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El imparable despoblamiento del concejo cabecera de la comarca del Caudal y del área sanitaria VII…

El imparable despoblamiento del concejo cabecera de la comarca del Caudal y del área sanitaria VII…

Los expertos alertan de que la caída de población en Mieres es "escalofriante"

Los geógrafos Aladino Fernández y Rafael Menéndez recalcan que para cambiar la actual tendencia sería necesario "generar empleo y atraer inmigración"

Foto.- Vista de Mieres.

Mieres del Camino, David MONTAÑÉS, en La Nueva España.

La caída demográfica es una herida abierta que el municipio de Mieres padece desde hace ya casi medio siglo y que amenaza con desangrar al concejo. El paciente está grave y los médicos fruncen el ceño antes de emitir un diagnóstico. Los geógrafos reconocen que el ritmo de despoblamiento es "alarmante", incluso hablan de una tendencia "escalofriante". Los expertos consultados por este diario, además, no atisban un antídoto que permita prever un cambio de tendencia. A estas alturas remarcan que únicamente un "improbable" ciclo de eclosión económica, prolongado durante varios años, podría revertir la situación con la ayuda de la inmigración.

El profesor de Geografía de la Universidad de Oviedo y ex alcalde de Langreo, Aladino Fernández, sostiene que las Cuencas, en general, y Mieres, en particular, necesitan que "se genere trabajo para los jóvenes y los inmigrantes". De no ser así, considera que la caída demográfica tiene "difícil solución". Este experto reconoce que el caso de Mieres es especialmente preocupante. El municipio, que en 1970 tenía 71.092 vecinos, tiene ahora 41.610. En la última década ha perdido 6.008 habitantes, más incluso que el decenio anterior, el de la dura reconversión minera, que se cerró con 5.788 bajas en el censo. "El gran problema actual, aunque hay otros, es el envejecimiento", remarca Aladino Fernández, que sostiene que el municipio ofrece dos caras contrapuestas: "Hay dos realidades diferentes, la ciudad de Mieres del Camino resiste, pero la zona rural está desapareciendo".

Mieres se está convirtiendo en una ciudad sin jóvenes. El concejo tiene actualmente censados a 419 bebés menores de dos años. Los mayores de 80 son más casi 4.300. Rafael Menéndez, geógrafo e investigador del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo subraya también que el envejecimiento es el principal problema. "El desequilibrio entre nacimientos y defunciones posiblemente sea lo que ahora mejor explica la caída demográfica", señala. Ahora bien, este investigador huye de análisis simplistas: "El envejecimiento es una bomba de relojería, pero Mieres sufre otros males, como el pesimismo vital que se ha instalado en la población", apunta. Y añade: "La emigración ya no es problema grave, ya que hay pocos jóvenes". Menéndez considera que las administraciones "no han acertado con las políticas a la hora de lograr articular una ciudad más atractiva, han faltado ideas".

Los especialistas coinciden a la hora de apuntar que el caso de Mieres "es singular por su especial gravedad". El Ayuntamiento confiaba en que con el desarrollo del plan urbano de la Mayacina, ya muy avanzado tras lustros paralizado, y las importantes inversiones en equipamientos, con el campus universitario como bandera, se lograría poner freno al despoblamiento. El padrón refleja que no ha sido así. El concejo tiene actualmente 41.610 vecinos. Es decir, en el último decenio se han perdido 6.008 habitantes, 220 más que entre 1993 y 2003. "Las inversiones del plan de la minería han sido arrasadas por la crisis", lamenta Aladino Fernández, que reconoce que "dar una paseo por los polígonos industriales resulta ahora descorazonador".

El último recuento de habitantes agrava la caída continuada de la población en Mieres desde el año 1970. El éxodo se había logrado frenar notablemente entre 2007 y 2009, periodo en el que la pérdida de habitantes quedaba prácticamente limitada al crecimiento vegetativo negativo, con muchas más muertes que nacimientos. De hecho, el censo no llegó a las mil bajas. Sin embargo, en el periodo 2010-2013 la caída demográfica ha experimentado un repunte, con casi dos mil bajas. Esta circunstancia hace que el despoblamiento se haya acentuado en comparación con la década anterior. "Lo que sucedió entre 2007 y 2010 fue que hubo un repunte de la inmigración, con familias jóvenes y con hijos", explica Aladino Fernández.

Los geógrafos no quieren caer en el pesimismo, pero no ocultan que la pérdida de población está castigando duramente a Mieres, de manera bastante más intensa que al resto de la región. En este sentido, los investigadores detectan que la comarca del Caudal, con su concejo cabecera como principal lastre, se está desinflando como un globo pinchado. "El valle del Caudal está perdiendo mil habitantes al año, se corre el peligro de entrar en un camino sin retorno, ya que las cifras son escalofriantes; la enfermedad es severa", remarca Aladino Fernández.

El paulatino despoblamiento que sufren los concejos mineros desde hace décadas es una imparable tendencia que afecta a todos los municipio de las comarcas del Nalón y del Caudal. Ahora bien, este virus no golpea a todos por igual. De hecho, el adelgazamiento de los padrones municipales en Mieres y Langreo arroja notables diferencias. Durante el último lustro Mieres ha perdido prácticamente el doble de población que Langreo. Los expertos no se extrañan ante este dato. "En Mieres posiblemente falte iniciativa, no hay un Valnalón, por poner un ejemplo", señala Aladino Fernández. Esta opinión es compartida por Rafael Menéndez: "En el concejo se echa de menos un mayor dinamismo interno". Ahora bien, cualquier planteamiento de recuperación a nivel demográfico pasa, se mire por donde se mire, por lograr generar empleo. "Si hay un crecimiento económico la población se estabilizará, de no ser así, es difícil predecir donde está el suelo de la actual caída", matiza Rafael Menéndez.

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