De las municipales británicas a las citas con las urnas mañana de griegos y franceses ¡¡Europa está en juego!!
David Cameron sufre un duro revés
Los laboristas británicos triunfan en las elecciones municipales de Reino Unido, que suponen un castigo para la coalición gubernamental
AGENCIAS, Londres
Los laboristas británicos han asestado un duro castigo a David Cameron en las elecciones municipales celebradas el jueves en Reino Unido. Los conservadores del primer ministro, que lidera la coalición gubernamental, atraviesan un momento más que delicado tras dos años en el poder, afianzado ahora tras el triunfo de la primera fuerza de la oposición en los comicios locales de Inglaterra, Escocia y Gales.
El Partido Laborista se ha impuesto en 75 municipios de los 181 en juego y ha sumado 2.158 concejales (823 más). Siguen en cuanto al número de circunscripciones obtenidas los conservadores, que lograron 42 municipios, tras perder 12, y obtuvieron un total de 1.005 concejales, después de haber perdido 405. Los socios de Gobierno de Cameron, los liberaldemócratas sólo vencen en seis municipios y obtienen 431 concejales, 336 menos.
El partido de extrema derecha British National Party (BNP) no obtuvo un solo concejal y perdió los seis ediles que había logrado en los anteriores comicios de hace cuatro años.
"Somos un partido que vuelve a ganar la confianza de la gente, que gana terreno, pero hay más trabajo que hacer", proclamó a los periodistas Ed Miliband, el líder de los laboristas, que se han hecho con el control, entre otras, de Birmingham, la segunda mayor ciudad británica, Cardiff, la capital de Gales, la alcaldía de Liverpool, cargo de nueva creación, y Edimburgo y Glasgow.
A nivel nacional, los laboristas obtendrían un 38% de los votos, dos puntos más que en 2008, contra el 31% de los conservadores (cuatro menos) y el 16% de los liberaldemócratas, según una estimación de la BBC, que anticipa también un 32% de participación, la tasa más baja desde el año 2000.
El consuelo de los conservadores
La única buena noticia para los tory ha sido la victoria de Ben Johnson sobre Ken Linvingstone en la alcaldía de Londres. El excéntrico conservador partía como el favorito para lograr un segundo mandato de alcalde frente a su veterano predecesor laborista, Ken Livingstone. Este es uno de los escasos consuelos de las elecciones para Cameron, que acumula las malas noticias tras la entrada oficial del país en recesión en medio de un drástico plan de ajuste y las sospechas que pesan sobre uno de sus ministros por sus vínculos con el imperio mediático de Rupert Murdoch.
Cameron ha intentado justificar su derrota diciendo que estos comicios se celebraron "en un contexto nacional difícil", pero insistió que su gobierno estaba haciendo "lo correcto" para el país y seguiría tomando "decisiones difíciles" para luchar contra la crisis económica. "Lo que tenemos que hacer es tomar las decisiones difíciles para gestionar la deuda y la economía destrozada que heredamos", agregó en un claro ataque al Partido Laborista que le precedió en el poder. El primer ministro incluso perdió varios concejales ante sus máximos rivales en Witney, su propia circunscripción en el sur de Inglaterra.
El veredicto de las urnas también ha sido duro para los liberaldemócratas de Nick Clegg, que por primera vez desde su creación en 1988 tendrán menos de 3.000 concejales en todo el país, castigados por lo que muchos consideran un matrimonio de conveniencia con el partido de Cameron. Como el primer ministro, el número dos del gobierno se declaró "muy triste" pero reafirmó su permanencia en la coalición para "rescatar y reparar" la economía del país.
Habrá que esperar a última hora de la tarde para conocer el resultado del duelo entre Johnson y Livingstone, o Boris y Ken como les conocen los británicos. Aunque el cargo tiene más visibilidad que poderes (esencialmente transporte y urbanismo), un triunfo claro de Johnson, que no oculta su aspiración a liderar el Partido Conservador en el futuro, podría ser un quebradero de cabeza más para el primer ministro.
