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En el espacio “TRIBUNA” de Público.es…

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Sanidad de dos carriles

La gestión de las listas de espera no debe fomentar un sistema público para los pobres y otro mixto, público-privado, para los que pueden pagarlo y elegir uno u otro en función del tipo de asistencia

Por Gustavo Laguardia y Juan Antonio Gil de los Santos

 

Su médico de familia lo deriva al especialista porque sospecha que el remedio para lo que a usted le ocurre va a ser quirúrgico. La cita para el especialista puede tardar un mes, o dos, o tres; o tener una primera cita con un especialista que no va a solucionarle nada, sino remitirlo a otro colega que es el que de verdad va a determinar si lo suyo es quirúrgico o no. Le harán algunos análisis clínicos, si no los tiene ya, pedidos por su médico de familia, y algunas pruebas diagnósticas (radiografía, ecografía, TAC, pruebas funcionales,… con más espera para cada una de ellas). Finalmente el especialista le planteará que debe operarse. Usted acepta, y a partir de aquí se supone que usted ingresa en lista de espera quirúrgica. Su pregunta probablemente sea “¿Y cuándo me operarán?” La respuesta más frecuente será “No le puedo decir, ya le avisarán, hay mucha lista de espera”.

 

¿Cuántos ciudadanos hay en cada Comunidad Autónoma de España esperando ser llamados para una intervención quirúrgica? ¿Y esperando una cita con un especialista? ¿Y para una prueba diagnóstica? El problema de salud por el que esperan ¿es grave? ¿Empeorará mucho si espera cuatro, seis o nueve meses? (Bueno, si se pone peor, siempre tiene el Servicio de Urgencias del hospital, donde lo verán, aunque no le resuelvan el problema, salvo que éste requiera una asistencia urgente de verdad, lo que es, en general, malo, como bien saben los sanitarios). ¿Y si resulta que son meses esperando y el problema no debe esperar tanto, porque cuando se aborde el resultado será peor? ¿Disponen las Administraciones sanitarias de mecanismos de vigilancia para que en la lista de espera quirúrgica, o para consultas o pruebas, no haya pacientes que por su patología no deben esperar, y sean atendidos inmediatamente, y llegar cuanto antes al diagnóstico o a iniciar el tratamiento? ¿O depende del estado de alerta con el que cada médico de familia o especialista vele por sus pacientes? ¿Es sólo responsabilidad de estos, individualmente? ¿Y esto último sería suficientemente  seguro para los pacientes que esperan?

 

Con las listas de espera hay un problema más que el cuantitativo –cuántos pacientes han desbordado al sistema y están en cola de espera–, y es que cuanto más voluminosas sean y más demora acumulen, más probabilidades hay de que se estén demorando indebidamente diagnósticos y tratamientos, que se aplicarán a destiempo.

 

A las Administraciones sanitarias parece que sólo les preocupa el aspecto cuantitativo, las cifras. Las estadísticas. Sus responsables se inquietan cuando aumenta el número de pacientes, y buscan aligerar rápidamente esos números: concertar con la sanidad privada es lo más fácil. Un “plan de choque” para operar tantas prótesis de cadera, de columna, cataratas, hernias,… de la cola de la lista; se mejoran las cifras, y de momento hemos salvado el año. Se publican unas cifras que cuentan que tal Comunidad Autónoma está por debajo en espera que la media nacional. Se alza un parapeto que reniega de las críticas, mientras muchos de esos pacientes y sus familiares perciben otra realidad, pero la sienten aislados y se sienten enterrados bajo el peso de los números.

 

¿Con qué criterios se gestionan las listas de espera? ¿Están registrados todos los pacientes? ¿A quién se atiende antes? ¿Se ordenan los pacientes por algún otro criterio aparte de la fecha de entrada? Si es así, ¿quién hace esa priorización? ¿El servicio médico? ¿El médico que establece la indicación quirúrgica? ¿Un grupo de médicos, una comisión? Cada paciente es distinto, claro; pero esos criterios, suponiendo que existan, ¿son los mismos para cada servicio, hospital, Comunidad Autónoma? ¿Funcionan con los mismos criterios los hospitales de gestión privada por concesión del gobierno autonómico? ¿Se han puesto de acuerdo las Comunidades Autónomas para consensuar unos criterios comunes razonables?

 

¿Son transparentes las Administraciones sanitarias con las listas de espera, o mienten? ¿Mienten mucho o sólo un poco? ¿Y en qué?... (leer más)

 

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