicos, enfermeras, asistentes sociales, técnicos y administrativos, aglutinados y entusiasmados para poner todo su saber y trabajo a pleno y exclusivo tiempo al cumplimiento de ese objetivo.

-¿Qué diferencia encuentra con los momentos actuales?

-En realidad ninguna o muchas. Me explico. Ninguna, porque se da la misma necesidad que entonces de actualizar la medicina, aunque con objetivos diferentes. España vuelve a necesitar en muchos otros aspectos un esfuerzo semejante al de aquellos años. Y también veo muchas diferencias porque no observa voluntad de servicio ni imaginación en las clases dirigentes para ilusionarse con esos nuevos objetivos y estar dispuesto a luchar por ellos.

-¿Cómo ve a los profesionales?

-Salta a la vista su desánimo al no sentirse comprendidos ni apreciados y es más, entorpecidos para poder poner sus conocimientos plenamente al servicio de los enfermos que los necesitan por unas políticas entorpecedoras y sin rumbo. No hablo, obviamente de Asturias que, precisamente con estos actos de recuerdo como el celebrado para conmemorar los 50 años del antiguo Hospital General, demuestra no haber perdido el norte.

-Asturias fue la comunidad donde se creó el sistema MIR de formación de médicos residentes que luego se extendería al resto del país con enorme éxito. ¿Cómo fueron esos inicios?

-Antes que tratar de enseñar medicina o sus especialidades hay que disponer de un hospital donde se ejerza una medicina crítica homologable. Conseguido este objetivo, en Asturias teníamos la capacidad y el tiempo completo y la dedicación exclusiva de sus médicos. La mayoría de los profesionales habían invertido ellos mismos en su propia formación. Se habían sometido a la disciplina y a los duros entrenamientos del sistema de Internado y Residencia de los Estados Unidos. Uno de esos médicos, el doctor Fernando Alonso-Lej, asumió la organización y control de lo que luego sería el programa MIR.

-¿Y ha sido un buen sistema?

-Sin ninguna duda. La calidad indiscutible en todas las especialidades de la Medicina española de hoy se debe al programa iniciado en Asturias y que más tarde se implantó en toda España.

-¿Qué le parece que Asturias vaya a inaugurar un nuevo Hospital Central? ¿Lo conoce?

-No conozco el nuevo hospital pero me parece bien. Muchas de la funciones de los hospitales modernos han cambiado y a ello hay que adaptar la respuesta arquitectónica. De alguna forma, no obstante, pienso que añoraría Buenavista (donde está situado el antiguo complejo sanitario).

 

Un revulsivo

-¿La apertura de un nuevo hospital es un revulsivo o, en los tiempos que corren, podría verse como un lastre económico peligroso?

-Puede ser un revulsivo siempre que la actualización formal vaya pareja con la funcional, más o menos lo que hicimos con el Orfanato Minero. De lastre económico, nada. Con pocos años de funcionamiento se gasta tanto como construirlo y si el diseño es correcto, el ahorro que provoca cubre con creces el costo de construirlo.

-¿Como experto sanitario, la reforma de la sanidad pública y los nuevos copagos, qué opinión le merecen?

-Es un fraude romper el 'contrato social' que había con los trabajadores cotizantes a los que se les ha dicho que con su cotización de por vida y la de la empresa se cubrían sus necesidades sanitarias. Eso producía en la gente mucha seguridad. Decirle ahora a los trabajadores que no pagaron lo bastante o que el Estado 'calculó mal' y que ahora pagarás más, mucho o poco, cada vez que uses aquello por lo que has pagado por adelantado, no es de recibo.

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