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Entrevista a la hasta hace un mes subdirectora médica del Hospital de Cabueñes y ahora directora del de Cruz Roja…

Entrevista a la hasta hace un mes subdirectora médica del Hospital de Cabueñes y ahora directora del de Cruz Roja…

"La única limitación que tiene Cruz Roja para operar es el riesgo anestésico del paciente"

"Gijón tiene un hospital grande con tres edificios: Cabueñes, que es la cabecera, Jove y Cruz Roja; nuestro trabajo debe ser en red"

Foto.- Teresa Olmo, en su despacho del hospital de la Cruz Roja de Gijón.

A. RUBIERA, en La Nueva España.

 

La gijonesa Teresa Olmo Yáñez dejaba hace solo un mes, tras ocho años de trabajo, la subdirección médica del Hospital de Cabueñes. El cese, a petición propia -y que coincidió con un nuevo cambio en el equipo directivo de Cabueñes que arropará a la gerente Montserrat Bango en la gestión del área V- vino seguido del anuncio de su salida del Servicio de Salud del Principado (Sespa) para incorporarse como directora médica al hospital concertado de Cruz Roja. Un salto significativo que Olmo atribuye a su carácter "inquieto" y sus necesidades de explorar otros caminos de la gestión sanitaria sin perder de vista nunca, eso sí, la sanidad pública.

 

Nacida en Mieres pero criada en Gijón, Teresa Olmo lleva vinculada a la medicina pública desde 1985. Con formación de médico de familia, trabajó diez años en Cangas de Narcea; fue técnico de salud y acabó pasando a realizar labores asesoras y de gestión para el Sespa, en la subdirección de Atención Especializada, hasta que aterrizó en el hospital de Cabueñes. Ahora enfrenta un nuevo reto en la red sanitaria concertada, aunque una escala menor a la que estaba acostumbrada. Si en Cabueñes lidiaba con más de 300 facultativos, en Cruz Roja la plantilla global es de 250 trabajadores, siendo médicos cerca de 75: un tercio es personal propio de Cruz Roja, un tercio son médicos de Cabueñes que llevan a cabo actividad en los quirófanos de Cruz Roja, y otro tercio son colaboradores.

 

-Vaya sorpresa. Y eso que la suya es una decisión con algún antecedente. El que fuera gerente de Cruz Roja, Carlos Prieto, también salió de Cabueñes y pasó veinte años en la calle Uría.

-Yo espero durar otros tantos.

 

-¿Cuándo y por qué toma esta decisión de cambio?

-Estas cosas van surgiendo poco a poco. Creo que los médicos tenemos siempre una inquietud profesional, estés ejerciendo de lo que estés ejerciendo. Dentro de mi carrera actual, que es la gestión, tengo la misma inquietud que pueda tener un médico de conocer otras técnicas, pero en mi caso es de conocer otras formas de organización y otras áreas de trabajo. No me fue difícil tomar esta decisión.

 

-¿Es una renuncia a la red sanitaria pública?

-No, para nada. Es una apuesta más dentro de mi currículo. Siempre he trabajado para la red pública y no me planteo otra cosa. Tenemos una sanidad que es un tesoro y desde diferentes sitios cada uno hace su trabajo. Pero esto para mí es una continuidad. Para los efectos considero que este es un hospital público con población de la red pública.

 

-¿Qué valoró sobre todo de Cruz Roja?

-Como gijonesa soy consciente de que este hospital tiene un arraigo total en la ciudad. Es un centro que es colaborador absoluto de la sanidad pública, y de hecho así lo recoge en su definición de misión fundacional. Nuestros pacientes son del Sespa y en eso poco cambio voy a notar. Ahora estoy descubriendo otras cosas de mucho mérito.

 

-¿Como cuáles?

-La satisfacción de los pacientes es algo que se está midiendo continuamente; de hecho es un indicador que está incluido como objetivo estratégico del hospital. Y los índices de satisfacción siempre son altísimos. Llevo menos de un mes aquí y ya he visto dos encuestas. Es muy interesante y demuestra la altísima valoración de este centro y el papel importante que lleva cumpliendo.

 

-Teniendo en cuenta la posición de responsabilidad que tuvo en Cabueñes, ¿cómo ve la relación que tiene o debería tener el hospital de cabecera de la red pública con Cruz Roja?

 

-Mi opinión es muy clara. Gijón tiene un hospital grande con tres edificios que son Cabueñes, la cabecera, Jove y Cruz Roja. Todos tienen una función y unas tareas asignadas para atender a la misma población. En este momento coyuntural, y en lo que creo que nos viene en el futuro inmediato, la colaboración va a ser en red y extensiva a toda la comunidad autónoma.

 

-De la colaboración en red lleva hablándose años. Pero Gijón demasiadas veces parece que tiene tres hospitales autónomos.

