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Cosas que pasan … alguna vez.

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El TSJA condena al Sespa por un diagnóstico erróneo a un paciente

Un cirujano del HUCA valoró la existencia de un sarcoma sin una biopsia previa y tramitó el volante para la amputación de la pierna

Foto: Miguel Teijelo y Gerardo de la Iglesia, los letrados del paciente.

06.04.11 - IDOYA REY | OVIEDO, en El Comercio.

Casi todos los meses, los tribunales resuelven casos de responsabilidad patrimonial de las administraciones, «son temas al orden del día». Pero el que ayer dieron a conocer los abogados Miguel Teijelo y Gerardo de la Iglesia cobra especial relevancia por inusual: el Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha condenado al Servicio de Salud del Principado (Sespa) por un diagnóstico erróneo sin que dicho fallo se haya consumado. «Es decir, que nuestro cliente sigue vivo y con sus dos piernas porque pidió una segunda opinión médica».

Fue en abril de 2006 cuando Antonio A. acudió al centro de salud de El Natahoyo, en Gijón. Tenía dolores e hinchazón en la pierna derecha. Le diagnosticaron un eccema y le recetaron una simple crema hidratante. El aspecto de su pierna empeoraba, así que una semana después regresó al centro sanitario. El doctor insistió en la aplicación de la crema, esta vez acompañada por Ibuprofeno. No mejoraba. Probaron con Heparina.

Ya a finales de mayo recibió un segundo diagnóstico, era un edema por una obstrucción en los canales linfáticos. «El segundo error», según los abogados. Los médicos rectificaron rápidamente tras el ingreso en el área de Cirugía Vascular del hospital de Jove: una trombosis. Tras pruebas radiológicas, la enfermedad tornó hacia un sarcoma.

Pero aún no era el diagnóstico definitivo. Más exámenes determinaron que Antonio A. tenía un sarcoma o un linfoma, por lo que era necesario realizar una biopsia en el HUCA. Recibió cita el 23 de junio de 2006. «El médico, sin realizar la biopsia, le dijo que tenía un sarcoma y que tenían que amputarle la pierna», relataron los letrados.

El paciente salió de la consulta con un volante para la operación, pero tras comentarlo con su familia decidió buscar una segunda opinión. Se desplazó a la Clínica Universitaria de Pamplona, donde tras las pruebas pertinentes le informaron de que tenía un linfoma. Con urgencia, dado el carácter de su enfermedad, comenzó un tratamiento de quimio y radioterapia. «Si no hubiera ido a Pamplona hubiera muerto, porque era el momento para tratar la enfermedad».

«A los pocos meses recibió una llamada del HUCA para el preoperatorio. El paciente les informó de la situación y fue entonces cuando el médico intentó enmendar su error», destacó Teijelo. Porque en el informe, con una tinta de color diferente, el doctor añadió supuestamente la frase: «Plan biopsia. El cliente no quiere operarse».

Para poder pagar el tratamiento, Antonio A. tuvo que «hipotecar su casa». Decidió reclamar. En 2007 presentó una queja por responsabilidad patrimonial frente al Sespa. No fue resuelta y, medio año después, acudió a la vía contenciosa. Los dictámenes médicos e incluso el del Consejo Consultivo del Principado de Asturias reconocían que existía responsabilidad patrimonial, aunque sólo estimaban una indemnización por daños morales. Razonaban que, una vez con el diagnóstico correcto, podía haberse tratado en Asturias.

97.000 euros por los daños

Pero el TSJA, además de reconocer la responsabilidad patrimonial pese a no haberse producido el daño físico, destaca que «no puede exigirse al paciente que perdió justificadamente la confianza en el tratamiento de la medicina pública, que vuelva a la misma». Antonio cobró la pasada semana la indemnización de 97.146 euros, 30.000 por los daños morales y el resto por el coste del tratamiento. No emprenderá acciones legales contra el cirujano. Eso queda en manos del Sespa.

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