Los argumentos del 7 de octubre
Los sindicatos UGT, CC OO y USO de Asturias hemos convocado para hoy una manifestación en Oviedo. En este artículo nuestros secretarios regionales explican los motivos de la protesta
JUSTO RODRÍGUEZ BRAGA, ANTONIO PINO Y FRANCISCO BARAGAÑO
En un solo día el financiero George Soros se embolsó más de 1.000 millones de dólares gracias a una maniobra especulativa con motivo de la salida de la libra esterlina del concierto monetario europeo. Ese mismo día, mientras el señor Soros multiplicaba su ya ingente patrimonio, la mitad de los trabajadores del planeta obtenía menos de 2 dólares por toda una jornada de trabajo. Y lo que es todavía peor: durante esas veinticuatro horas, 28.800 personas fallecían de hambre, a un promedio de una cada tres segundos. Es sólo una muestra, elocuente y dramática, de la escandalosa desigualdad que soportamos y que debería avergonzar al mundo.
En los últimos días, a propósito de la crisis financiera desatada en Estados Unidos, estamos asistiendo con estupor y no poca indignación a informaciones que ponen insultantemente de manifiesto hasta qué punto determinados dirigentes de la economía mundial se han enriquecido de forma escandalosa, e incluso han blindado para sí multimillonarias indemnizaciones por abandonar empresas que ellos mismos llevaron a la ruina, al tiempo que por su culpa miles y miles de honrados trabajadores están siendo arrojados al abismo del desempleo.
Este estado de cosas se ha consentido y mantenido mientras 12 millones de personas trabajan en condiciones de esclavitud, como bien nos recuerda el manifiesto elaborado por los sindicatos convocantes de la jornada mundial del 7 de octubre por el trabajo decente. Datos como éste, o el hecho de que doscientos millones de niños y niñas menores de quince años trabajen en lugar de ir a la escuela, ponen de relieve que la galopante desigualdad lejos de remitir se acentúa, por lo que muchos hablan ya del fracaso del neoliberalismo globalizado como modelo.
La situación actual ha llegado a tal punto, se ha vuelto tan insostenible, que la Confederación Sindical Internacional, que agrupa a organizaciones de trabajadores de 155 países, con más de 200 millones de trabajadores afiliados, ha impulsado la primera protesta sindical a escala planetaria para denunciarlo y extender la conciencia de que no podemos seguir así por más tiempo. Porque esta movilización de carácter global debe dar un serio aviso en este sentido a los gobiernos, a las instituciones y a los empresarios, responsables a fin de cuentas del ordenamiento económico y social que ha provocado este monstruoso desatino.
Los sindicatos no nos vamos a quedar parados viendo cómo se degrada el mundo y se deterioran hasta niveles insoportables las condiciones de vida y de trabajo de millones de personas. Por eso vamos a exigir el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, empezando por la erradicación del hambre y la pobreza extrema. Por eso vamos a exigir la universalización de las normas fundamentales del trabajo adoptadas por la OIT, incluyendo la abolición del trabajo infantil y del trabajo forzoso, la eliminación de toda discriminación y el reconocimiento de la libertad sindical, la negociación colectiva y el derecho de huelga.
Además de movilizarnos por el trabajo decente (con contrato, salario digno, protección social básica y derechos sindicales para todos los trabajadores del mundo), en Europa los sindicatos, y la clase trabajadora en su conjunto, tenemos un motivo añadido para convocar esta protesta: el rechazo a la directiva de tiempo de trabajo, que eleva hasta 65 el límite de horas semanales de jornada laboral, lo que representa sin lugar a dudas la mayor agresión a las conquistas de la clase trabajadora y un gigantesco paso atrás en el camino hacia la dignidad laboral y las posibilidades de conciliación de la vida laboral y familiar. Por eso exigimos también a las instituciones de la Unión Europea la derogación de esta retrógrada directiva de tiempo de trabajo.
De igual modo, con esta movilización vamos a exigir al Gobierno y las empresas españolas medidas efectivas para atajar la siniestralidad y la precariedad en el trabajo, parámetros en los que nuestro país está, lamentablemente, a la cabeza de la Unión Europea.
Por todo ello es fundamental salir a manifestarnos en todo el mundo este 7 de octubre. Antes de que sea demasiado tarde.
Justo Rodríguez Braga, Antonio Pino y Francisco Baragaño son secretarios generales, respectivamente, de UGT, CC OO y USO en Asturias.
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