Si se plantean recortes en Asturias contando con el pago de esta deuda, que no se hará ahora que nos contestan que no hay tal
Salgado sostiene que la deuda de 1.642 millones que reclama Cascos «no existe»
«Si hubiera algo pendiente ya se habría pagado», responde la ministra de Economía, que garantiza que el Estado cumple «todos sus compromisos»
07.10.11, en El Comercio.
La reclamación del Gobierno asturiano al Ministerio de Economía para el pago de una deuda de 1.642 millones de euros caerá en saco roto. La titular del departamento, Elena Salgado, rechazó ayer asumir ese desembolso sobre la base de que la citada deuda no existe. «No hay nada pendiente con Asturias, eso es evidente», precisó, apostillando que el Estado transfiere puntualmente al Principado todos los recursos comprometidos. La ministra, asimismo, descartó cualquier aplazamiento en el tiempo de cumplimiento del límite de déficit, establecido en el 1,3% del PIB para este año. Asturias, en concreto, había pedido un margen de cuatro años. «Ese objetivo es obligatorio e irrenunciable para todas y cada una de las comunidades autónomas», zanjó.
La posición de Economía no coge por sorpresa ni a Francisco Álvarez-Cascos ni a los responsables económicos del Gobierno asturiano. Cuando el presidente formuló esa reclamación, el pasado 16 de septiembre, ya sabía que tenía pocos visos de prosperar, con un Gobierno central ya en retirada -las elecciones del 20 de noviembre están a la vuelta de la esquina- y muy limitado en su margen de maniobra, acogotado por la presión europea para tener el déficit bajo control. Fue, más que otra cosa, un movimiento táctico, un avance de la posición reivindicativa que el nuevo Ejecutivo de Foro Asturias prevé mantener ante la Administración central en los próximos años, frente a la «subordinación a Madrid» que se ha venido echando en cara a los socialistas asturianos.
Es verdad que hasta ahora Economía no se había posicionado oficialmente sobre la petición de Cascos. Lo hizo ayer Salgado, aprovechando una comparecencia en la sede del ministerio sobre el futuro de las cajas de ahorros. Y ofreció la respuesta que parecía previsible. «No hay ninguna deuda pendiente con Asturias», argumentó. Y añadió: «Si la hubiera, ya se habría hecho efectiva».
La reivindicación del Gobierno regional era cuantiosa. Más de 1.600 millones de euros, buena parte de ellos correspondientes a infraestructuras -se incluía la financiación de la congelada autovía entre La Espina y Ponferrada- pero también asignados a las partidas de fondos mineros que, según Cascos, permanecen paralizadas en algún cajón del Ministerio de Industria. A ello hay que sumar, además, recursos vinculados a ámbitos de tanta trascendencia como la ley de dependencia.
Deudas que, según Salgado, no constan en los registros del Ministerio de Economía. Alega la responsable de las finanzas nacionales que el Estado «está cumpliendo todos los compromisos del sistema de financiación» en lo tocante a Asturias. Sistema que, tanto en su modelo anterior como en el vigente desde 2009 siempre ha situado al Principado «en los primeros lugares en cuanto a financiación per cápita», indicó.
El añadido del déficit
Entremezclado con esa deuda está también el problema del déficit, asuntos ambos que el Gobierno de Cascos esgrime como causas de su limitado margen de maniobra a la hora de tomar medidas y de la obligación de introducir ajustes en las cuentas regionales (el Principado aprobó su plan de contención del gasto el pasado martes). Los últimos datos del ministerio detallan que Asturias había superado en el primer semestre del año, con los socialistas todavía al frente del Principado, el 1,3% del PIB fijado como tope para el conjunto de 2011. Para absorber ese exceso, el consejero de Hacienda y Sector Público, Ramón del Riego, había solicitado al Estado un plazo extraordinario de cuatro años.
Pero, presionado por Bruselas para no desviarse ni un milímetro de las obligaciones comprometidas, Economía no piensa moverse de su posición actual. El límite del 1,3% es una obligación para todas las autonomías, sin excepción, vino a decir Salgado, que, eso sí, instó a los gobernantes regionales a moverse en esos márgenes «preservando los servicios públicos». Esto es, no metiendo la tijera en la sanidad, la educación ni las políticas sociales.
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