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Se le resta credibilidad al informe publicado por la revista «British Medical Journal» que alerta de los riesgos que pueden presentar los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)…

Se le resta credibilidad al informe publicado por la revista «British Medical Journal» que alerta de los riesgos que pueden presentar los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)…

Los psiquiatras avalan los antidepresivos y alertan sobre guerras comerciales

Especialistas asturianos reiteran su confianza en los nuevos fármacos pese al estudio que advierte de supuestos riesgos para los pacientes

Foto: El doctor Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo

Oviedo, Ignacio FAES, en La Nueva España
Los nuevos fármacos antidepresivos, con más de veinte años de trayectoria, han sido muy bien probados, por lo que no entrañan un riesgo relativo superior al de cualquier otro medicamento. Sin embargo, pueden existir ciertos grupos de presión a los que interese devaluar la eficacia del producto por razones comerciales. Éstas son, en síntesis, las conclusiones de Julio Bobes y Manuel Bousoño, especialistas asturianos en psiquiatría, en alusión al estudio publicado por la revista «British Medical Journal» que alerta de los riesgos que pueden presentar los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

La investigación argumenta que es más probable que los ISRS -los antidepresivos más utilizados actualmente- ocasionen problemas de salud más graves que los tradicionales fármacos tricíclicos. Los investigadores británicos analizaron los datos de más de 60.000 personas mayores de 65 años a quienes se había diagnosticado depresión.

A juicio del doctor Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, los casos de ataques al corazón, apoplejías o caídas, que el estudio señala como riesgos asociados a los nuevos fármacos, son más bien achacables a la edad. «Trabajar con población anciana es muy difícil. Todos tienen pluripatología, es decir, sufren más de una enfermedad», señaló Bobes. El catedrático resta credibilidad al estudio e indica que hay investigaciones que sostienen la eficacia de estos medicamentos. «Se ha convertido en un arsenal terapéutico esencial para el médico de familia y para el psiquiatra, y ha supuesto un gran avance, un éxito de la terapéutica farmacológica. Son de los medicamentos que más éxito han tenido», aseveró el doctor Bobes.

Aunque todos los fármacos, en general, entrañan riesgos, el psiquiatra aseguró que los ISRS ofrecen un índice de seguridad relativa alta, superior incluso a la de otros medicamentos que están en el mercado. Bobes agregó que los anteriores fármacos tricíclicos, aunque ofrecían una eficacia parecida a los actuales, estaban mucho menos desarrollados, por lo que presentaban un índice de riesgo superior.

«Por todo esto, los datos del estudio me parecen reveladores de la eficacia del producto, no del peligro que podrían entrañar para la salud», argumentó Julio Bobes. El psiquiatra señaló que, además de los ancianos, los menores son más proclives a sufrir efectos secundarios. «Existen estudios que indican que los niños que tomaban estos fármacos eran más susceptibles de presentar pensamientos suicidas», un inconveniente que obliga a «tomar las medidas de prevención correspondientes por parte de los médicos».

Por su parte, Manuel Bousoño, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad Oviedo, señala que el estudio puede estar condicionado por algunos factores externos. «Detrás de esta noticia, probablemente haya grupos de presión a los que interesa echar para atrás estos productos. Esto sirve para sacar nuevas moléculas que interesa vender», indicó Bousoño.

«En general, los antipsicóticos provocan que la gente esté menos activa, lo que incrementa el riesgo de una trombosis, problemas cardiacos o una caída», argumentó el profesor Bousoño como posible clave de los resultados de la investigación. «Éstas son noticias que alarman a la población, aunque luego vienen otros estudios que las descalifican», añadió.

Los antidepresivos modernos -los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina- se utilizan generalmente en casos de depresión leve o moderada, en pacientes ambulatorios. Entre tanto, los antidepresivos tricíclicos -anteriores en el tiempo- se indican para aliviar síntomas como los que a veces genera la ansiedad.

Según el estudio de los investigadores de las universidades de Notthingham y de East Anglia, aquellos ancianos que no se trataron con ningún fármaco antidepresivo presentaron un riesgo del 7 por ciento de morir por distintas causas. Esa cifra aumentó al 8,1 por ciento en aquellos enfermos que tomaron antidepresivos tricíclicos y hasta un 10,6 por ciento en el caso de los que consumieron los ISRS.

Los investigadores advirtieron, asimismo, que el riesgo de que el paciente sufriera problemas de salud era más alto en los 28 días después de comenzar a tomar un antidepresivo y también en los 28 días siguientes a dejar el fármaco. No obstante, los investigadores no descartan que los médicos hayan prescrito los tricíclicos en dosis menores que otros antidepresivos, lo que en parte podría explicar estos resultados.

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