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La demora de pagos al año siguiente no es ninguna novedad y, en ocasiones, es inevitable…

La demora de pagos al año siguiente no es ninguna novedad y, en ocasiones, es inevitable…

La Sindicatura alerta del lastre de 167 millones en la sanidad
El Sespa duplicó entre 2006 y 2009 la deuda generada por facturas cuyo pago se retrasa un año

07/07/2011/ Raúl Alvarez, Oviedo, en La Voz de Asturias

La Sindicatura de Cuentas tuerce el gesto siempre que revisa las cuentas del sistema regional de salud. Al organismo fiscalizador le gusta cada vez menos una práctica asentada entre los gestores del Sespa, que acostumbran a dejar para el ejercicio siguiente el pago de las facturas que no pueden afrontar cuando agotan su presupuesto anual. No queda constancia de lo que sucedía antes, pero desde 2006, el año en que la Sindicatura examinó por primera vez su contabilidad, esa forma de actuar se ha descontrolado hasta el punto de suponer un riesgo económico para el funcionamiento de la sanidad pública. En 2009, el Sespa dejó sin pagar casi 167 millones de euros en facturas anotadas en sus libros de cuentas como deuda extrapresupuestaria, es decir, reconocida pero aplazada. La cifra supone mucho más del doble de los 70 millones que los técnicos de la Sindicatura detectaron en 2006.
La llamada de atención sobre la situación del Sespa figura en el informe de la Sindicatura sobre la Cuenta General del Principado correspondiente al año 2009. El documento recibió la aprobación final de los síndicos el pasado viernes y se dio a conocer ayer. En general, tanto en el Sespa como en el conjunto de la Administración, los técnicos reconocen que los datos oficiales reflejan con exactitud el estado de las cuentas públicas. Lo malo es que ese estado resulta preocupante en algunos casos de los que la sanidad vuelve a ser ejemplo. De la lectura de las consideraciones de la Sindicatura, se infiere que la práctica de diferir los pagos ha generado un efecto bola de nieve por el que la deuda engorda cada año a consecuencia de esas cargas heredadas que lastran sus cuentas desde el principio.
Aunque la Sindicatura reconoce que el ritmo de crecimiento de las deudas, fortísimo en 2007 y en el presupuesto prorrogado de 2008, se ralentizó en 2009, no deja de mirar con preocupación sus consecuencias. La más inmediata es añadir peso a las cargas financieras del Sespa, que ya paga más de dos millones de euros cada año en concepto de intereses por la demora en asumir sus pagos. Los síndicos abogan por una vuelta a la ortodoxia y al equilibrio presupuestario. Lo hacen constar en una recomendación al Consejo de Gobierno, al que reclaman que, a la hora de asignar fondos al Sespa, “ajuste los gastos reales a los recursos disponibles”. Porque para los fiscalizadores está claro que el origen “recurrente” traspaso de la deuda hacia el futuro se debe a la falta de recursos de los administradores sanitarios. “Insuficiente habilitación de crédito presupuestario”, diagnostica la Sindicatura en términos menos coloquiales.

23 modificaciones

En los últimos años, el gasto sanitario se ha convertido en una obligación muy costosa para todas las comunidades autónomas. La crisis, con sus angosturas presupuestarias, ha agravado el problema. En 2009, el mantenimiento de la red asturiana de hospitales, centros de salud y consultorios consumió 1.600 millones de euros que el Principado aportó casi íntegramente. No sin dificultades. Durante el ejercicio, el Gobierno aprobó 23 modificaciones presupuestarias e inyectó en el sistema 102 millones de euros que, en principio, no estaban incluidos en sus previsiones de gasto.
Parte de ese dinero se destinó a garantizar el pago de las nóminas en los últimos meses del año. Con 15.830 empleados en plantilla (los síndicos señalan discrepancias y ocultación de información en este dato), el Sespa es una las principales fuentes de empleo de la región. Varias sentencias judiciales favorables a la incorporación de trabajadores y la implantación de la carrera profesional del personal elevaron el gasto en nóminas a más de 833 millones, más de la mitad del presupuesto anual. El gasto corriente en material se lleva el 25% de los fondos. Después, aparece el ingobernable gasto farmacéutico. El Sespa dedicó más de 350 millones a comprar medicamentos.

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