-El trabajo tiene que ser en red y en estos últimos dos años puedo decir que se trabajó en ello. De ahí el hecho de que el hospital de la Cruz Roja aumentara la complejidad de los procesos que atiende; a este centro están viniendo a operar más facultativos de Cabueñes, y de más especialidades, que antes no bajaban, y eso es un síntoma de por dónde se quiere caminar. Por lo que respecta a Cruz Roja, tenemos profesionales que participan en sesiones clínicas de Cabueñes y queremos seguir por ahí, porque ambos centros sean dos vasos comunicantes.

 

-¿Qué ideas tiene para poner en práctica en Cruz Roja?

-Las tengo pero aún es pronto para expresarlas, apenas estoy aterrizando. Tengo claro que el flujo de profesionales para compartir conocimiento es básico. Y en general creo que debemos estar ahí para todos los procesos quirúrgicos que el hospital de cabecera necesite que realicemos; y también se puede crecer en servicios básicos. Estamos al servicio de las necesidades de Cabueñes. Por mi parte, creo que mi labor ha de ser la de facilitarles la tarea a los profesionales que están llevando a cabo la atención sanitaria. Hay que estar en estrecha sintonía con ellos y la puerta de un director médico debería estar siempre abierta para recibir a los médicos y escucharles.

 

-La gerente de Cabueñes reconocía recientemente la necesidad que tienen de recurrir a Cruz Roja para aliviar la presión asistencial.

-Lo dicho, somos vasos comunicantes.

 

-¿Cruz Roja debe resignarse a ser el hospital que resuelva juanetes o cataratas, por citar dos procesos de poca complejidad, para descargar los quirófanos y las listas de espera generales del área?

-No, para nada. Además eso es incierto porque estamos haciendo cosas complejas que no hacíamos hace meses. La única limitación para operar en Cruz Roja, a parte de la cartera de servicios, es el riesgo anestésico. Aquí se hacen hernias, caderas, emos (extracciones de materiales de osteosíntesis), artroscopias de cadera que no se hacen en casi ningún hospital de Asturias... Es igual de compleja una cadera que se opera aquí que en Cabueñes, sólo lo limitarían las características del paciente en cuanto a su riesgo.

 

-Siempre ha dado la sensación de que la visión del Sespa respecto de Cruz Roja es la del hermano pequeño. ¿Ha cambiado algo a los ojos de los profesionales?

-Yo creo que sí porque la experiencia que tengo es que cuando los facultativos del Sespa vienen aquí a operar la satisfacción que demuestran es alta. Por el personal, la estructura quirúrgica... por todo.

 

-Viene de pelearse con las cifras de un hospital de actividad y demanda muy alta y está empezando a testar un centro mucho más manejable. ¿Ya aprecia la diferencia?

-Cabueñes no es un mastodonte. Es un hospital con unos profesionales con los que es muy sencillo trabajar. Allí hay un capital humano muy valioso, capital de conocimiento, ganas de innovar.... Mi experiencia de ocho años es que ha sido muy fácil sentarse con los profesionales y llegar a acuerdos para mejorar. Porque son muy dinámicos. Constantemente te proponían áreas de mejora. Para mí es un centro lleno de gente con ganas de hacer cosas y hacerlas bien. En los ocho años que estuve hicimos cambios organizativos importantes como la unidad de mama, de colon, creció el servicio de dermatología, implantamos la cirugía vascular... y todo impulsado por los profesionales.

 

-Pero la motivación del personal de la sanidad pública no pasa por su mejor momento.

-Quizá es cierto que está un poco amortiguada, pero está ahí. Está latente y sólo se necesita que pase un poco más de tiempo. A la medicina y las carreras sanitarias los profesionales llegamos con una gran dosis de vocación. Y eso no se pierde.

 

-¿Le ve ya las ventajas a un hospital como Cruz Roja, de gestión menos burocratizada?

-No muchas. No me planteo que haya grandes diferencias.

 

-Al menos sentirá que se ha quitado de encima el gran peso de las listas de espera.

-En Cruz Roja trabajamos para el Sespa y para los ciudadanos, luego el tiempo y las demoras las llevamos igual que en Cabueñes. Es parte de nuestra responsabilidad hacer bien y pronto lo que nos derive Cabueñes, siempre pensando en el paciente.

 

-¿Llega a Cruz Roja con fecha de caducidad?

-Ni llegué a Cabueñes para marcharme en un año, ni aquí tampoco. Creo que cuando en sanidad te planteas una labor de gestión el desarrollo lleva un tiempo que nunca es corto y si estás menos de ese tiempo no terminas las cosas. No soy directivo de andar cambiando. Este es un proyecto sanitario de gestión y tiene unos plazos que nunca son cortos.

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