Mañana Grecia y…
Temor ante el auge de los partidos extremistas
Las elecciones que hacen temblar a los miembros de la Unión Europea
Los comicios del domingo podrían dejar un escenario aún más inestable
Irene Hdez. Velasco, (Enviada especial). Atenas, en El Mundo
Los nervios y la ansiedad se han desatado en Bruselas de cara a las elecciones generales que el domingo se celebraran en Grecia. Porque si hasta ahora la situación política del país heleno era difícil, a partir del domingo por la noche puede ser directamente caótica. Sobre todo visto el fuerte crecimiento que todas las encuestas dan a los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha que abogan por hacerle un corte de mangas a la Unión Europea.
Recapitulemos: las últimas elecciones en Grecia se celebraron en octubre de 2009 tras presentar su dimisión como primer ministro Costas Karamanlis, líder de Nueva Democracia. El país ya tenía entonces un pie metido de lleno en la crisis y los comicios dieron la victoria al Partido Socialista (Pasok) y a su entonces líder, Yorgos Papandreu.
Pero a Papandreu le tocó encarar una situación muy complicada, después de que saliera a la luz que el anterior Gobierno de centroderecha se había dedicado sistemáticamente a falsificar las cuentas sobre el déficit público griego y que el país estaba al borde del precipicio.
A Papandreu no le quedó otra que remangarse e imponer ajustes brutales. Cada vez más contestado dentro de sus propias filas a causa de sus durísimos planes de austeridad, en noviembre Papandreu se vio forzado a presentar su dimisión.
Desde entonces en Grecia gobierna un Ejecutivo de coalición que aúna a los dos principales partidos (Pasok y Nueva Democracia, enemigos históricos), que ha tenido que hacer auténticos malabarismos para mantenerse en pie y que ha estado presidido por un tecnócrata llamado Lucas Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo. Ese Gobierno nació con un único objetivo: conseguir como fuera que Grecia recibiera de la UE un segundo plan de rescate, valorado en 109.000 millones de euros, para evitar así la bancarrota.
Parlamento aún más fragmentado
Conseguido ese objetivo, y después de lograr también que inversores privados que poseen el 85,8% de los bonos griegos tragaran con perdonar al país heleno la mitad de su deuda (el 53,5%), Grecia va el domingo a las urnas.
Las elecciones ya parecen una locura visto que, con la que está cayendo, costarán la friolera de 29 millones de euros. Pero lo peor es que de esos comicios puede salir un Parlamento aún más fragmentado e ingobernable que el que hay ahora. Sobre todo porque los sondeos vaticinan un importante avance de los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha, que recogerán el voto de protesta de muchos griegos contra los partidos tradicionales y contra las medidas de austeridad que la UE ha impuesto al país a cambio de prestarle dinero.
Para empezar a los comicios del domingo se presentan 32 partidos, frente a los 23 que concurrieron a las anteriores elecciones. Según los últimos sondeos (en Grecia está prohibido publicar encuestas en los 15 días previos a la votación), 10 formaciones conseguirán hacerse un hueco en el Parlamento, frente a las cinco que lo lograron en 2009.
Auge de los partidos extremistas
Y, sobre todo, será una debacle para el Pasok y Nueva Democracia, que llevan alternándose en el poder desde 1974 y acumulando entre los dos el 80% de los votos. Sin embargo, esta vez no llegarán siquiera a hacerse con el 50%. Nueva Democracia ganará las elecciones con alrededor de un 25% de los votos, mientras que el Pasok logrará alrededor de un 20%.
La izquierda radical podría anotarse el 30% de los sufragios. Y los neonazis de Chrysi Avgi (Amanecer dorado), un partido liderado por un ex militar, podría lograr más un 5%, es decir, unos 15 diputados en un Parlamento con 300 escaños.
A tenor de los datos de los sondeos, en el más optimista de los escenarios Nueva Democracia y Pasok pactarían un Ejecutivo de coalición, que en cualquier caso gobernaría por los pelos y sería muy vulnerable. Pero, al menos, los dos partidos ya han gobernado juntos y los dos se comprometen a respetar el acuerdo que ya han firmado con Bruselas, y que incluye la puesta en marcha en 2013-2014 de un enésimo paquete de medidas de austeridad, esta vez por valor de 11.500 millones de euros.
Pero lo que está nada claro es que Pasok y Nueva Democracia logren los escaños suficientes para gobernar. Y en ese caso puede pasar de todo. Sólo una cosa parece garantizada: que la inestabilidad política seguirá campando a sus anchas en Grecia.
