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A propósito del tratado de libre comercio entre EEUU y Europa que se está negociando con toda la opacidad posible…

A propósito del tratado de libre comercio entre EEUU y Europa que se está negociando con toda la opacidad posible…

EEUU rapta a Europa

Por Aníbal Malvar, en el blog Rosas y Espinas

Foto.- Cuadro del rapto de Europa de Rubens

público.es

Andamos los europeos un tanto despistados con nuestra poética desde hace algunos siglos. Todo empezó muy bien y muy lirificante, cuando Zeus raptó a la bella Europa convertido en bello y dócil toro blanco, la cruzó a nado desde Tiro hasta Creta, le hizo tres hijos, y la dejó amada y feliz por el resto de sus días. Desde aquel tiempo mitológico nos llamamos Europa.

Han pasado algunas lunas desde entonces, y nos hemos vuelto menos poéticos y muy poco delicados raptores. Ahora Europa está a punto de dejarse raptar por un perverso tratado de libre comercio con EEUU. Entre que me rapte Zeus o me rapten los especuladores yanquis con un tratado de libre comercio, yo me quedó con el dios griego travestido en cornúpeta albo. No hay color.

Dicho tratado, en lugar de llamarse Zeus o cualquier otra cosa bella y pronunciable, viene a bautizarse como Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión. A mí no me pone el nombre del raptor. Sobre todo por el apellido inversión. Cada vez que me hablan de las bondades de cuando nos viene a rescatar mister Inversión, sufro un ataque de inversión de derechos fundamentales. Se me invierte mi libertad en su censura, se me invierte mi sindicalismo en su explotación, se me invierte mi vivienda en su orden de desahucio, se me invierte mi crédito bancario en su estafa, se me invierte mi feminismo en la superioridad intelectual de Cañete, y se me invierte mi amor en su odio. Yo no quiero que me permitan gozar de más inversiones, coño.

Este hermanante tratado de libre comercio entre EEUU y Europa es poco conocido por el pueblo llano, cual soy yo. Pues se está negociando en secreto, y los actores internacionales de derechos humanos, las ONGs, los sindicatos y otras gentes interesadas en el asunto no tienen acceso a información real sobre cómo y qué se está negociando. Lo están redactando a escondidas los populares, los socialistas, los demócratas y lor republicanos (y no por este orden, que yo intuya).

Yo no entiendo por qué gobiernos democráticos como los de la UE y EEUU negocian nada a escondidas de sus votantes. Yo suponía que esto de la libertad y la democracia consiste en enterarse de las cosas. Pero, por mucho que grupos de la oposición, asociaciones ecologistas y de derechos humanos, periodistas, etc., intentamos preguntar cómo va eso de la Asociación Trasaltántica para el Comercio y la Inversión, nos dicen que es un secreto de Estado. De Estados. De Continentes. Que son secretos democráticos. Nunca pensé que una democracia pudiera basarse en secretos. Que consistiera en ocultar los tratados comerciales que los representantes electos del continente suscriben con otros continentes. Pero a lo peor es que he estudiado poco. O que he elegido mal a mis representantes electos. O que me he salido de la democracia, sin darme cuenta, por culpa de andar votando a tontas y a locas y a mercachifles (que son los peores).

Al parecer, esta nada lírica Asociación Trasaltántica para el Comercio y la Inversión permitirá a las empresas que inviertan en nuestro país reclamar indemnizaciones si sus intereses se ven afectados por cambios legislativos. Por ejemplo, si Chrysler pone aquí sus fábricas, contrata a unos tantos pardillos españoles por nuestro salario mínimo y, mañana, el gobierno del partido Super Progresista Osea Español (SPOE) eleva ese salario mínimo, Chrysler puede demandar a España por obligarle a pagar más a sus trabajadores. En eso consiste el libre comercio. Y el tribunal que esto juzgue estará formado por expertos (no jueces y tal) nombrados por la Asociación Trasaltántica para el Comercio y la Inversión. O sea, por ellos mismos. Por la Chrysler. Habremos, por tanto, de pagar la multa.

Con los productos alimentarios lo mismo: nuestra legislación alimentaria es mucho más estricta que la suya, pero tendremos que relajarla para firmar el tratado. Y con la sanidad no digamos: en EEUU se trata el cáncer de los pobres con azucarillos caducados. A esta relajación del control de calidad ellos le llaman desregularización. Que es una palabra muy fea que significa, en sus siglas en inglés, HLQMSDLC: hacer lo que me salga de los cojones.

Como andamos por el mundo y por Europa dejándonos raptar y sin enterarnos de nada y votando a nada, esta Asociación Trasaltántica para el Comercio y la Inversión va a salir adelante. Y será el fin de aquella Europa que fundó Europa dejándose otorgar la libertad sexual por un toro blanco, esa Europa que después se intentó liberar como mujer y como patria con la Revolución Francesa, cuando la Libertad guiando al pueblo ya no era una princesa virgen, sino toda una mujer. Qué gran Guantánamo va a ser esta nueva Europa gracias a la Asociación Trasaltántica para el Comercio y la Inversión. Qué gran Guantánamo. Y qué triste se va a poner Zeus, que solo raptó a Europa por amor. Espero que vuelva para vengarse.

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