«Son muchos los clientes que se vuelven con sus familias. Sus hijos o nietos han quedado en el paro y la única fórmula para subsistir es la pensión del abuelo» (Ana Gil, presidenta de Asacesema).
Los geriátricos privados asturianos rebajan sus tarifas tras superar las 3.000 plazas vacías
La mayoría las ajustaron a los 1.266 euros marcados por el Principado como precio oficial, pese a que insisten en que el coste de la atención es superior
Foto: El último centro público abierto en Gijón, la residencia Aurora Álvarez, tiene libres 87 de sus 117 plazas.
15.07.13 - CHELO TUYA | GIJÓN, en El Comercio.
«Ya nadie pide 2.000 euros al mes. Porque no hay usuario que los pueda pagar. O bajas, o cierras, no queda otra opción. Y aún bajando, muchos cierran». Paulo González, presidente de la Asociación de Centros Geriátricos (Ascege), la patronal asturiana que aglutina el mayor número de plazas concertadas, resume lo que un vistazo a la Guía de Residencias y Centros de Día para Mayores 2013 revela: los geriátricos privados asturianos han bajado sus precios. Y mucho.
De la relación recién publicada -de carácter gratuito, editada por Vitae Comunicación y disponible en centros de mayores, de servicios sociales o en internet- han desaparecido las tarifas de 3.000 e, incluso, 4.000 euros al mes -por plazas geriátricas en apartamento de lujo- que figuraban en otras ediciones. El precio más alto -integrado, además, dentro de un abanico de tarifas- lo pide una residencia, La Serena: 2.864 euros al mes. Aunque el mismo geriátrico, de tan sólo 40 plazas y ubicado en el centro de Gijón, dispone de plazas concertadas.
Es decir, que entre su clientela hay personas que sólo pagan por los servicios de lujo que ofrece 1.266 euros, que es el precio público fijado para 2013 por el Gobierno regional y que aplica en sus 3.238 plazas públicas, tarifa al que se han ajustado la mayoría de las más de 9.000 plazas privadas y 2.000 gestionadas por fundaciones u órdenes religiosas abiertas en el Principado. Es decir, salvo casos como la Residencia Unión Social Católica, de Colunga, que cobra 750 euros al mes para sus usuarios sin dependencia, una plaza geriátrica asturiana cuesta entre 1.200 y 1.300 euros al mes.
Vivir del abuelo
Tarifa que, según explican los propios empresarios, «no cubre el coste real de la plaza», ya que el perfil del usuario ha cambiado drásticamente. Apenas si existe el cliente de geriátrico con plena autonomía, «la crisis ha hecho que muchos estén en sus casas o con sus familias hasta que su dependencia es tal que no queda más remedio que ingresarlo. Es decir, necesitan mucha más atención -con lo que eso implica de personal y medios- que una persona con autonomía».
Así lo explica Ana Gil, presidenta de la entidad con más empresas asociadas, Asacesema. Desde su experiencia, tiene claro que «ahora mismo, en Asturias, están libres el 35% de las plazas geriátricas». Es decir, «más de 3.000», cifra que si, en conjunto, es importante, se agrava al comprobar caso por caso. Puesto que Ana Gil asegura que «la tasa de plazas libres es aún mayor en las residencias recién abiertas. Las nuevas empresas no llegan al 50% de ocupación. Y sin visos de que eso cambie».
Porque si Paulo González ya avanzaba recientemente a EL COMERCIO que «estamos empezando a detectar impagos de los residentes», Ana Gil pinta un panorama igualmente crítico: «son muchos los clientes que se vuelven con sus familias. Sus hijos o nietos han quedado en el paro y la única fórmula para subsistir es la pensión del abuelo».
Una situación que se ha hecho mucho más evidente en la red geriátrica de las cuencas mineras «en esas zonas sí que se están registrando muchos casos de retorno a la casa del hijo o la hija», explica Gil.
Por ese motivo, desde la patronal geriátrica se vuelve a insistir en la necesidad de reorganizar el sector «porque lo que no es de recibo es que, tal y como estamos, con la crisis actual, con plazas vacías, el Principado todavía siga diciendo que continuará construyendo nuevas residencias. Eso supone llevarnos a la ruina a todos».
Ante la diferente versión que mantiene el Principado, desde donde se indica que si 1.266 euros no fuera una tarifa adecuada «no habría interés por concertar y, sin embargo, tenemos concertadas 1.869 plazas», Gil explica que «para muchos, concertar es la única forma de garantizar unos ingresos fijos. Mejor eso que nada».
Asacesema y AARTE se unen y crean la mayor patronal geriátrica de la región
15.07.13 - CH. TUYA | GIJÓN, en El Comercio.
La patronal geriátrica asturiana ha dejado de ser triple. En estos momentos, dos de las entidades que sumaban a la mayoría de empresas-la Asociación de Centros y Servicios de Mayores (Asacesema) y la Asociación Asturiana de Residencias de la Tercera Edad (AARTE)- están en plena fase de fusión. Y lo hacen sumando a su causa a exsocios de la tercera en discordia, la Asociación de Centros Geriátricos (Ascege), que continúa como asociación con mayor número de plazas concertadas.
La fusionada entidad -que ha captado, también, a propietarios de residencia que, hasta ahora, no habían pertenecido a ninguna entidad-, nace con el nombre de Unión Asturiana de la Dependencia (Unade) y aglutina al 85% de la red privada regional. Lo hace al sumar 7.683 plazas residenciales -de 139 empresas-, más 750 de centros de día y 5.000 usuarios de ayuda a domicilio.
Asamblea, en septiembre
Según explicó la todavía presidenta de Asacesema, y actual vicepresidenta de Unade, Ana Gil, «somos una plataforma especializada en servicios a los mayores, pero, sobre todo, en dependencia». El objetivo de la recién nacida es ofrecer una voz fuerte, sin divisiones, ante las administraciones, tanto central como regional, a las que critican los cambios en la Ley de la Dependencia, por un lado, y el exceso, en su opinión, de oferta de plazas públicas en Asturias.
Su presidente provisional es Ignacio Díaz Dapena, consejero delegado de Ovida, mientras que la todavía presidenta de AARTE, Maite Rodríguez, es vicepresidenta junto con Gil. Tras su constitución y primeros pasos, el objetivo es celebrar una asamblea en septiembre «de la que saldrá la primera junta directiva».
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