Esas listas de espera que nunca preocuparon, hasta ahora, a los que echan el grito al cielo

Los médicos vaticinan que las jubilaciones forzosas aumentarán las listas de espera

El Principado y la Universidad consensuarán si los facultativos del Hospital Central que son profesores continúan en sus puestos hasta los 70 años.

Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, para La Nueva España
«Aumentarán las listas de espera, por mucho que las maquillen, y se deteriorará aún más la calidad sanitaria». Éste es el oscuro pronóstico de la presidenta del Colegio de Médicos de Asturias en relación con la jubilación obligatoria, el próximo día 14, de 80 facultativos de la sanidad pública regional que tienen 65 años o más.

La doctora Rodríguez incluye este vaticinio en una carta abierta al presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que LA NUEVA ESPAÑA publica en esta misma página. Un escrito en el que la presidenta colegial acusa a la Consejería de Salud de culminar con este «auténtico dislate» lo que describe como «una auténtica carrera de agravios y ofensas a toda la profesión médica de Asturias y a la propia sociedad».

Carmen Rodríguez tilda de «detestable» el modo en que la Administración sanitaria ha arbitrado la salida de estos médicos, «despreciando la dedicación de toda una vida profesional al servicio de la sociedad». El resto de las críticas están expuestas en forma de preguntas retóricas. Sirvan de botón de muestra dos de ellas: «¿Creen que se puede sustituir a 80 especialistas de gran experiencia y trayectoria profesional en 15 días naturales?»; «¿Cómo se van a reprogramar las consultas, intervenciones quirúrgicas, guardias y un sinfín de actos sanitarios que estaba previsto que desarrollaran estos profesionales?».

La presidenta de los médicos afirma que el ahorro económico que la medida acarreará para las arcas del Servicio de Salud del Principado (Sespa) «no alcanza el millón de euros». Y agrega que «difícilmente se puede lograr un nivel de deterioro profesional más alto, con unas repercusiones sociales de tanta regresividad, desmoralización y caos».

El Colegio de Médicos ya ha anunciado su intención de llevar a los tribunales el plan de ordenación de recursos humanos aprobado el mes pasado por el Sespa.

Por otra parte, los médicos de la sanidad pública asturiana que son a su vez profesores de la Universidad de Oviedo no han sido incluidos, por el momento, en el paquete de facultativos que serán jubilados en los próximos días. Sin embargo, esto no significa que pueda darse por hecha su continuidad hasta los 70, según explicaron ayer fuentes de la Consejería de Salud del Principado. Según estas fuentes, el Gobierno regional y la institución académica mantendrán próximamente una reunión enmarcada en el convenio de colaboración vigente entre ambas instituciones. En ese encuentro consensuarán una postura común.

Los profesores «vinculados» constituyen un grupo no muy extenso, pero sí muy influyente, en la sanidad asturiana. Se trata de profesionales con una doble dependencia, pues son docentes de la Facultad de Medicina (catedráticos una parte importante de ellos) que, a su vez, en su mayoría desempeñan jefaturas de servicio o de sección en el Hospital Central de Asturias. Algunos de ellos -nombres muy significados- ya han cumplido 65 años.

Un portavoz autorizado de la Consejería indicó que finalmente serán 121 trabajadores los que a mediados de este mes serán jubilados por razones de edad. De ellos, 80 son médicos. El Sespa ya ha dejado claro que aspira a reequilibrar plantillas, lo que supondrá -como mínimo- la pérdida de efectivos de algunos servicios. Uno de los que, a priori, podría hallarse en esta tesitura es el de ginecología del Hospital Central de Asturias, que asistirá al retiro de siete de sus más de 30 médicos.

El responsable de esta unidad, Secundino Villaverde, afirmó ayer que en este servicio «no sobra nadie» y expresó su confianza en que sea reemplazado «el mayor número posible» de especialistas jubilados. Según Villaverde, su servicio atiende «una gran cantidad de consultas» y cubre diariamente cuatro quirófanos, y en el mercado existe suficiente volumen de ginecólogos dispuestos a acceder a una plaza del Central.