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ALGO POR NO ESTAR CALLADO FRENTE A LAS PATALETAS DE LOS NO FIRMANTES DEL ACUERDO DE AYER...

ALGO POR NO ESTAR CALLADO FRENTE A LAS PATALETAS DE LOS NO FIRMANTES DEL ACUERDO DE AYER...

Quizá debiera esperar a un momento más sosegado para hacer una reflexión sobre lo acordado ayer entre las organizaciones sindicales UGT y CC.OO. con las autoridades sanitarias regionales, pero no siempre lo aconsejable es lo oportuno, y con lo mucho que uno escucha y lee al respecto de este tema, resulta muy difícil – por no decir imposible – quedarse de espectador sin decir nada.

 

Siempre que una situación altamente conflictiva, como la que vivimos en los últimos días con la amenaza de huelga del Simpa - aunque sólo fuera aparente ( eso ya nunca lo sabremos…) -, se resuelve con un Acuerdo desmotivador de todos los posibles elementos de confrontación justificativos de la utilización de ese “ultimo” recurso para las organizaciones sociales, que es la huelga; debería ser celebrada como algo positivo. Sin embargo esto no es así en este caso.

 

Y eso, como no podría ser de otra manera, obedece a alguna razón.

 

Es la primera vez, que yo sepa, que quienes llegan a un Acuerdo y propician el retorno a la “paz social” no eran, previamente, convocantes de la “guerra social” – dicho esto así sólo en oposición a la anterior expresión, quede claro -. Pero, al fin y a la postre, algo que veo por vez primera: el Simpa desconvoca la huelga y no porque haya llegado a algún Acuerdo, sino porque quienes lo hacen son “otros” … que todo sea dicho de paso, a juicio de los ahora desconvocantes de las movilizaciones “son de representación anecdótica entre los médicos” …, o sea, los convocados.

 

Pudiera ser cierta esa aseveración, del renglón anterior, que hace algún trasnochado representante del Simpa, pero no sería menos cierto y oportuno tener presente que en la representación democrática el voto del peón vale exactamente lo mismo que el del ingeniero, y tampoco lo es que, en la actual sociedad, nadie, por mucha profesionalidad y titulación que tenga, decide ya por si sólo lo que nos afecta a todos.

 

Ya no hay “chamanes” ni “sacerdotes” cuyos conocimientos “mágicos” nos restituyen la salud a los que la perdimos. Ya no hay un “zapatero a tus zapatos” porque aunque no todos sepamos hacer zapatos, si todos entendemos de la calidad y valor de los mismos.

 

La salud ya ha dejado de ser el patrimonio de unos pocos ilustrados y ha pasado a ser un derecho inalienable de todos. Si los principales y reconocidos profesionales que ejercen la medicina, u otras muchas actividades profesionales en el campo de las ciencias de la salud, se sintieran un poco más al servicio de la sociedad y un poco menos “gurús” de lo que se debe hacer con el sistema sanitario, a su exclusivo juicio; las cosas actuales, el Acuerdo de ayer con CC.OO. y UGT sin ir más lejos, serían mejor entendidos y, sobre todo, muy aplaudidos.

 

No es así, en los ámbitos que tanto protestan ahora, porque si no lo hicieran como lo hacen estarían negando su propia esencia de ser. Y esa no es otra que la de defender y plantear “lo mio” aunque sea a costa de los demás … El problema es que esos “demás” somos todos los ciudadanos.

 

El Acuerdo de ayer, tal y cómo titulé en este Blog, es “Un Acuerdo mucho más allá de lo puramente laboral” y eso, nos guste o no nos guste, sólo lo pueden hacer los que lo firmaron.

 

Por eso ni firmó nadie más, ni nadie más va a hacer nada contra el Acuerdo, más que patalear.

 

Por suerte para algunos “las pataletas” pasan y se olvidan, pero ésta, yo desearía que no se olvidara con tanta facilidad … porque la sostenibilidad de nuestro ejemplar y orgulloso sistema sanitario público aún está por garantizar del todo, y en eso, será toda la sociedad a través de sus ámbitos de representación democrática – incluidas las organizaciones sindicales CC.OO. y UGT – quienes, como en Toledo con las pensiones, aporten los mimbres necesarios para fijar la garantía plena del sistema.

 

Ahí no creo que nos hagan falta ni el Simpa, ni el Satse, ni el Usipa, auque sus “representados” siempre serán bien recibidos.

 

Quizá eso haya sido uno de los principales logros de ayer con el Acuerdo.

 

Arturo M.G.     

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