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Por mucho que aparente unidad toda España sabe que no es más que una pose de cara a la galería…

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El PP cierra filas sobre el aborto, como con la guerra de Irak

Había 178 diputados del PP, y hubo 183 votos a favor de la reforma, que podría incluir a algunos diputados de UDC, PNV, y UPN

Admite la dirección del Grupo que hay debate interno sobre el anterproyecto de Gallardón, pero que no iban a caer "en la trampa del PSOE"

Foto.- Un Ruiz-Gallardón exultante con las ministras Fatima Bañez y Ana Mato, ayer.

Manuel Sánchez, en eldiario.es

 

La votación secreta e individual sobre la retirada del anteproyecto de la ley del aborto, no inquietó para nada al Partido Popular. Las previsiones, horas antes de la votación, es que habría un cierre de filas entre los diputados populares, y así se demostró. En el hemiciclo había 178 diputados del PP y la votación a favor de seguir tramitando la reforma obtuvo 183 votos y seis abstenciones.

 

Posiblemente, diputados de Unió Democrática de Cataluña (UDC), algunos del PNV y el diputado de UPN sumaran más votos que los diputados del PP presentes, pero la continuidad parlamentaria de la reforma tuvo un amplio respaldo.

 

El PP ha trabajado internamente para que no hubiera fugas significativas en el voto popular, aunque admiten que hay grandes discrepancias internas con la propuesta de Alberto Ruiz-Gallardón. Su argumento ha sido que mostrar dichas discrepancias en el pleno es "caer en la trampa del PSOE" y que el debate todavía tiene recorrido y modificaciones importantes.

 

Por ello, no se esperaba que la votación secreta fuera a dar ninguna sorpresa. La disciplina de voto impera. Aunque la dirección del Grupo Parlamentario admite que varios parlamentarios han advertido de que si no hay cambios sustanciales en el anteproyecto, su voto podría cambiar tanto en abierto, como en en secreto.

 

Por ello, como en la tensa votación de la guerra de Irak, el PP ha cerrado filas y ha sido fiel a la disciplina de voto, aunque no son pocos los diputados que reconocen que el anteproyecto de Gallardón es un auténtico disparate que no se sostiene.

 

Gallardón hizo gala en el hemiciclo de la disciplina de voto del PP cuando terminaron las intervenciones de los portavoces, sabedor de que tenía garantizado que la proposición no de ley iba a decaer. Pero, en ningún momento, se le vio muy respaldado ni por la dirección del grupo parlamentario, ni por una buena parte de los miembros del Gobierno.

 

El PSOE esperaba que el debate fuese más una plataforma de lanzamiento para Elena Valenciano, en un asunto que conoce y domina a la perfección. Pero también en las filas socialistas se sabía que sería un gesto simbólico y que no iba a cambiar nada.

 

Alfredo Pérez Rubalcaba anunció ayer ante el Grupo Parlamentario Socialista que, sobre la reforma del anteproyecto de la ley del aborto, el PSOE no piensa negociar nada. Su única postura política será mantener la actual ley de plazos, que es la que impera en la inmensa mayoría de los países europeos.

 

Gallardón saca pecho porque el PSOE "no logra dividir" al PP

La portavoz socialista pregunta a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría "para que está" si no actúa cuando se ofende "la libertad de las mujeres, a los estudiantes o al cine"

 

JUAN ANTONIO BLAY Madrid

 

El presidente Rajoy se resiste a regresar al patio parlamentario después de las largas vacaciones en la Cámara baja. El pasado 18 de diciembre fue la última vez que el jefe del Ejecutivo se sometió a una sesión de control con preguntas de la oposición. En el caso de que, por fin, asista a la sesión parlamentaria de la próxima semana habrán pasado 63 días, más de dos meses sin estar en este trámite de obligado cumplimiento en una democracia parlamentaria.

