El recorte en los concertados
Sespa y Cruz Roja negocian reducir el ajuste para evitar que se dispare la lista de espera
Salud niega que se derive menos y dice que, a mitad de año, el centro sumaba 116 operaciones más con respecto a 2009
18.09.10 – GIJÓN, en El Comercio.
La reacción de los centros sanitarios concertados de suprimir actividad para compensar el recorte económico del Sespa no ha sentado nada bien a la Administración. Tanto, que ahora el Servicio de Salud del Principado (Sespa) intenta poner paños fríos y negocia con los hospitales afectados algún tipo de aminoración, ya que la suspensión de consultas y operaciones en horario de tarde activada por la red concertada podría acabar provocando un incremento de la lista de espera en la sanidad pública. Ayer, la dirección del Hospital de Cruz Roja mantuvo una reunión con responsables del Sespa. El encuentro, celebrado en Oviedo, sirvió para acercar posturas tras el anuncio de los ajustes del Sespa y también para poner en común cifras, estadísticas y volumen de actividad real.
La reunión finalizó sin grandes resultados, a la espera de una segunda cita que tendrá lugar la próxima semana. No obstante, el Sespa dejó entrever que desea mantener su compromiso de actividad sanitaria hacia la red concertada. Así lo adelantó a EL COMERCIO la gerente, Elena Arias, quien negó que se estén realizando menos derivaciones de Cabueñes hacia Cruz Roja. Lo que no llegó a aclarar Arias es que ocurrirá en lo que queda de año. Ese es precisamente el meollo de la negociación.
Según datos del Sespa, el hospital ubicado en la calle Uría sumaba a mitad de año 116 operaciones más que en 2009. Entre enero y junio pasado, Cruz Roja operó a 3.903 pacientes frente a los 3.787 de un año atrás. El saldo positivo se mantiene incluso en agosto, cuando ya habían pasado dos meses desde que el Sespa comenzara a aplicar la merma económica del 3,2% sobre el presupuesto pactado, que en el caso de Cruz Roja asciende a unos 15 millones de euros. En agosto, precisó el Sespa con su listado de actividad quirúrgica en mano, Cruz Roja mantenía un saldo a favor de 14 operaciones más que en el mismo periodo de 2009. «Estos datos demuestran que no estamos enviando menos enfermos», insistió Elena Arias.
Algo similar ocurre con las pruebas diagnósticas. 5.000 este año ante las 4.400 de la primera mitad de 2009. «Estamos pidiendo un esfuerzo a todos, pero no que dejen de hacer la actividad sanitaria pactada», ahondó la gerente.
Sin reanudar la actividad
De momento, y a diferencia de Jove (el otro concertado de Gijón) Cruz Roja no ha cerrado consultas ni quirófanos por las tardes. Es cierto que el hospital no ha reanudado aún la actividad vespertina suspendida tradicionalmente cada verano. El centro estaba a la espera de la negociación con el Sespa para tomar una decisión sobre qué hacer con las tardes.
El año pasado, Cruz Roja había tocado techo con la realización de 7.200 intervenciones, su máximo histórico. Sin embargo, para 2010 el concierto pactado con el Sespa fijaba tan sólo 6.568 procesos quirúrgicos. Si a ese recorte en la cifra de operaciones se le suma ahora la merma financiera, cifrada en más de un millón de euros, «el centro entraría en una situación muy complicada», advierten sus responsables.
En los últimos años, los quirófanos de la calle de Uría funcionaron a su máximo rendimiento y contribuyeron a aligerar las abultadas listas de espera de Cabueñes. El recorte del Sespa, comunicado a los concertados el pasado 24 de junio, cayó como un jarro de agua fría. Sobre todo, porque hospitales como Cruz Roja y Jove habían cerrado en abril la negociación financiera con el Sespa. En base a esa previsión de dinero público las diferentes gerencias cuadraron sus respectivos convenios colectivos que empiezan a verse amenazados al igual que la actividad sanitaria. De hecho, Jove tendrá que afrontar un juicio con sus trabajadores a cuenta de los cambios introducidos por los ajustes.
El recorte a la concertada se oficializó el pasado 22 de julio, cuando Cruz Roja y Jove, pero también el Hospital de Avilés y el Sanatorio Adaro, firmaron una addenda con el Sespa donde queda plasmada la merma presupuestaria del 3,2%. Esa addenda sólo recoge la rebaja porcentual por proceso, pero no realiza una estimación del descenso de actividad vinculado al ajuste.
La supresión de las consultas de tarde en Jove, así como la reducción del personal de guardia, han sido recibidos con malestar por los vecinos. Las asociaciones de la zona Oeste (La Calzada, el Natahoyo, Jove, Portuarios y Pescadores) expresaron su «preocupación» por estos ajustes con los que Jove confía en compensar la pérdida de 1,4 millones que le decretó el Sespa.
Un hospital con 269 efectivos y 120 camas
Cruz Roja tiene una plantilla de 269 efectivos, de los que 25 son facultativos, y dispone de 120 camas (el grueso, 96, de geriatría). Este hospital actúa como centro de apoyo de Cabueñes, desde donde son derivados cada año más de 6.000 pacientes quirúrgicos, además de otros 5.000 para consultas. Además, Cruz Roja centraliza el plan de prevención contra el cáncer de mama. Cada año este centro realiza del orden de las 15.500 mamografías, además de otros 13.000 estudios citológicos. Al igual que ocurre con el resto de concertados, el coste por procesos es en Cruz Roja hasta tres veces más barato en comparación con los precios y tarifas que hay en la sanidad pública del Principado.
Vicios
Uno de los principales vicios de las administraciones es tratar a sus proveedores con una displicencia supina o, dicho en plata, como si la trajera floja lo que le pueda pasar a quien osa trabajar para ellos. El caso de la Sanidad asturiana no iba a ser distinto, y sus gerifaltes deben vivir en un guindo en el que, cuando la industria principal anuncia recortes, las auxiliares siguen renovando puntualmente sus contratos temporales, pagando con chapas cuando no queda dinero. Lo malo es que, en este caso, los hospitales concertados no son meros proveedores, sino que también dan un servicio vital para la sanidad pública asturiana, lastrada por los altísimos costes y por su diseño de hospitales apiñados, hecho a golpe de calentón electoralista. Así, necesitamos los centros concertados porque nos rebajan la factura y nos recortan las listas de espera. Pero no dejan de ser empresas, que no viven del aire, aunque algunos lo pretendan.
Y otro de los vicios de las administraciones es cambiar cosas de sitio para que todo funcione igual. La fusión de las consultas en fines de semana sólo trae una consecuencia segura: muchísimos usuarios tendrán que ir más lejos que ahora para recibir atención médica. Lo de que se reduzcan las colas y que los puestos no queden vacíos está por ver, porque si el número de profesionales no se duplica en todos los casos, estaremos igual: doble de usuarios por centro, doble de posibilidades de hacer una salida, misma probabilidad de que no haya nadie para pasar consulta, mismo resultado: usuarios a Cabueñes, que allí siempre hay alguien, y siempre hay saturación. Eso sí: nos vamos a ahorrar una suma considerable en luz, calefacción y papel higiénico en los baños.
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