Estrategia en cuidados paliativos del Sistema Nacional de Salud
Los cuidados paliativos llegan al domicilio
El Sespa ultima una red regional de asistencia a enfermos terminales para que las personas con cáncer y patologías crónicas puedan morir en casa
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
La sanidad pública asturiana parece dispuesta -y esta vez en serio- a superar una de sus clásicas asignaturas pendientes: la atención a domicilio de los enfermos que se hallan en el tramo final de la vida. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) tiene en proyecto poner en marcha, de forma progresiva y comenzando este año, una red de cuidados paliativos capaz de llegar a los hogares de toda la geografía regional. El diseño de este programa está prácticamente concluido, pero todavía se halla pendiente de ultimar algunos detalles y trámites administrativos.
En el momento actual, sólo el área sanitaria de Gijón tiene cubiertas las necesidades de asistencia a los enfermos terminales. En Oviedo, funciona desde 2002 un equipo de cuidados paliativos impulsado y financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer, cuya actividad no alcanza a dar respuesta a toda la demanda de la capital del Principado y de su territorio sanitario.
Se trata, en ambos casos, de grupos de profesionales cuya actuación goza de un notable aprecio por parte de los usuarios. Los principales beneficiarios de los programas de cuidados a domicilio son los enfermos de cáncer y los afectados por enfermedades crónicas evolutivas de cualquier edad que hayan llegado a una situación terminal.
El programa de cuidados paliativos tiene una doble finalidad. Por una parte, satisfacer la demanda de un elevado porcentaje de ciudadanos que prefieren fallecer en su casa y rodeados de los suyos. Por otra, ofrecer una alternativa a la hospitalización para aquellos enfermos que no requieren de cuidados complejos. Una alternativa que, entre otras ventajas, permite un considerable abaratamiento de los costes.
Esta medida del Sespa se enmarca en la «Estrategia en cuidados paliativos del Sistema Nacional de Salud», elaborada por el Ministerio de Sanidad en 2007. Según este documento, en España fallecen anualmente 380.000 personas, y se estima que «un 50-60 por ciento de las mismas lo hace tras recorrer una etapa avanzada y terminal».
En consecuencia, el Ministerio aspira a «establecer compromisos apropiados, viables y medibles por parte de las comunidades autónomas para contribuir a la homogeneidad y mejora de los cuidados paliativos en el Sistema Nacional de Salud». El panorama global de España está marcado por una acusada desigualdad entre las diversas comunidades autónomas. El Ministerio se propone «mejorar la accesibilidad a los cuidados paliativos de todos los pacientes que lo necesiten».
Los responsables del Servicio de Salud no han desvelado detalles organizativos de la red de cuidados paliativos. Tal vez pueda tomarse como orientación la composición del equipo que desarrolla su trabajo en Oviedo, que está integrado por médico, enfermero, psicólogo y trabajador social. Los recursos que prevé el Sespa dependerán tanto de atención primaria como de especializada.
La estrategia del Ministerio establece que las intervenciones paliativas «se basarán fundamentalmente en las necesidades del paciente y su familia, más que en un plazo concreto de supervivencia esperada». Entre los requisitos que habrán de cumplir los enfermos figuran el padecer una enfermedad «incurable, avanzada y progresiva», presentar un «pronóstico de vida limitada» y una «escasa posibilidad de respuesta a tratamientos específicos», y generar un «intenso impacto emocional y familiar».
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