Artículo de opinión de la expresidenta del Comité de Empresa del Hospital de Arriondas que ahora no ejerce cargo de representación alguno
Oriente
DESPOTISMO EN EL HOSPITAL COMARCAL
19.12.09 - por COVADONGA TOMÉ, PEDIATRA Y USUARIA DEL GRANDE COVIÁN
Después de 16 meses fuera, resulta fácil ver el hospital del Oriente desde una perspectiva distinta. Y desoladora. El distanciamiento temporal, me permite hablar con objetividad. Y además con la absoluta libertad que me da el no representar a nadie que pudiera sentirse contrariado por mis afirmaciones. El problema es que el hospital de Arriondas continúa en manos de una serie de personajes, desde la consejería al patronato, que desconocen profundamente el funcionamiento del hospital, las necesidades de quienes acuden como pacientes y la opinión de quienes lo sostienen con su trabajo diario. Y pretenden convencernos a todos de que tenemos un hospital igual que el resto de los comarcales de Asturias. Planeando sobre todos ellos, la alargada sombra de la señora Migoya, incansable en su afán de intoxicar y confundir a la población de la comarca, mientras evita hablar del verdadero estado actual de la fundación que, no hace tanto, ella denostaba.
Nos hace mucha falta a todos llamar a las cosas por su nombre, y que la atención vuelva a centrarse en lo importante. El hospital de Arriondas está abandonado por el Gobierno del Principado. Para desviar las miradas hacia otros temas, envían a un equipo directivo con el perfil adecuado a sus fines. Al más puro estilo de los déspotas del XVIII pero, me temo, sin su ilustración. Hasta la fecha han despedido injustamente a un compañero, que pagó la incompetencia de otros. Han intentado sancionar de forma arbitraria a una representante de los trabajadores (sanción retirada por orden del juez). Han bloqueado de forma irreversible cualquier posibilidad de negociación del convenio colectivo. En el día a día recortan sin motivo prestaciones que venían dándose en el hospital -sus prestaciones, ciudadano del Oriente-, escatiman recursos y desmotivan a los profesionales con cada una de sus actuaciones, consiguiendo un clima irrespirable.
Hace pocos días sancionaron a Eloína Fernández, trabajadora veterana y muy apreciada por sus compañeros, entre los que me encuentro. La sancionan por una «discusión con un superior» -en este régimen al que manda no se le discute, ilustrado o no-. Una sanción injusta que todos esperamos que el juez se encargue, una vez más, de resolver.
Lo que no dicen es que el superior en cuestión, en palabras de la gerente 'jefe del hospital' durante la guardia, puede estar a 30 o 40 kilómetros, con la escasa operatividad que esto supone para resolver los problemas prácticos y reales que se plantean a diario en cualquier hospital y más en éste. Pero esto se cuenta en voz baja o no se cuenta, porque no interesa que la población lo sepa.
Así funciona este equipo directivo, avalado por el patronato. Se gastan los escasos recursos -que son suyos, lector- en juicios, demandas y pamplinas, en lugar de en la normalización (ya ni digo mejora), del funcionamiento del hospital.
La buena noticia es que la proposición de Ley para integrar el Hospital en el Sespa, apoyada por PP e IU, continúa su curso. Queda esperar que no se haga demasiado tarde para recuperarse de tanta incapacidad para la buena gestión, de tanto cacareo y tanta demagogia, de tanto mirar para otro lado ante las necesidades reales que aun están por solucionar. Y queda pedir, a quien corresponda, que nos libre cuanto antes de esta tripulación, que esta claro que no nos lleva a buen puerto.
0 comentarios