La correspondiente réplica de la Gerente del Hospital de Arriondas a las declaraciones de Lola Colunga ayer

La gerente acusa al comité de alarmar a la población con su discurso «catastrofista»

María Dolores Menéndez Prieto critica los «mensajes incendiarios» de los representantes sindicales, que «perjudican al centro y a los pacientes»

Arriondas, Ramón DÍAZ, para La Nueva España
Sigue la «guerra» interna en el Hospital del Oriente. La gerente del centro, María Dolores Menéndez Prieto, lamentó ayer el discurso «victimista, derrotista y catastrofista» y los «mensajes incendiarios» del comité de empresa, que sólo consiguen «alarmar a la población». La gerente calificó de «amoral» la actitud de los representantes sindicales, que «engañan» a los usuarios y «se agarran a cualquier dato negativo, como si sólo quisieran que el hospital fuera mal». Según la gerente, la «estrategia» del comité de empresa es «equivocada», porque «pierde todo el mundo, el hospital, los profesionales y los pacientes».

Menéndez Prieto se reafirmó en todos los datos oficiales que aportó tras la Semana Santa, tanto los referidos a las urgencias como a las listas de espera. «Parece que les molesta que las listas de espera hayan mejorado. Es como si para ellos, cuanto peor, mejor», señaló la gerente, quien subrayó que los ciudadanos «no se merecen lo que se dice de este hospital». Ratificó que en el centro, desde 2008, no hay ningún paciente en espera quirúrgica de más de seis meses. Y que, desde hace siete meses, disminuye de forma continua el número de pacientes en lista de espera quirúrgica traumatológica.

La máxima responsable del equipo directivo del Grande Covián subrayó que la política «del catastrofismo por el catastrofismo» es obra sólo de una parte de la plantilla, porque «aquí hay quien da el cien por ciento» y «se hacen cosas muy dignas» y hay «valores muy positivos». Menéndez Prieto señaló a «un grupo de facultativos» como el responsable de que se haya roto el diálogo en el hospital. «Ellos se levantaron de la mesa y rompieron los puentes y la baraja», señaló la gerente, quien destacó que son sólo algunos integrantes de la plantilla los que «desconocen lo que es el compromiso y el esfuerzo» y están centrados en «buscar problemas, en lugar de soluciones».

Aseguró que el equipo directivo del centro está «reorganizando el trabajo» para mejorar la situación del hospital. Anunció que exigirá a todos los empleados «el cien por ciento», aunque matizó que «algunos ya dan incluso más». Menéndez Prieto rechazó tajantemente que se manipulen las cifras sobre listas de espera del hospital y retó al comité de empresa a que revele cuáles son las fuentes de sus datos. Aseguró que seguirá apostando por la transparencia y por que los ciudadanos conozcan los datos «reales» del hospital, incluso en los casos en los que sean negativos.

Menéndez Prieto reconoció que ve «muy difícil» una salida al conflicto. Sobre todo porque, en su opinión, el discurso «derrotista y victimista» de una parte de la plantilla es «una cultura absolutamente arraigada». Cuestionó que toda la plantilla, todos los médicos y todo el comité de empresa defiende las mismas tesis. «Me cuesta pensar que todos comparten la misma visión. Probablemente lo que les une es el apoyo a personas con las que compartieron la misma lucha, pero no los mismos intereses», indicó, en lo que pareció una velada referencia a la presidenta del comité, Lola Colunga, con quien la gerente se verá las caras el próximo día 27, en Oviedo, durante el juicio por la suspensión de un mes de empleo y sueldo con la que fue castigada la sindicalista hace unas semanas.

El actual conflicto interno tuvo un precedente muy similar en el verano de 1998

Arriondas, R. DÍAZ
El actual conflicto interno que vive el Hospital del Oriente tuvo un precedente casi idéntico hace once años. Una carta remitida el 13 de agosto de 1998 por el entonces gerente del centro, Luis Buscarons, a los jefes de los distintos departamentos desvela una situación muy parecida a la actual, con un enfrentamiento abierto entre la gerencia y el comité de empresa. La carta, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, revela la preocupación de Buscarons por el hecho de que el Hospital de Arriondas apareciera hace once años en los medios de comunicación con informaciones y declaraciones que «cuestionaban la cobertura asistencial y la garantía técnica de sus prestaciones». Buscarons dejaría la gerencia tres meses más tarde.

El gerente señalaba al comité de empresa del hospital como responsable de declaraciones que, en su opinión, perjudicaban a la institución, trabajadores incluidos. «Dada la situación actual, quiero transmitirle la necesidad de defender el orgullo colectivo de trabajar en este centro», señalaba Buscarons en la misiva. El gerente pedía al comité de empresa que no utilizara «políticas de comunicación que cuestionan la cobertura asistencial y perjudican los niveles de confianza» de la población.

Proponía una línea de trabajo que transmitiera la «alta calidad técnica» y la «garantía» de las prestaciones asistenciales, y apostaba por una cultura del «orgullo corporativo» para fortalecer el modelo fundacional, entonces privado, hoy público.