El encierro del Hospital de Arriondas en los medios de comunicación regionales
El comité de empresa del hospital de Arriondas, en encierro vigilado
El Comercio. 10.12.09 - ANA MORIYÓN | ARRIONDAS.
La sanción sin empleo y sueldo durante un mes a una trabajadora del hospital y representante del comité de empresa ha abierto un nuevo cisma en la ya complicada relación entre la plantilla del centro hospitalario y la gerencia del mismo, respaldada por el patronato de la fundación pública que lo gestiona.
El comité de empresa iniciaba ayer al mediodía un encierro informativo que tendrá continuidad hasta mañana, viernes, a las tres de la tarde. ¿El objetivo? Mostrar el apoyo de la plantilla a la compañera sancionada y denunciar la represión sindical que en su opinión se ejerce desde la gerencia, pero «sin alterar la actividad sanitaria ni molestar a los pacientes, que bastante tienen con las carencias en la gestión del centro», sentenció ayer en rueda de prensa la presidenta del comité, Dolores Colunga.
La auxiliar de enfermería Eloína Fernández fue sancionada la pasada semana como presunta autora de una falta «muy grave» por menospreciar a una superior jerárquica. Con su caso, el hospital suma en lo que va de año dos sanciones graves (la propia presidenta del colectivo fue expedientada y castigada tras realizar unas declaraciones públicas, aunque el juzgado de lo social anuló la sanción) y el despido de un trabajador (que luego resultaría improcedente). Ahora, la plantilla se pregunta si este tipo de sanciones son «un castigo a los trabajadores» por abanderar la lucha de la integración del hospital de Arriondas en el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa). Un proceso que, si continúa por los cauces previstos con el apoyo del PP e IU, podría ser una realidad el próximo mes de febrero.
Desde la dirección del hospital no sólo se rechaza esta reflexión, sino que se critica al comité de empresa por tratar de «instrumentalizar» todo lo que ocurre en el seno de este centro médico. La gerente, Dolores Menéndez, recordó ayer que esta sanción no ha sido impulsada por el equipo directivo, sino que fue la propia supervisora de enfermería quien pidió que se tomaran medidas tras el «comportamiento inadecuado» que había tenido Eloína. «Sabíamos que iban a utilizar esto, pero el convenio laboral está para cumplirse, y no podemos permitir que los miembros del comité puedan ejercer la violencia contra sus propios compañeros y que no les ocurra nada», rechaza. Además, Menéndez recrimina al comité por «coaccionar» a su compañera Eloína para que rechazase la propuesta de la gerencia de retirar la sanción si pedía disculpas por su comportamiento. «Son ellos los que tienen interés por mantener el conflicto», criticó.
El discurso del comité de empresa es totalmente opuesto. Asegura contar las horas para alcanzar la integración del hospital y poner fin a actuaciones como la iniciada ayer. De todas formas, recuerda que durante su larga historia sindical «nunca hemos ejercido la violencia», por lo que no entiende por qué se ha intensificado la vigilancia con motivo de su encierro. Ayer, se paseaban por el centro al menos cuatro agentes de seguridad privada y tres guardias civiles.
El comité de empresa del Hospital inicia un encierro contra la persecución sindical
Los trabajadores organizan la protesta en solidaridad con la sindicalista sancionada por discutir con una superior
La Nueva España. Arriondas (Parres), Bárbara MORÁN
Desde ayer a las doce del mediodía los sindicalistas que integran el comité de empresa del Hospital de Arriondas mantienen un encierro pacífico en el centro asistencial. Los sindicalistas protagonizan este acto reivindicativo con el fin de mostrar su apoyo a Eloína Fernández Vega, la auxiliar de enfermería y miembro del comité de empresa que ha sido sancionada con un mes de suspensión de empleo y sueldo por la dirección del Grande Covián por un presunto menosprecio a una superiora. Los sindicatos, que defienden la inocencia de la trabajadora y protestan contra lo que consideran un claro ejemplo de «persecución sindical», permanecerán encerrados en la sede del comité de empresa hasta mañana, viernes, a las tres de la tarde.
