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Empezó hace 4 años, este 24-M puede ser un apuntalamiento importante, pero el movimiento, como el rayo de nuestro poeta Miguel Hernández, no cesa…¡¡no debe cesar!!

Empezó hace 4 años, este 24-M puede ser un apuntalamiento importante, pero el movimiento, como el rayo de nuestro poeta Miguel Hernández, no cesa…¡¡no debe cesar!!

La herencia del 15M marca la política cuatro años después

El 15M rescató causas invisibles para buena parte de la sociedad que ahora se han introducido como nuevos discursos en la agenda política y social de varios partidos

Los indignados revitalizaron una vieja demanda que parecía herida de muerte: la necesidad de que los ciudadanos pudieran acceder a información sobre las administraciones para prevenir la corrupción

La llegada del 15M avivó el debate sobre la relación entre los poderes políticos y financieros

Foto.- La Puerta del Sol, Madrid, en 2011.

Marta Borraz / Ana Requena Aguilar, en eldiario.es

Han pasado cuatro mayos desde que la indignación se hizo protesta y acampó en la madrileña Puerta del Sol para pedir un cambio político y social. En pocos días, otras ciudades españolas unían su grito a lo que, para muchos, se convertiría en un punto y aparte en la actitud de la sociedad que, cansada de sentirse "mercancía en manos de políticos y banqueros", comenzaba a exigir "una democracia real".

El 15M rompió las costuras del sistema institucional y rescató del olvido causas por las que activistas y movimientos sociales llevaban años luchando, pero que para la mayor parte de la sociedad eran invisibles. Fue la chispa que encendió la indignación, el germen de la movilización, el empujón definitivo para la politización o repolitización de miles de ciudadanos, que despertaban así de un enorme letargo.

Miles de personas participaron de aquel estallido de indignación que continúa en forma de asambleas de barrio, mareas y colectivos repartidos por todo el Estado, que nacieron o se revitalizaron al calor de la protesta. La última asamblea general que se celebró en la plaza se hizo bajo el lema: "no nos vamos, nos expandimos". Aquellas acampadas masivas no se han vuelto a repetir, pero sí contribuyeron a modificar la agenda e introducir discursos novedosos que han configurado un nuevo panorama político y social.

 

Educación y sanidad

Fueron dos de las reivindicaciones clásicas del 15M y que antes cristalizaron en lo que más tarde se conocería como las mareas. Ambas consiguieron colocar en el centro del debate discusiones sobre la sostenibilidad o no de los servicios públicos. Los lemas sobre sanidad y educación "pública de tod@s y para tod@s" custodian un conjunto de ideas herederas del 15M: escuela laica, reforma educativa, universalidad y gratuidad, oposición a la gestión privada... Son muchos los partidos políticos que, desde entonces, incorporan propuestas relacionadas en sus programas.

Sin embargo, si algo han conseguido es cambiar las formas tradicionales de movilización, lo que se fraguó en la acampada de Sol. Las mareas no solo se manifiestan contra el empeoramiento de las condiciones laborales de los profesionales, sino que han colocado en el centro de la protesta la protección de un bien común: la educación y la sanidad públicas. De esta forma, han logrado concienciar a toda la ciudadanía, no solo a los trabajadores… (leer más)

 

Cuatro años del 15M: la semilla del cambio en España

Las protestas se han diluido en la calle, mientras Podemos capitaliza el ansia de cambio de parte del movimiento

Redacción, La Nueva España.

A una semana de las elecciones locales en toda España, y de las autonómicas en parte del país, se cumplen cuatro años del surgimiento del movimiento del 15M, el nombre con el que se etiquetó al conjunto de protestas que arrancó con una manifestación en Madrid el 15 de mayo de 2011.

Tras aquella marcha, aún durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, unas 40 personas decidieron mantener vivas sus reivindicaciones con una acampada en la Puerta del Sol. Aquella acción daría pie a una enorme corriente de apoyo, la de los ’indignados’, a la que se sumaron miles de personas en la capital de España y el resto del país. La mecha prendió durante meses, en plena crisis económica, con los niveles de desempleo disparados y todas las consecuencias de la depresión económica golpeando con dureza a gran parte de la sociedad.

El movimiento fue desde el principio muy heterogéneo, pero organizó una movilización permanente para reivindicar derechos sociales y luchar contra las primeras medidas de austeridad del Gobierno del PSOE, primero, y del PP, después, tras las elecciones de noviembre de 2011. Surgido a caballo entre los Ejecutivos de ambos signos, el rechazo al bipartidismo fue una de sus grandes banderas, bajo el lema ’No nos representan’.

Con su impulso, con mecanismos asamblearios, surgieron iniciativas en ámbitos muy diferentes, como el apoyo a las protestas contra los desahucios de viviendas de la PAH o Stop Desahucios. Posteriormente apareció la ’marea blanca’, que en Madrid se organizó para rechazar la privatización en la gestión de hospitales de la sanidad autonómica, o la ’marea verde’, que defendía el modelo de enseñanza vigente y rechazaba la Lomce, impulsada por el Gobierno del PP… (leer más)

 

ANALISIS EN AGENDA PUBLICA:

15-M: un viento modernizador de la política española

El potencial de persuasión colectiva de este movimiento trasciende el de las experiencias activistas previas y el de las iniciativas políticas con las que se le suele asociar de forma mecánica (Podemos, Barcelona en Comú o Ahora Madrid).

Rubén Díez García, en eldiario.es

Tras la irrupción del movimiento 15-M en la primavera de 2011, muchos han cuestionado su continuidad, logros y métodos, en particular desde los medios de comunicación tradicionales y el establishment político. Sin embargo, como otros muchos hemos señalado, este movimiento, aunque haya perdido visibilidad, permanece activo a través de una serie de procesos y dinámicas que han vigorizado aún más a una sociedad civil muy plural y diversa. De hecho, esta ya se venía mostrando muy abierta y activa desde finales del siglo pasado y ha cobrado todavía más fuerza y visibilidad a partir de la irrupción del movimiento de los indignados.

Uno de sus rasgos característicos ha residido en su crítica a los partidos políticos tradicionales, a su falta de políticas encaminadas a resolver los problemas cotidianos de las personas y en su demanda de una democracia más participativa… (leer más)

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