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Listas de Espera: El aumento “paulatino” si se puede justificar así, el “brusco” de 2008 a 2009 en el SESPA, difícilmente …

Listas de Espera: El aumento “paulatino” si se puede justificar así, el “brusco” de 2008 a 2009 en el SESPA, difícilmente …

Al quirófano con más de 90

Los médicos relacionan el aumento de las intervenciones sanitarias con la mayor esperanza de vida y también con las mejoras quirúrgicas

03.02.10 – GIJÓN, EN El Comercio.

«Hace 34 años, cuando llegué al Hospital de Cabueñes, el entonces jefe de Cirugía me lo dijo bien claro: aquí, salvo casos de urgencia vital, no operamos a nadie con más de 70 años. Ahora, hay que tener muchos argumentos para aconsejar a un paciente de 80 ó 90 años que no se opere». Quien habla es el cirujano Raúl Obregón, jefe del servicio de Cirugía General del Hospital de Cabueñes, de Gijón, donde cada año son intervenidos del orden de 2.200 enfermos (cifra que incluye los operados en colaboración con Cruz Roja). Su anécdota ilustra a la perfección lo que ocurre en Asturias, una comunidad altamente envejecida que en los últimos siete años ha visto cómo su listado de pacientes con indicaciones quirúrgicas ha crecido en un 25%, hasta superar el umbral de las 70.000 personas en 2009. Este aumento de cirugías y, por ende, de las demoras en sanidad -hechos que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) relaciona con el cada vez más acelerado envejecimiento- preocupa a las autoridades sanitarias pero también a los facultativos asturianos, quienes creen que, de seguir a este ritmo, el sistema «podría quebrar». Claro que como advierte el propio Obregón, «habría que analizar cuántos de esos 70.000 pacientes que entraron en lista de espera corresponden a patología banal y cuántos a procesos más complejos».

103 años, el récord

Pero sea para extraerse un pólipo, recibir un implante de cadera, operarse de cataratas o quitarse un lunar o un juanete, el caso es que por los quirófanos de los hospitales asturianos pasan año a año más enfermos y lo hacen cada vez pacientes más longevos. «La edad ya no es una contraindicación médica», explica el jefe de Traumatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Alejandro Braña sabe muy bien de lo que habla. Él ostenta el récord de haber intervenido en Asturias a una mujer de 103 años, a la que implantó una prótesis de cadera. «La esperanza de vida ha crecido mucho pero también la cirugía es ahora mucho más segura, de ahí que aumenten las indicaciones quirúrgicas», dice.

Hace algunos años eran los propios enfermos mayores los que no querían pasar el quirófano. «Cuando les decías que no les ibas a operar, les hacía una ilusión tremenda. Como si les hubiese tocado la lotería», relata este cirujano que dirige uno de los mayores servicios del complejo hospitalario (practica 2.200 operaciones anuales y atiende 36.000 enfermos en consulta). Pero las tornas han cambiado. En Traumatología de Oviedo, más del 20% de los pacientes son mayores. «El fin de semana pasado ingresaron cuatro personas. Todas superaban los 80 años. De hecho, una de ellas tenía 93». Esa es la tónica en muchas áreas hospitalarias.

Aumento paulatino

Buena parte de los consultados se mostraron sorprendidos con el dato que días atrás dio a conocer el Sespa, que cifró en un 25% el aumento de las indicaciones quirúrgicas entre 2003 y 2009. «Es cierto que el volumen de enfermos y de pacientes mayores ha crecido, pero no a ese ritmo», aseguró el jefe de Cirugía de Cabueñes. Similar visión tiene el responsable de Oftalmología del HUCA, Luis Fernández Vega. «El incremento de pacientes mayores no ha sido una cosa tremenda, sino más bien algo más gradual en estos años».

No sólo crece la edad entre los pacientes que aguardan para operarse en Asturias, también entre quienes esperan por un trasplante de órgano. Hasta hace poco más de una década era impensable que una persona de más de 70 años pudiera beneficiarse de una intervención de este tipo. Ahora es más que habitual. Sobre todo, en los trasplantes renales. El pasado año fueron varios los asturianos de entre 70 y 75 que recibieron un riñón.

Ante este panorama, el de la ancianidad, que dejó en Asturias una lista de espera quirúrgica de casi 17.000 personas y una demora media de 66 días, los médicos plantean varios horizontes. «Hay que abrir un debate social, ya que el envejecimiento, aunque afecta mucho a Asturias, no es exclusivo de esta comunidad», opina el doctor Braña. Por su parte, su colega Obregón, cree que sería interesante «analizar dónde crece la demanda, en qué especialidades y para qué tipo de operaciones, porque a lo mejor estamos hablando de procesos pequeños o banales».

Por contra, el Colegio de Médicos se muestra algo más crítico y asegura que el Sespa debería reaccionar ante el crecimiento de la demanda asistencial y habilitar más recursos. La presidenta de la organización colegial, Carmen Rodríguez, no comparte la opinión mostrada por la gerente del Sespa, Elena Arias, que afirmó que las listas de espera quirúrgica podrían verse reducidas con la implantación de la gestión clínica en la sanidad pública.

«Si hay más pacientes que operar, lo que se necesitan son más recursos. Es una fórmula matemática muy sencilla de ver. La gestión clínica no quitará ni un solo de los enfermos que ahora aguardan por una operación y, eso, la gerente del Sespa debería saberlo».

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