Las protestas de los trabajadores y los actos de repulsa hacia las decisiones que lleva adoptando en éste último año el equipo directivo del centro liderado por María Dolores Menéndez son el pan de cada día en el centro hospitalario comarcal. Ayer, Dolores Colunga, presidenta del comité de empresa, lamentó y recordó que este año se han registrado en el centro tres sanciones graves a otros tantos trabajadores. Una situación «anómala» e infrecuente en un centro hospitalario, según defendió la líder del comité de empresa, al tiempo que calificó las sanciones como una «desgraciada e injusta» persecución laboral hacia los miembros del comité.
La mayoría de los trabajadores del centro se han solidarizado con la sancionada y visitarán durante las próximas horas, por turnos, a sus representantes sindicales, para brindarles su apoyo y alentar esta acción que deja de nuevo a la vista que el conflicto interno que arrastra ya desde hace años el Grande Covián sigue abierto y a la espera de una solución definitiva. No será sencillo lograrla ya que el diálogo entre la plantilla y la gerencia del centro está roto desde el pasado mes de febrero.
La presencia, ayer, a la puerta de la sede del comité de empresa de tres agentes de la Guardia Civil y la ampliación de la plantilla de guardias de seguridad del centro fueron hechos que sorprendieron, y no de forma grata, a los sindicalistas. «Siempre hemos sido pacíficos. Jamás actuamos con violencia y no vemos necesaria tanta presencia de seguridad. Es un capital que este centro requiere para otro tipo de aspectos más necesarios», destacó Colunga, al tiempo que reiteró que este encierro es «pacífico y surge con el único afán de informar a todo el que lo desee de la situación que arrastra este centro y la presión y persecución laboral que sufre su plantilla».
Cerca de una veintena de trabajadores se acercaron a las doce del mediodía para apoyar a los sindicalistas en el inicio de su encierro. Los encerrados recibirán hoy varias visitas. Representantes de sindicatos sanitarios, la Plataforma de Usuarios en Defensa del Hospital y portavoces del PP e IU también han confirmado que asistirán al encierro para conocer de cerca este nuevo motivo de conflicto.
El comité envió un comunicado informando de esta acción a todos los partidos políticos, aunque desde las filas socialistas no han recibido ningún tipo de respuesta. Tampoco dio «señales de vida» el Patronato de la Fundación Grande Covián, ente, según los sindicalistas, «cien por ciento politizado».
La gerente subraya que hay empleados «que no quieren bien» al Grande Covián
María Dolores Menéndez defiende que el comité no intentó evitar el actual problema
Arriondas (Parres), B. M. , para La Nueva España .
«El comité de empresa siempre alude al interés por los pacientes y los recursos. No lo dudo, pero lo están instrumentalizando todo y los hechos demuestran que hay gente de este hospital que no lo quiere bien». Rotunda y sin rodeos, así se expresó, ayer, la gerente del Hospital de Arriondas, María Dolores Menéndez, al valorar el encierro iniciado por los miembros del comité de empresa.
Según Menéndez, esta situación se podría haber evitado, y así lo intentó el equipo que dirige. La gerente defendió que, tras conocerse el enfrentamiento con una superiora, se le ofreció a Eloína Fernández la posibilidad de disculparse y zanjar el asunto. Aunque, según Menéndez, la trabajadora decidió no dar este paso y no hubo acuerdo.
Menéndez aseguró que es falso que la superiora de Fernández solicitase la retirada de la sanción, como afirma el comité de empresa. A la empleada se le brindó «la posibilidad de no ser sancionada y no la aceptó», destacó la gerente, quien añadió que «no es cierto» que la supervisora y la auxiliar de enfermería arreglasen el altercado entre ellas. Fue el comité de empresa el que «obligó a Eloína a que mintiese», al decir que no había sucedido nada, añadió Menéndez. La gerente cuestionó que una persona sólo por ser miembro de un comité de empresa «puede saltarse las reglas del juego y llegar a pensar que no se le aplicará el convenio colectivo. Esto sí que sería una injusticia», destacó Menéndez.
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