139.481 asturianas rebasan los 65 años
El Comercio. 24.08.09 - CHELO TUYA| GIJÓN
Dos mujeres pasean por una calle ovetense. / MARIO ROJAS.
Suponen el 25% de la población femenina regional y el 13% del censo, el porcentaje más alto de España
23.212 tienen más de 85 años, una cifra que no supera ninguna provincia, ni Barcelona ni Madrid
Asturias, femenina y mayor. Que el Principado es una de las regiones más envejecidas del país -sólo la supera Castilla y León- no es ninguna novedad. El paraíso natural lleva años con la pirámide poblacional volcada, al contar con mayor número de residentes disfrutando de la jubilación que estudiando en el cole. Las causas también son conocidas: tenemos la tasa de natalidad más baja de toda la UE y la llegada de inmigrantes no es, precisamente, en cascada.
Sin embargo, el último informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) desvela que, además de mayor, Asturias es una región, sobre todo, femenina. Así, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2008, el Principado es la provincia española con mayor número de mujeres mayores de 85 años. Con 23.212 octogenarias, lidera en ese rango de edad, con tantas mayores como aforo tiene, actualmente, El Molinón. Ninguna otra provincia suma una cifra tan alta, ni siquiera Madrid o Barcelona. Y no se trata de un liderazgo porcentual, sino de números reales.
De ese modo, el club de las asturianas de más de 85 tiene el doble de 'socias' que el de Cantabria, Extremadura o Murcia, y convierte en anecdóticos los datos de las ciudades autónomas. En Ceuta viven 476 y en Melilla, 481.
Ese predominio de la mujer, presente en todos los tramos de edad, se hace especialmente llamativo en el grupo que tiene, ahora mismo, entre 75 y 79 años. En esa franja están 32.863 asturianas, la cifra más alta por grupo generacional. Es decir, hay más asturianas de entre 75 y 79 años que cualquier otro tramo de edad. Incluso sumando ambos sexos.
En el suma y sigue de récords, Asturias es la comunidad con mayor porcentaje de mujeres mayores de 65 años. El 13% del conjunto del censo es una mujer que ya ha cumplido esa edad. Ninguna otra autonomía, ni siquiera la envejecida Castilla y León, cuenta con una tasa tan alta entre su población.
Siero y Avilés juntas
Se trata, según los datos del Imserso, de 139.481 mujeres, es decir, más que la población total de Siero y Avilés juntas o casi tantos como los pasajeros logrados por el aeropuerto asturiano en el mes de julio. El peso específico de la mujer mayor, que no anciana, es tal en Asturias que una de cada cuatro asturianas ya ha pasado de los 65.
¿Cómo es el grupo que marca el perfil de la región? Por el momento, sigue manteniendo características homogéneas (estudios primarios, baja pensión, viuda), aunque los cambios se viven día a día, tanto porque no ha tenido las mismas experiencias la asturiana que cumple este año sus 65 como la que ya lo hizo hace una década, como porque la oferta política asturiana está empezando a actuar sobre tan importante grupo poblacional. Así, tanto las consejerías de Bienestar Social como de Presidencia tienen marcha programas para facilitar la vida a las que han llegado a la edad de jubilación.
Un estudio del Imserso evidenciaba que las asturianas mayores mayoritariamente han dedicado su vida a trabajar en casa y fuera, aunque pocas han cotizado, que viven solas y con ingresos inferiores a los 500 euros. Aunque, la mayoría se declaraba con salud 'aceptable' y, sobre todo, 'felices', lo cierto es que programas como Rompiendo Distancias, que lleva a las zonas rurales la actividad de un centro de día urbano, o Tiempo Propio, invento del Instituto Asturiano de la Mujer dedicado a la formación de mente y cuerpo de las mayores de 50 años, están contribuyendo a que internet y el teléfono móvil no sean en estos momentos un invento del maligno y que las tareas de casa no sean la prioridad.
De esto modo, más de 1.500 asturianas han participado en los cursos de Tiempo Propio, y más de 80.000, con los 65 cumplidos, son socias de los centros de mayores de la región. Allí, ellas optan, mayoritariamente, por los cursos de envejecimiento saludable, intercambio generacional y voluntario, aunque su prevalencia no llega, aún, a las juntas directivas: el 61% de los que mandan en estos clubes son hombres. Al menos, sobre el papel.
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