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Cabueñes pone la nota de alivio

Cabueñes pone la nota de alivio

"Te aíslas, estás en otro mundo y, aunque sea un poco, te da felicidad", resaltan pacientes de la unidad del dolor sobre las sesiones de terapia con música en vivo

Lne. 29.06.2014 | 05:54

El coro de voces blancas del Conservatorio de Gijón, ayer, actuando en el salón de actos del Hospital de Cabueñes. MARCOS LEÓN Fotos de la noticia

P. TUÑÓN A sus 42 años, María ya no puede trabajar. Los dolores en su espalda se lo impiden. Son crónicos y no tienen ya remedio. "La dolencia está ahí, nunca se va y para gente que estamos en una edad complicada es difícil asumirlo", afirma. Únicamente encuentra alivio en los fármacos. Y, ahora, en la música en directo. "Es muy reconfortante, me hace sentir más relajada", resalta.

María forma parte del grupo de enfermos de la unidad de dolor que participa en el estudio del hospital de Cabueñes sobre los beneficios de audiciones musicales en vivo para reducir la medicación en pacientes crónicos. En total, 15 enfermos han recibido los sábados de mayo y junio conciertos en directo a cargo de músicos del Conservatorio Profesional de Música de Gijón y del Conservatorio Superior de Oviedo. Y otros 15 se han mantenido ajenos a la terapia. Ángeles Miranda, coordinadora del centro de salud El Parque-Somió, y Martín Carpintero y María Jesús Pérez, médico y enfermera de la unidad de dolor, tendrán que analizar ahora los datos arrojados por los cuestionarios rellenados por los treinta pacientes del estudio.

Ayer se abrió al público el último concierto de la investigación médica en el salón de actos del hospital. Una cita que sirvió para presentar la iniciativa y "de agradecimiento" a los colaboradores.

Mari, sobre la que ya pesan más los años que María y que sufre de fibromialgia y problemas graves de columna, también estuvo escuchando en directo los conciertos. "Nunca había probado algo así. El rato que pasas es un tiempo muy relajante. Te abstrae, es agradable; aunque el dolor y el problema sigue" cuenta, y añade: "Merece la pena. Aunque sea un poco, ese poco da felicidad".

Los sábados de mayo y junio se convirtieron así en días especiales para unos pacientes abocados a una batalla diaria, narcotizada por los fármacos, por sobrellevar el dolor. "La experiencia ha sido muy buena, había muy buen ambiente y doy las gracias a los que colaboraron. No sé decir qué sesión de música me gustó más. Lo repetiría", señala María.

Otra participante, aquejada de fibromialgia e inmunodeficiencia, no discrepa de sus compañeras de estudio a la hora de calificar la experiencia. "Me gustó mucho. Nos relajamos un montón. Tenemos otras terapias, pero ésta está muy bien. La gente con estas enfermedades necesita este tipo de cosas. Te aíslas, es como que estás en otro mundo. Yo, por ejemplo, en ese tiempo que escucho la música no siento dolor", manifiesta. De hecho, las tres enfermas coinciden también a la hora de reclamar que "sin duda deberían de promover este tipo de terapias en la Sanidad, que lo hacen muy poco".

De otra forma, pero también se han visto reconfortados los músicos participantes. Entre ellos, el pianista José Carril, que además forma parte del equipo investigador. "Es distinto tocar para un público así, te cambia la sensación. Quieres distraerles, influir en ellos emocional y físicamente", explica radiante tras haberse dado cuenta de que de su piano salen notas que alivian el dolor.

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