 

Pero la ausencia del jefe del Ejecutivo no ha desmerecido la sesión de este miércoles, en la que ha habido de casi todo. De entrada, una nueva sesión de exhibicionismo de cartelería, en esta ocasión por parte de los diputados de Amaiur, alusiva a los presos etarras. El presidente les ha conminado a retirarlos al tiempo que su portavoz, Xabier Errekondo, le ha entregado un escrito a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que ésta ha rechazado aceptar dejándolo en la barandilla. Al final ha sido un ujier quien se lo ha llevado después de que el secretario general, en el estrado, también haya rechazado hacerse cargo de él. Los diputados de la izquierda abertzale protestaban tras la muerte de un preso.

 

Pero es que el propio presidente de la cámara, el conservador Jesús Posada, se ha convertido en protagonista minutos después al apagar el micrófono a la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, en pleno fervor de su debate con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. "Me he equivocado, lo reconozco, he apretado el botón que no tocaba", ha dicho Posada para explicar la "protección" que pretendía ante los gritos de la diputada conservadora Álvarez-Arenas tras la protesta desde la bancada socialista.

 

Pero este hecho no ha impedido que la portavoz socialista, aprovechando su pregunta sobre el empobrecimiento de las becas Erasmus, haya aprovechado la ocasión para lanzar una dura andanada a la vicepresidenta. "¿Para qué sirve usted?", le ha espetado "si no está cuando se ataca a la libertad de las mujeres, al principio de igualdad de los estudiantes y se ofende gravemente al cine español". Rodríguez le he recriminado que con la educación se está defendiendo una segregación "elitista" de los estudiantes. Según la portavoz socialista "ustedes dicen vamos a favorecer a los nuestros y marginan al resto subiendo tasas y atacando el principio de igualdad".

 

La vicepresidenta no ha entrado al trapo y, tras recordar que ambas estudiaron en el mismo "instituto público", como argumento para defender que son ejemplo de la igualdad de oportunidades, ha insistido en que el modelo adoptado por el ministro Wert para conceder las becas Erasmus "promueven la excelencia, el esfuerzo y las capacidades para los mejores estudiantes". Y, en cualquier caso, ha recurrido a la cantinela del Gobierno: el esfuerzo para crear puestos de trabajo como mejor vía para garantizar la igualdad de oportunidades.

 

Pero quien ha sacado pecho en la sesión de control de esta mañana ha sido el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sin duda contento por la votación de la noche anterior sobre la propuesta socialista para que el Gobierno retirase el anteproyecto de reforma de la legislación actual del aborto. Le ha preguntado la diputada Carmen Montón que, tras asegurar que "soy feminista", le ha recriminado su actitud por "atacar la dignidad de las mujeres".

 

Gallardón, muy ufano, no se ha dado por aludido. Antes bien, con la victoria parlamentaria de anoche, ha pasado al ataque para asegurar que "ustedes ni vencen ni convencen, solo pretenden dividir. Pero ni eso han conseguido, no han dividido al grupo parlamentario ni al partido que lo sustenta", ha asegurado el ministro. Tras afirmar que respeta "cualquier manifestación" —en alusión al Tren de la Libertad, por lo que le preguntaba la diputada socialista—, el responsable de Justicia ha asegurado que "no hay mayor representatividad que las urnas y ayer aquí hubo un mandato claro", ha añadido.

 

"Lo que ocurre es que usted no escucha a nadie, adquiere una actitud indolente ante el dolor de las mujeres y promueve una ley clasista y peligrosa. Incluso se permite afirmar en su argumentación que será beneficiosa para la economía porque favorecerá la natalidad. Eso ya lo dijo Ceacescu . Señor ministro, no nos van a callar", ha proclamado Montón. Gallardón se ha mantenido impasible y se ha permitido "dar las gracias" a los socialistas por permitir "mostrar a este grupo su unidad" . Con eso se ha quedado satisfecho, bastante satisfecho en medio de los aplausos de su propia bancada.

 

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