…Francia
Franceses a las urnas para elegir entre Hollande y Sarkozy
Hollande se mantiene como favorito
AFP, en univision.com
Unos 45 millones de franceses podrán elegir el domingo al presidente de la República de los próximos cinco años entre los finalistas de la primera vuelta: el mandatario saliente y candidato conservador Nicolas Sarkozy y el socialista François Hollande.
Hollande, que el 22 de abril obtuvo 28,63% de los votos (frente a 27,18% para Sarkozy), mantiene de forma persistente su condición de favorito, aunque por un margen que se fue reduciendo entre medio punto y dos puntos en estas dos semanas.
Los sondeos divulgados el viernes le dan entre 52,5% y 53,5%, frente a 47,5% y 46,5% para Sarkozy.
La campaña electoral terminó oficialmente el viernes, por lo cual los candidatos deben guardar silencio y está prohibido publicar sondeos hasta el cierre de las urnas a las 18:00 GMT del domingo.
Sin embargo, los franceses de los departamentos de ultramar del hemisferio occidental y los residentes en el continente americano, comenzarán a votar a las 10:00 GMT del sábado.
Al cierre de la campaña, Hollande exhortó a sus compatriotas a darle una amplia victoria. "Si los franceses deben elegir, que lo hagan claramente, masivamente, que le den al que será investido toda la capacidad y los medios para actuar", afirmó el viernes.
El candidato socialista agregó que representa a "más que la izquierda". "Represento a todos los republicanos, los humanistas, los apegados a valores y principios", dijo en Moselle (este).
El jueves, Hollande recibió el apoyo del dirigente centrista François Bayrou (9,13% de votos en la primera vuelta), quien dijo que votaría por él, aunque sin dar consigna de voto a sus partidarios.
Nicolas Sarkozy recibe críticas
Sarkozy, por su parte, puso sus esperanzas en una fuerte participación. "Verán una gran sorpresa", aseguró el viernes, instando de nuevo a la movilización de la "la mayoría silenciosa, los abstencionistas y los electores de la extrema derecha", durante un viaje a Sables d’Olonnes (oeste).
El presidente volvió a agitar la amenaza de que Francia se encuentre en una crisis como la de España si los socialistas llegan al poder.
"Miren a España. ¿Quieren la misma situación? No se trata de dar miedo. La cuestión es mirar al otro lado de nuestra frontera", declaró.
Pero las perspectivas son más que sombrías para Sarkozy. No sólo los sondeos le son desfavorables, sino que tampoco logró el apoyo de ninguno de los candidatos que quedaron descalificados en la primera vuelta.
La dirigente del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen (tercera en la primera vuelta, con casi 18%), dijo que votaría en blanco y criticó con virulencia al presidente, pese a que éste centró buena parte de su campaña en cuestiones de inmigración y seguridad para atraer al electorado ultraderechista.
Esa estrategia espantó en cambio a buena parte del electorado centrista. y fue la causa que invocó Bayrou para anunciar su decisión "personal" de votar por Hollande.
El candidato socialista se benefició, en cambio, del apoyo incondicional del candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon (11,10% de los votos en la primera vuelta) y de la ecologista Eva Joly (2,31%).
Europa observa con atención
La elección francesa es observada con especial atención por el resto de la Unión Europea (UE), sumida en el estancamiento y la crisis de la deuda, debido a la proclamada voluntad de Hollande de renegociar el pacto fiscal, con duros ajustes, impulsado por Alemania, para incluir políticas de reactivación.
De ser elegido, Hollande sería el segundo presidente socialista de la V República (proclamada por De Gaulle en 1958), después de François Mitterrand (1981-1995).
Una derrota de Sarkozy podría acarrear una profunda recomposición de la derecha francesa.
El jefe de la oficialista Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, estimó que, tras la segunda vuelta, hay que "abrir una nueva página en la historia" de ese partido, aunque el viernes aclaró que esas declaraciones "no se sitúan en absoluto en la perspectiva de una derrota" de Sarkozy, sino de una victoria.
El diario Le Monde señalaba el viernes "la agitación de la derecha ante el riesgo de una derrota" y apuntaba que tres de sus principales líderes --Copé, el primer ministro François Fillon y el ministro de Relaciones Exteriores Alain Juppé-- "parecen preparar la toma de control de la UMP después del veredicto del 6 de mayo".
"En los pasillos, la postderrota ocupa ya todas las mentes", agregó el periódico.
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