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Trabajo de los servicios de Farmacia de Primaria y Especializada de Cangas del Narcea y de Arriondas junto a las unidades de Salud Pública del Área IV (Oviedo) y de Investigación del Área V (Gijón)…

Trabajo de los servicios de Farmacia de Primaria y Especializada de Cangas del Narcea y de Arriondas junto a las unidades de Salud Pública del Área IV (Oviedo) y de Investigación del Área V (Gijón)…

El consumo de ansiolíticos y sedantes crece, «pero no por la crisis»

El uso de psicofármacos se disparó antes del declive económico. Entre 2003 y 2013 se dispensaron 34,2 millones de envases

 

LAURA FONSECA, GIJÓN, en El Comercio

 

En Asturias consumimos más psicofármacos que antes. Bastante más. El uso de ansiolíticos, antidepresivos e hipnosedantes se disparó en la última década. En concreto, entre 2003 y 2013, cuando se dispensaron 34,2 millones de envases de estas medicinas, se consumió hasta un 88% más de hipnóticos, un 80% más de fármacos para la depresión y un 40,25% más de medicamentos contra la ansiedad. Un grupo de investigadores del Servicio de Salud del Principado (Servicio) han querido saber si ese incremento guardaba relación con la crisis, como apuntaban algunos estudios de ámbito nacional, que daban cuenta de una mayor incidencia de trastornos mentales vinculados a la precaria situación económica. La conclusión, según estos expertos, es rotunda: «el consumo de psicofármacos crece en Asturias, pero no por la crisis». De hecho, el trabajo demuestra que la dispensación de estos medicamentos aumentó de manera mucho más significativa antes del declive económico y social, es decir, en el periodo previo a 2008.

 

Las cifras son claras: entre 2003 y 2008 el uso de ansiolíticos creció en el Principado un 32,3% (se pasó de una dosis diaria definida por cada mil habitantes de 67,95 a otra de 89,9). Sin embargo, en el periodo comprendido entre 2009 y 2013 el incremento fue de solo un 5,11%. En cuanto a los sedantes e hipnóticos el comportamiento es similar. De 2003 al 2008 su uso se disparó en un 74,71% (más de un 12% anual) mientras que un lustro después el aumento fue más modesto: un 6,45%. Los antidepresivos tampoco se quedan atrás. Antes de la crisis llegamos a consumir hasta un 51,39% más mientras que cinco años después el incremento se quedó en el 14,8%.

 

En el trabajo han participado los servicios de Farmacia de Primaria y Especializada de Cangas del Narcea y de Arriondas junto a las unidades de Salud Pública del Área IV (Oviedo) y de Investigación del Área V (Gijón). El estudio lleva la firma de María Luisa Nicieza-García, Julio Alonso-Lorenzo, Patricio Suárez-Gil y Natalia Rilla-Villar. El punto de partida fueron varios informes previos que alertaban sobre el aumento en la prevalencia de los trastornos en el estado de ánimo y el abuso de alcohol durante la crisis. Entre ellos, uno de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria y otro de la Agencia Española de Medicamentos. Estas investigaciones contrastaban, sin embargo, con otras en las que se aseguraba que el incremento de psicofármacos era similar al que venía ocurriendo desde principios del año 2000. El trabajo realizado ahora en Asturias se asemeja a esta última argumentación: consumimos más ansiolíticos y sedantes, pero su tendencia al alza no es culpa de la crisis puesto que se inició mucho antes. Es más, en los años poscrisis, la ingesta se ralentiza. Para elaborar la investigación se empleó como unidad de estudio las dosis diarias definidas de cada fármaco. Se hizo el cálculo por cada mil habitantes y día. Los investigadores han observado que el consumo se frena desde 2012, año del copago y también que el uso de estos fármacos es más elevado en Asturias que en el conjunto del país. El incremento está más vinculado al aumento de la prevalencia de trastornos neuróticos, el estrés, el insomnio y la medicalización del sufrimiento humano, que a la crisis.

 

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