Foto de la marcha de ayer
Cuencas
La plantilla de Vesuvius negociará bajas incentivadas si se mantiene la actividad
Los trabajadores cargan contra los despidos en una concentración en la que reciben el apoyo de 200 personas
10.07.09 - M. VARELA, LANGREO, para El comercio
El comité de empresa de Vesuvius, la fábrica de material refractario de Langreo, está dispuesto a negociar cualquier solución, «incluso bajas incentivadas», para mantener la actividad, pero no aceptará la propuesta de la dirección de despedir a 50 trabajadores. Esta es la postura que mantienen los representantes de los empleados ante la reunión que mantendrán la próxima semana, presumiblemente el lunes, con los responsables de la multinacional angloamericana con sede en Bruselas.
La plantilla, acompañada por familiares, amigos y vecinos de Riaño, realizó ayer una marcha de protesta desde la sede de la empresa en Langreo hasta el Ayuntamiento.
Cerca de dos centenares de personas participaron en la caminata a pie en la que se exigía a la multinacional «un futuro para Vesuvius» y, ya en el Consistorio langreano, fueron recibidos por la primera teniente de alcalde, María Fernández, y por los portavoces municipales de los diferentes grupos políticos, que les volvieron a ratificar su total apoyo.
Los trabajadores temen que, si aceptan algún despido, la dirección comience a «maquillar las cuentas» y continúe con más despidos hasta cerrar la factoría langreana. Así, la principal prioridad de los representantes de los trabajadores de Vesuvius es que «la empresa presente un plan de futuro para la fábrica por escrito», según explicó ayer el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Suárez Baragaño.
Las previsiones de los trabajadores son que los representantes legales de la empresa se reúnan este lunes con ellos, si bien no se ha confirmado la fecha, y que les presenten sus expectativas para la fábrica.
Mientras esperan por este documento, que, según sus informaciones, «están elaborando en Bruselas», la refractaria langreana continúa recibiendo pedidos y «entregándolos en la fecha prevista», según confirman los trabajadores. Incluso la dirección podría plantearse eliminar a algunos empleados semanas de regulación (la mitad de la plantilla está en situación de ERE) para atender todos los pedidos que llegan.
No al cierre
La multinacional Vesuvius, acatando las decisiones del grupo Cookson Group al que pertenece, anunció a sus trabajadores el pasado mes de mayo su intención de interrumpir la producción durante dos años y de reabrirla cuando el mercado del acero saliese de la crisis. La decisión no fue compartida en ningún momento por sus trabajadores, que comenzaron a movilizarse, pero tampoco por la clase política asturiana ni por el Principado, que confirmó que la empresa obtiene beneficios.
Pero, a pesar de los múltiples apoyos cosechados por la plantilla de Vesuvius, el comité de empresa no es optimista. «Tenemos que ver por escrito sus intenciones para ver qué podemos hacer», apostilló Baragaño.
Y es que los planes de la multinacional no han estado claros desde el primer anuncio, a finales de mayo. Así, se habló en primer lugar de cerrar la planta durante dos años y después recolocar a la plantilla para cambiar a un planteamiento de un cierre total de la factoría. Finalmente, en la última reunión, la empresa dejó entrever la posibilidad de dar continuidad a la factoría a cambio de realizar despidos y después planteó recolocaciones. Todo sujeto a la evolución del mercado del acero.
Vesuvius se mueve contra el cierre La plantilla de la factoría de Riaño protagonizó una marcha hasta Sama para reclamar el mantenimiento de la actividad y anuncia nuevas movilizaciones Langreo, M. Á. G., para La Nueva España
Petardos, bocinas y banderas anunciaban el paso de la marcha formada por unas 250 personas que caminaron desde Riaño hasta Sama para proclamar el mismo mensaje. Lo ponía en el plástico y lo gritaban a coro a todo el que quisiera escucharlo: «Vesuvius no se cierra». La inquietud se reflejaba en las caras del centenar de trabajadores afectados por la amenaza del cierre de la planta de la multinacional de Langreo. La determinación de seguir movilizándose, también. La plantilla pretende que el eco de las protestas llegue a Bruselas, sede central de Vesuvius, para hacer presión y evitar el cese de la actividad en Langreo.
En la marcha, los operarios estuvieron arropados por familiares y vecinos de Riaño, en total unas 300 personas. En la plaza del Ayuntamiento, tras caminar hora y media desde las instalaciones de la fábrica en Riaño, los representantes de la plantilla se entrevistaron con la alcaldesa en funciones, María Fernández, y con los portavoces de los grupos municipales.
«Les hemos vuelto a transmitir el apoyo de la Corporación a las medidas que están adoptando para evitar el cierre; estamos a su lado y a su disposición para lo que necesiten», argumentó Fernández tras el encuentro, para añadir a continuación: «También les hemos agradecido su forma de actuar en las movilizaciones que están llevando a cabo, tratando de perjudicar en lo menos posible la actividad del resto del municipio». La plantilla está pendiente ahora de la reunión del próximo lunes con la empresa, en la que la dirección deberá concretar su propuesta: un recorte de personal a corto plazo, pero sin garantizar la continuidad de la planta.
«Esperamos que sea el lunes, pero hay que confirmar si el documento que se está elaborando en Bruselas llega a tiempo», indicó Juan Manuel Baragaño, presidente del comité de empresa de Vesuvius. El representante sindical explicó que «pedimos que pongan un plan encima de la mesa porque hasta ahora no han traído nada en claro; no queremos despidos, pero estamos dispuestos a hablar, bien sea bajas incentivadas o similar». Baragaño también teme que el recorte de plantilla sea el preámbulo del cierre definitivo. «No podemos hablar de despidos porque no saben ni el número; lo que se nos ocurre es que quieran despedir a gente ahora para dentro de un año maquillar las cuentas y despedir al resto».
Además, el representante de la plantilla habló de futuras movilizaciones: «Tenemos pensado viajar a Bruselas y hacer una marcha a Covadonga, pero estamos pendientes de cómo evoluciona todo».
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