El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias
Asturias
El HUCA, una ciudad emergente de 750 personas
25.01.09 - LAURA FONSECA, OVIEDO, para EL COMERCIO
550 operarios forman los tajos de La Cadellada, junto a otros 200 que trabajan en oficinas a pie de obra
Tras instalar las fachadas, las labores pasan al interior del complejo, que deberá estar finalizado en abril de 2010
Como toda la población de Ponga o tres veces la de Yernes y Tameza. Las obras de construcción del futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se asemejan ahora mismo a una pequeña ciudad dentro de la urbe de Oviedo. Hasta 750 personas se encuentran trabajando en La Cadellada, donde desde junio de 2005 se construye el nuevo complejo hospitalario. 550 lo hacen en los propios tajos que se distribuyen a lo largo y ancho de una parcela de 360.000 metros cuadrados. Otros 200 trabajan en la veintena de oficinas y casetas instaladas a pie de obra, a escasos metros de grúas, camiones y containers.
Solventado el conflicto del sobrecoste, cuando las empresas adjudicatarias Sacyr, Constructora San José y Sánchez y Lago negociaron con el Principado una financiación adicional que se cerró en 54,5 millones de euros, las obras del HUCA avanzan a velocidad de crucero. Más bien, «de Queen Mary», precisa el arquitecto de la Consejería de Salud, Jesús Menéndez, que equipara las dimensiones del complejo hospitalario con las del barco de paseo más grande, más ancho y más alto del mundo.
El día a día en La Cadellada es una auténtica vorágine. El ritmo de actividad contrasta con el que la UTE mantuvo en pleno rifi rafe por los sobrecostes hasta la primavera de 2008. Por aquel entonces, los operarios no pasaban de 200 ó 300.
Un espejo gigante
Paneles, vigas, cristales y baldosas con las que se podrían asfaltar o cubrir todo un campo de fútbol se agolpan a la entrada de la obra. De allí, cada una de ellas, con precisión milimétrica, irán a parar a la habitación, ventana o pasillo previamente asignado.
Lo cierto es que los trabajos del nuevo hospital, que deberán estar culminados en abril de 2010, están muy avanzados. La fachada acristalada del edificio de hospitalización (el de 9 plantas) está casi ultimada y deja ver ya cómo será el HUCA del futuro. La del bloque ambulatorio, donde se ubicarán las consultas externas, está al 60%. Esta es una de las fachadas más peculiares de todo el complejo, ya que es como un gigantesco espejo azulado en el que durante el día se reflejan hasta los picos nevados de Oviedo.
Tras la instalación de los cristales exteriores, los trabajos se centran actualmente en el interior del edificio. O, más bien, de los edificios. Y es que el HUCA se compone de varios bloques: el de hospitalización que alcanza 9 alturas y se extiende a lo largo de 300 metros, el ambulatorio, el de servicios generales y el de la zona de urgencias. Todos ellos están ya en avanzada fase de ejecución.
Las únicas obras pendientes de inicio son las del pabellón del Instituto Nacional de Silicosis, que arrancarán bordeando el final del plazo de ejecución del proyecto. Lo mismo ocurrirá con la rehabilitación del edificio del antiguo hospital Psiquiátrico, donde se ubicará la futura área administrativa del HUCA. Para iniciar la reforma de este bloque, donde ahora se encuentra el corazón estratégico de La Cadellada, «tendremos que finalizar otros trabajos para poder desplazar las oficinas de zona», comenta el arquitecto.
Como una hormiga
Situarse delante del que será el acceso principal al HUCA hace que uno se sienta «como una hormiga». Una mirada hacia arriba nos permite divisar, no sin cierta dificultad, las nueve plantas acristaladas. Hacia los lados, la vista se pierde en los 300 metros de longitud de un edificio que ya acapara las miradas de los conductores que circulan por la autopista A-66. «Es uno de los hospitales más grandes de España y seguro que Asturias no edificará nada igual hasta el próximo siglo», resume Jesús Menéndez.
Para esta especie de crucero varado en tierra, que dispondrá de 1.039 camas y 36 quirófanos, se ha diseñado una red de aparcamientos que se espera no resulte pequeña. Habrá tres zonas donde dejar el coche. Si va a visitar a un enfermo podrá hacerlo en el parking próximo a hospitalización. Aquí habrá 953 plazas subterráneas. Si va a consultas externas, en el aparcamiento de la zona ambulatoria, con sus 754 plazas. Junto a urgencias habrá otro para 254 vehículos. Estos tres suman 1.961 plazas de estacionamiento, que se completan con otras 239 en superficie. En total, en todo el HUCA habrá 2.200 huecos para aparcar. Eso sí, habrá que pagar, ya que el Principado sacará a concurso su gestión.
Más para Oncología
Los modificados que propiciaron el polémico sobrecoste de 54,5 millones de euros, en una obra que acabará costando 259,8 millones, han pasado ya de los planos a la obra. Con estas incorporaciones, el HUCA pasará de los 177.666 metros cuadrados iniciales de superficie construida a 189.047 metros cuadrados. De éstos, 8.013 metros cuadrados corresponden al edificio ambulatorio, que dispondrá de un espacio de 50.093 metros. Entre las áreas que crecen en consultas externas están la de extracciones de sangre y el bloque quirúrgico. También la zona de Oncología, que prácticamente ve duplicada su superficie inicial. Todo ello para un HUCA que deberá durar, al menos, cien años.
Quirófanos el doble de espaciosos
Las salas de cirugía del futuro HUCA darían para dos minipisos del Ministerio de Vivienda. Los quirófanos de La Cadellada son casi el doble de grandes que los que ahora operan en el Central. Los hay de 56 y de 45 metros cuadrados. Los más grandes se ubican en el bloque quirúrgico principal, el que está en el edificio de servicios generales, al lado del helipuerto, las salas de UCI, urgencias y radiología. Aquí habrá 20 quirófanos de un total de 36 que funcionarán en el HUCA. El resto se distribuyen entre los cuatro de cirugía mayor ambulatoria que estarán donde consultas externas; siete de tocoginecología y partos, y cinco de oncología.
Para los quirófanos de cirugía general se ha elegido la tonalidad azulada (más tirando a celeste). Sus suelos son una lámina continua de PVC, antibacteria y sin poros, al igual que la pintura de las paredes. Los quirófanos tampoco tienen aristas en sus paredes, para evitar que se formen colonias de bacterias. Cuentan con una ventana tipo gillotina para la entrada de materiales.
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